51

6.5K 541 30
                                    


"Baby, ya te echo de menos :("

"Te lo he dicho mil veces pero lo del sábado fue una pasada"

"Y como no quiero perder, creo que es el momento de usar la música para ablandar a fierecillas como tú"

"Fierecilla ¿de qué? Fiera inquieta en todo caso ;)"

"¿Me vas a cantar la canción de los gavilanes?"

"No, payasa"

"He grabado el video mil veces que te voy a enviar, prohibido reírse de mí"

"Nunca me reiría de ti y mucho menos si me vas a cantar, amor"


"Bueno, por si acaso, porque no ha sido fácil hacer una versión así acústica y algo modernilla"

"El hype Alba Reche, que me da algo"

"Sea lo que sea envíamelo ya"

<Vídeo>

Era Alba, vestida con camiseta blanca y pañuelo rojo atado al cuello, versionando a guitarra y voz canciones típicas de Pamplona. La rubia se había sacado de la manga un mash-up de canciones como "No te vayas de Navarra", "No sé qué tienes, Pamplona" o "Perla del norte", propias de las fiestas.

Natalia no daba crédito, primero por el talento inconmensurable de su clic, que hacía sonar esas canciones antiquísimas prácticamente como hits renovados y, segundo, por lo guapa que estaba vestida de sanfermines. Y con la lengüita entre los dientes, signo de concentración máxima. Y las muecas graciosas en ciertas partes de la letra. Y los deditos que se aferraban a las cuerdas de su guitarra con fuerza. Y sus mofletes rojos de vergüenza cuando titubeaba.

Y por todo, para qué iba a mentir.

Que se hubiera tomado el tiempo en ponerse a rebuscar canciones, hacerles el arreglo, convertirlas en un popurrí que sonara más o menos actual, sacar los acordes...

Demasiado para el corazón en el fondo más que blando de Natalia.

"Ay Albica de Pamplona, te quiero"

"¿Te ha gustado?"

"Muchísimo, amor. Eres la persona con más talento del mundo"

"¿Eso significa que he ganado?"

"NO"

"Es solo un momento de debilidad"

"Vaya :("

"Perdón si no te hago mucho caso, es que estoy en bucle con el vídeo"

"Enséñame tu carita"

<Foto>
<Foto>
<Foto>

"Carita de encoñada tengo"

"Qué guapa mi amor"

"Me alegro de que te haya gustado"

"Te quiero mucho"

"Yo también, pamplonica mía, perla del norte"

"Perla del norte me gusta"

"Ligona perdonavidas venida a menos
y punto"

"De venida a menos nada, venida a más en todo caso"

"Oye, entonces, ¿tú me adoptarías como pamplonica?"

"No pienso contestar a esa pregunta trampa, nena"



Alba le explicaba a su clic por enésima vez su planificación para los meses de verano, en los que prácticamente se mudaba a Elche debido a sus noches de concierto en la costa alicantina.

- Pero, entonces, que yo me entere, tu primer concierto de verano ¿qué día es? - cuestionó Natalia a través de la videollamada.

- El primer sábado de julio, Nat, ya te lo he dicho - reía la rubia.

- Me estoy haciendo un horario, tenme paciencia - le enseñó un folio.

- Te puedo pasar el mío, si quieres, ingeniera.

- ¡Haberlo dicho antes! - refunfuñó haciendo una bolita con el papel.

- No te hagas la enfadadita - carcajeó Alba, pues le estaba haciendo mucha gracia verla como una niña pequeña.

- Vale. ¿Y cuándo te vas a Elche?

- Un par de días antes, para poder limpiar mi cuarto, ordenar todo y no ir con prisas.

- No, pues lo cambias. Te viene mejor el viernes por la tarde - le indicó, mordiendo el tapón del bolígrafo.

- ¡No me viene mejor! ¿Ya me quieres liar?

- Sí que te viene mejor, porque si te vas el viernes me puedes llevar a mí - puso cara de angelito, batiendo las pestañas.

- ¿A ti?

- ¿Crees que me voy a perder tu primer concierto en Santa Pola? No, no, no - acompañó la negación con el dedo-. Y, bueno, me harías un favor logístico muy grande si pudieras llevarme en tu maravilloso coche en vez de comerme dos trenes con un maletón. Si es que si llego a saber que iba a acabar saliendo contigo le habría dado otra oportunidad a lo del carnet de conducir...

Alba rió a carcajadas.

- Espera, espera. ¿Un maletón para qué?

- Para mis dos semanitas de vacaciones - hizo un gesto de obviedad-. O, si lo prefieres, una semana en julio y otra en agosto. Esto ya lo dejo a tu elección. Bueno, y a la de la Rafi, que es la que me tiene que dar alojamiento...

- Nat, ¿en serio te vas a ir a Elche todas tus vacaciones de verano?

- Todas no, tengo otra semana y media más que la voy a usar para alguna escapada con las chicas y unos días con mis padres, supongo.

- Jo, me hace mucha ilusión que vayas a estar conmigo en verano. Va a haber muchos conciertos, pero te juro que me organizo para no dejarte mucho tiempo en las garras de la Rafi. Le diré a Marina que venga también los días que pueda y...

- No te preocupes, mi amor. La Rafi y yo somos amigas - le guiñó un ojo.

- ¿Ah, sí? Pues mira, aprovecha la amistad y le cuentas tus planes, para que te los apruebe.

- Pues dame su número, yo no tengo ningún problema - se encogió de hombros.

- Pues la voy a llamar ahora mismo - sentenció-.

- Pues genial - afirmó con suficiencia la morena, aguantándose la risa.

- Pues ahora te vuelvo a llamar.

- Pues muy bien, Albi, aquí te espero.

Las noches mágicas | AlbaliaWhere stories live. Discover now