Historias de terror. Parte II.

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Capítulo 2/3 de la mini maratón, :).

¡Espero que os guste!

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Titubeé y guardé silencio.

Él separó la pierna de su rodilla y volvió a posar el impecable zapato sobre la mullida alfombra. Dejó la copa sobre la mesa y cogió en su lugar algo plateado. No pude ver de qué se trataba porque el reflejo del sol sobre su superficie me cegó por un instante. Se levantó con suma elegancia, se acercó a mí y apartó el pelo apelmazado de mi cara con extrema delicadeza. Su tacto me devolvió un olor suave afrutado. Sentir ese aroma agradable me confundió. Entonces, se agachó hasta que sus ojos quedaron a la altura de los míos y plantó algo frente a mí.

—Esto es lo que eres —susurró. Elevé la mirada y encontré algo mucho peor de lo que esperaba: mi reflejo, plantado sobre la superficie pulida de un pequeño espejo. Ahí, cara a cara, mi piel era una mezcla extraña entre el gris ceniza y un amarillo en declive, como lienzo de unos ojos descoloridos e irritados, enmarcados por grandes discos rojizos y con centenares de venitas moradas cruzando a lo largo y ancho de mi rostro. Mis labios hinchados, amoratados y difuminados se abrieron por la sorpresa. Nunca me había visto así. Hernan apartó lentamente el espejo y lo guardó en el interior de su chaqueta. Mi mirada se quedó clavada en ese lugar. Ver mi propia decadencia solo me hacía más consciente de todo lo que había ocurrido—. Lo que hagas a partir de ahora marcará la diferencia entre lo que eres y lo que podrías ser.

—¿Qué opciones tengo? —Alcé despacio mi vista hacia él. Por primera vez, los suyos no me parecieron tan fríos.

—Todas —respondió con voz queda y suave.

—¿Como los de aquella iglesia? —balbuceé.

Recordaba perfectamente a esa gente, confinada en los bajos del enorme edificio, sucios, desquiciados y procesando amor eterno al gran predador que tenía ante mis ojos. Él aguardó un momento en silencio, evaluándome.

—No pretendo que seas capaz de comprender el delicado esplendor de los de mi clase —canturreó con voz queda—. Tu función no es admirarla ni envidiarla, sino temerla. —Alcé los ojos hacia él y los suyos me atraparon. Su voz calma y su tono suave me envolvieron—. Tampoco es mi intención que seas como yo, solo que lo anheles, porque solo en ese momento te darás cuenta de tu irremediable mediocridad, de la inferioridad de los de tu clase, y comprenderás el gozo que todas esas almas perturbadas conocen al sacrificarse por ella.

Su voz, el olor dulzón del vino...

—Pretendes envenenarme con tus palabras.

—No son veneno mis palabras, sino el propio anhelo que tú misma encuentras en la verdad que te muestro. Tu temor es el entendimiento, la toma de conciencia de que aun siendo quien eres, puedes optar a más poder del que muchos podrían soñar.

—¿Por qué?

—La pregunta acertada sería: ¿por qué no?

—No quiero nada vuestro —balbuceé.

Él se apartó de mí y retrocedió un paso. Solo en ese momento descubrí que todo mi cuerpo llevaba un rato temblando.

—¿Quieres huir? —Volvió a sentarse con majestuosidad en el elegante sillón y entrelazó las manos frente a su cuerpo—. Adelante. Coge un tablón de madera y espera a ver dónde te lleva la corriente. Vamos.

—Me matarás si me muevo.

Alzó la comisura de sus labios de manera sutil.

—¿Y qué tienes que perder?

Nos mantuvimos la mirada de forma intensa. Iba a decir algo pero entonces, enmudecí. Él también se olvidó por completo de la conversación cuando un ruido enorme pareció pasar sobre nuestras cabezas partiendo el silencio en mil pedazos.

—¡TIERRA! —gritó de pronto alguien desde fuera—.¡TIERRA A LA VISTA! 

Me volví de inmediato, ansiosa.

—¿Tierra? —musité para mí misma. Esas palabras eran la única fuente de esperanza que había recibido desde que había despertado allí.

—Yo no estaría tan deseosa —advirtió con voz gutural.

La puerta se abrió de golpe y entró Elora. Fue a decir algo pero se detuvo al verme. Su expresión, en cambio, hablaba por ella. Sus labios fruncidos, sus ojos excesivamente abiertos... Un nuevo sonido sobrevoló el barco. El rostro de Hernan cambió de forma sutil. Salió con paso firme en dirección a la cubierta, seguido de Elora y de mí misma. Nada más cruzar el umbral, el viento me azotó con fuerza y vi un tercer avión cruzando el cielo a toda velocidad. Fue apenas una décima de segundo, pero conseguí seguir su trayectoria hasta que mis ojos se posaron sobre el horizonte de una tierra incendiada.

—No es posible tomar puerto —comentó Elora.

—¿Quién ha hecho esto? —preguntó él. Noté una leve nota colérica en su voz.

—Lo ignoro. No lo habíamos previsto.

Aparté la mirada del fuego para fijarme en él. Su rostro, aparentemente inexpresivo parecía debatirse en una guerra interna.

—Es demasiado arriesgado —dijo al fin con voz pausada—. Pasaremos de largo.

—Llevamos días sin alimentarnos.

Me giré hacia ella. ¿Días? ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente?

—No moriremos de inanición.

—No es el hambre lo que me preocupa —alegó ella.

Hernan le dirigió una mirada extraña que no fui capaz de descifrar.

—Avisa al resto, que vengan todos.

Dicho esto, regresó a la sala seguido de ella, y yo me quedé sola. Que se hubiera olvidado de mí era una buena noticia, pero no podía pensar en eso. En cuanto los grandes predadores desaparecieron, mis ojos regresaron al horizonte y se clavaron en el fuego, absortos en aquella imagen hermosa a la par que terrible. Algo dentro de mi pecho se encogió con violencia. Otros tres aviones sobrevolaron el barco en dirección a aquella desdichada costa en menos de un par de minutos. Aún lejos, podía distinguir el sonido de las bombas al caer, las explosiones, las llamas devorando todo a su paso y los gritos... Sobre todo los gritos. Un segundo después, el sonido agudo de una alarma envolvió todo lo demás... Tuve que huir de aquella terrorífica visión en el momento en que el hedor a sangre, humo y pólvora llegó hasta mí. Justo en ese instante, las velas se desplegaron y viraron sobre nuestras cabezas y el barco giró, alejándose de la tierra...

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Reconozco mi debilidad por Elora y Hernan. Especialmente por Hernan <3. ¿A alguien más le ocurre? :D 

¿Qué creéis que hay detrás de la puerta?

Trilogía Éxodo (Éxodo, Revelación y Jueces)Where stories live. Discover now