Capitulo 65.- Mas preguntas, mas respuesta, mas problemas.

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Un maldito, esa era la definición de Harry para Merlin, incluso peor, era un demonio del cual no podía despegarse ni para hacer sus necesidades básicas. Nimue no se quedaba muy atrás, era mejor que Merlin, sin embargo en cuanto se disponía a entrenarlo ella entraba en modo que podía incluso superar todos sus maestros juntos. Los últimos cuatro meses fueron el infierno mismo para Harry, sobre todo siguiendo la guía de esos dos seres que sonreían malvadamente en cuanto lo veían titubear. Principalmente por que sin la magia lo obligaban ha hacer milagros.

El primer fue uno en el cual pudo morir mas de una vez, le hicieron recorrer toda la isla, tomar los arboles caídos y trasportarlos cerca de la cueva. Con magia solo le hubiera llevado un par de horas, al contrario de que le llevo una semana, ya que los troncos pesaban tanto que hubiera requerido muchos hombres para moverlos. De alguna forma se las ingenio para hacerlo. Luego le hicieron hacer una casa de madera, intento razonar con ellos, pero ninguno de los dos dio su brazo a torcer. Paso dos semanas averiguando como hacerlo correctamente. Mas de una vez se derrumbo. Termino con una cabaña rustica, pero tan rustica como podía imaginarse. Los troncos apilados uno sobre otro formando las paredes y dejando el espacio de la puerta, el techo plano con plantas secas y demás evitando que dejara el agua filtrarse. No era impresionante y tampoco útil a su entrenamiento. Pero de alguna forma esos dos parecían como si estuvieran satisfechos.

El resto del mes le siguió el real entrenamiento, entendiendo que el ejercicio anterior no fue nada. Corría por la isla evitando sus ataques, que eran irracionales, pilares saliendo de la tierra, o con llamas apareciendo de la nada(La especialidad de Merlin), el aire golpeándolo sin compasión o haciendo que el agua lo congelara sin darse cuenta.

-Tienes buenos reflejos, y eres rápido. Pero aun te falta para llegar a entender nuestros ataques- dijo Merlin en el octavo día, mientras Harry corría por la playa evitando todo al mismo tiempo.

-¡ENTIENDO SUS ATAQUES! ¡PERO SIN MAGIA SON CASI IMPOSIBLES DE EVITAR!- le grito Harry girando sobre sus talones y evitando una estaca de arena que le sonó el costado, creando el centésimo corte sobre su piel.

-No utilices escusas, los esquivas o no, solo tienes esas dos opciones-dijo Merlin moviendo la mano acostado a lado de donde estaba Harry evitando que una llamarada le quemara las cejas.

-No lo admitirá. Pero esta impresionado- dijo Nimue también moviendo sus manos, creando agujas de hielo que Harry tenia que evitar, la mayoría no tenia una trayectoria estable y no lograba evitar todas, dejando pequeñas gotas de sangre que salían de diferentes partes de su piel.

-Creí que me ayudarían a mejorar. ¡No solo que jugarían conmigo!- dijo Harry jadeando al recibir un golpe de aire de lleno en el estomago.

-Eso hacemos, para mejorar debes llegar al limite de tus capacidades y tu tienes una gran capacidad- dijo Nimue algo dolida por sus palabras.

-A mi me gusta jugar- dijo Merlin moviendo la arena derribando a Harry que rodó todo el cuerpo a un lado, justo a tiempo para evitar una enorme hacha de arena al rojo vivo, creada con el calor y arena.

-¡ESTAN DEMENTES!- Grito Harry alejándose del lugar, aunque esos demonios no estarían nada contentos con sus palabras.

Toda esa mañana, tarde y noche la paso corriendo e intentando evitar recibir la paliza de su vida. No lo evito. Paso la noche tirado entre un montón de vegetación cortada, quemada, enterrada o mojada por los diferentes hechizos que ocuparon contra el. Miro las estrellas durante un rato, sintiendo cada parte de su cuerpo punzar, parecía que tenia temperatura cada célula de su cuerpo y no le quedaban fuerzas ni para respirar sin sentir dolor. Claro que tenia sueño, sin embargo su mente regresaba una y otra vez a su hogar. Al enorme castillo en el cual estaban sus compañeros, en la sala de menesteres donde estaban los Pendragon, en Hogsmeade donde pasaba las tardes con sus amigos, en la madriguera con su familia y en su habitación donde abrazaba a Hermione mientras dormía. El siguiente día fue peor. Cada día fue huir de esos dos, hasta que lograra concentrarse en los cuatro ataques al mismo tiempo y evitarlos sin gastar tanta fuerza o energía. Corrió, salto e incluso grito de dolor por días.

Harry Potter y el mayor poder del pasadoWhere stories live. Discover now