Harry Potter y el mayor poder del pasado

Capítulo 23.- Crouch

Otros años, en primavera, Harry se entrenaba a fondo para el último partido de la temporada de Quidditch. Aquel año entrenaba como si fuera parte de un ejército, teniendo ejercicios de magia complicada, hasta el punto de hacer pensar a todos que era imposible que solo tuviera 14 años. Sly de inmediato se volvió uno de sus maestros favoritos enseñando le mejor posiciones que Revé, además de que también le dio un poco de esgrima, arquería y diversas artes marciales, cuando Harry se preguntaba por qué hacia todo eso, su maestro siempre le decía había que confiar en la magia para todo, era mejor estar preparado en caso de perder la varita.

El tiempo con sus maestros le enseño varias cosas además de que pelaban constantemente, provocándole migrañas. La primera era que juntos eran mucho más sabios y complementaban los huecos de los otros. La segunda que A Sly, le gustaba ser superior a Revé, a su maestra de trasfiguraciones regañaba a Griffin, a su maestro de vuelo le encantaba burlarse de Huffy y por ultimo a su maestra de lenguas ignoraba a su maestro de pociones que siempre intentaba que le hiciera caso. La tercera era que no importaba la clase que fuera ellos siempre lo llevaban a los extremos más locos que pudiera imaginar.

Hermione empezó a dar lecciones propias ya que Harry estaba tan ocupado que apenas le daba tiempo de indicarle a su novia lo que seguía y enseñarle adecuadamente aunque ella aprendía a un ritmo tan rápido como él. A la mayoría le sorprendió el primer día pero enseguida se dieron cuenta que era muy buena profesora y que era mucho más estricta que Harry, a lo cual los gemelos se quejaban ya que las bromas quedaban para las clases de Sirius.

Al pasar los días se percató sobre el cambio de su cuerpo, se había moldeado tanto que incluso parecía muy distinto al principio del año, Hermione era la más contenta con su aspecto ya que en cuanto lo veía siempre se mordía un labio coquetamente. También se percató que le molestaba las miradas de las demás cuando paseaban por los terrenos del castillo.

En la última semana de Mayo, decidió salir de paseo con Hermione alejado de todos problemas y sobretodo los habitantes del cuarto de menesteres que aunque los apreciaba y quería eran una molesta para poder pasar tiempo con su novia. Estaban sujetándose de las manos paseando por los campos verdes.

-Aun creo que debimos invitar a Ron y Daphne-dijo Hermione sonriente.

-Vamos mione, hace días que no puedo estar así contigo-dijo Harry como por séptima vez- Me duermo hasta muy tarde por mi entrenamiento y tú te despiertas temprano para las clases, apenas y nos vemos a solas, cuando salimos son con nuestros amigos. Los quiero-la tomo de la cintura parándose secamente-Pero a ti te amo y por unas horas... solo algunas horas - comenzó a besar su frente, para ir bajando por sus mejillas-Quiero platicar con mi novia- bajo al cuello sacándole risitas-Tomar su mano-continuo por su barbilla haciéndola sonrojarse y antes de llegar a sus labios paro besando su nariz- y tener un momento a solas-

Ella se mordió los labios, poniéndose roja. Se acercó lentamente seducido por su mirada y en un segundo bajo volvió a besar su nariz.

-Eres malo-dijo Hermione enojada mientras le pasaba las manos por el cuello y le tomaba la nuca.- ¿Por qué no me besas?-

-¿Eso querías?-dijo intentando aparentar sorpresa-No tenía ni idea-

-Eres muy malo mintiendo-dijo Hermione lanzándole una mirada de enfado, había aprendido que esas miradas en ella significaban verdadero enojo pero cundo estaba con alguien mas, con el significaban más que estaba reprimiendo sus propios impulsos.

-¿Quieres que te bese?-pregunto Harry poniendo su frente con la de ella. Enseguida le mando una mirada mucho más enojada y poniéndose completamente sonrojada-Cierra los ojos-, se acercó nuevamente y Hermione cerró los ojos, el beso nuevamente su nariz.