Capítulo 37.- El Torre flotante.

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-Mira, el mentiroso-

-Quien creería todas sus mentiras-

-¿convenció a Viktor Krum?, seguro el utilizo un imperio-

-Tan guapo, pero es un completo idiota-

-El profeta tiene razón, parece peligroso-

El ni siquiera los escuchaba, estaba sumido en sus pensamientos intentando planear como regresar la sala de menesteres, o por lo menos crear una entrada en el castillo. Se encamino a donde estaba Hermione pero trago duro cuando miro que tenía la cara completamente roja y mandándole miradas de furia. Desvió su mirada a la mesa de profesores donde McGonagall lo llamaba con la mano con el ceño fruncido y luciendo amenazante. ¿A cuál de las dos prefería enfrentar? Le indico a Hermione con la cabeza que McGonagall lo llamaba y ella sintió aun con su mirada fulminándole. Obviamente quería vivir un poco más.

Dumbledore no estaba en su asiento, el asiento de Snape no estaba tampoco ocupado y en el de Hagrid había una mujer mayor, con el pelo gris y corto, un mentón muy prominente y con una pipa en la boca.

-Hola profesora ¿Cómo ha estado?-pregunto Harry con una sonrisa.

-Bien.-dijo McGonagall secamente y con una mirada molesta- Explíqueme señor Potter. ¿Por qué ayer me llego una lechuza diciendo que no estaba en el cuartel?-

Todos los alumnos hablaban mucho más detrás de él, sobre todo porque una profesora lo regañaba sin empezar clases. Se acostumbraba a los murmullos de los alumnos e incluso algunos insultos, pero el que fuera por esa situación, lo ponía un poco irritado.

-Pues es una historia graciosa y algo larga -dijo Harry con voz melosa, la profesora se puso de color escarlata mientras le miraba con el ceño más fruncido de lo que podía recordar. – Bien, pero no se enoje Profesora, lo que paso es...que –

-Por favor Harry, es mejor que me lo digas-dijo McGonagall suspirando para tranquilizarse.

-Salí del cuartel para ir a Gringotts, necesitaba dar una vuelta y tenía un asunto con mi bóveda del banco-dijo Harry rascándose la nuca, viendo como McGonagall le alzaba una ceja- No creí que todos fueran a enloquecer e incluso que la involucraran a usted-

-Muy bien-dijo McGonagall, después de unos segundos sonrió-Estaba a punto de salir al cuartel cuando me llego un mensaje de que habías regresado a salvo, aun así me informaron que solo saliste a dar una vuelta. ¿Por qué no les dijiste que ibas a Gringotts? –

-Lo hice en la mañana, le dije a la señora Weasley que debía ir-dijo Harry mirando preocupado a McGonagall, no quería mentirle, tampoco quería que ella comenzara a seguirlo y a vigilarlo en todo momento. La quería tanto que le dolería mucho si ella comenzaba a actuar como Dumbledore.- Le juro que solo fui al callejón Diagon y luego regrese directamente a al cuartel-

-Me alegra que seas honesto. Al menos un poco.-dijo McGonagall como si supiera que se guardaba algunas cosas- No quiero regañarte más de lo que seguro ya han hecho y tampoco decirte que hiciste mal, porque dentro de lo que a mi concierne no hiciste nada incorrecto. Así que solo diré que me preocupaste muchachito y espero que no lo repitas-

-Por supuesto, la siguiente vez que quiera salir iré directamente a usted-dijo Harry sonriéndole.

-y con respecto a su castigo...- Dijo McGonagall.

-¿Usted también?-dijo Harry rápidamente con voz irritada.

-¿También?- dijo la profesora con un gesto de desconcierto.

-Pues ya me castigaron, Lupin, Sirius y la señora Weasley-Dijo Harry no queriendo meter en problemas a los tres mencionados, sabía que la profesora se enojaría a niveles descomunales e iría al cuartel a recuperarlos. Si quería que lo vieran como adulto, debía de resolver sus problemas solo.

Harry Potter y el mayor poder del pasadoWhere stories live. Discover now