Parte VIII

10.3K 1K 120
                                    

La verdad y nada más que la verdad

Me levanté y fui a la ducha. No notaba si el agua estaba fría o caliente, pero esa era una de las pocas cosas que aún me hacían sentir normal. Lisange comentó algo sobre baños de agua helada para cuando me transformara, pero no tenía la más ligera intención de llegar tan lejos en ese momento, así que no había prestado mucha atención. Me recogí el pelo en una coleta, me puse unos vaqueros y una camiseta de manga larga y me calcé unas Converse. Contra lo que tenía que luchar era contra el color de mi piel, ahora que había descubierto la verdad habían vuelto a colocar todos los espejos en la casa y podía contemplar cómo cada vez se volvía más grisáceo. Los botes vacíos de base de maquillaje se amontonaban cada dos por tres en mi papelera.

El día era soleado y el característico aroma de la tierra húmeda inundaba el ambiente. Ese olor me levantó un poco el ánimo; me encantaba. El día anterior, Lisange se había quedado atónita cuando le dije que quería continuar acompañándola a la biblioteca; por supuesto, la razón era que quería hablar con Christian. Nada de lo que me habían contado tenía sentido. Explicaba algunas cosas, desde luego, pero no era algo alentador. No sabría decir con exactitud qué pensaba al respecto. ¿Decepción? ¿Escepticismo? ¿Miedo? Acababa de conocer lo que ocurre después de la muertey no parecía ser capaz de asimilarlo, tal vez porque no recordaba cómo me había ocurrido.

Desde el momento en que lo supe, padecí una sensación de vértigo permanente y muchas ganas de vomitar, acompañados por una irritante impotencia; no sabía qué debía hacer a continuación. Ahora que todo lo que me estaba ocurriendo tenía más o menos explicación y que no me estaba volviendo loca (o tal vez sí, nunca se sabe), mi decisión vacilaba.

No quiero decir que me estuviera echando atrás, tenía muy claro que no quería volver a empezar y mucho menos sin saber qué era lo que me había ocurrido; pero saber más cosas sobre mi nueva existencia me quitaba la excusa que me empujaba a querer quitarme la vida. Además, no quería ni imaginarme la expresión de los De Cote al enterarse de lo que habría hecho. La verdad es que les había cogido cariño, eran lo único que conocía y se habían portado muy bien conmigo, pero tampoco podía continuar con esa existencia solo por eso. Ellos lo entenderían tarde o temprano.

Cogí mis cosas y bajé a la calle. En ese momento, Lisange me esperaba ya en el coche, leyendo un libro cualquiera mientras se pellizcaba distraídamente el labio inferior con dos dedos. Me saludó con un movimiento de cabeza desganado en cuanto me senté a su lado. Yo esperé pero no arrancó, parecía que estaba demasiado enfrascada en la lectura. Me encogí de hombros, al fin y al cabo yo no tenía ninguna prisa, así que me acomodé en mi sitio y aguardé en silencio hasta que, de pronto, en un inesperado arrebato lanzó el libro contra el salpicadero, rebotó y cayó bajo mi asiento.

—¡LO ODIO, LO ODIO, LO ODIO! —comenzó a gritar.

—¿Qué ocurre? —pregunté alarmada.

Giró la llave de contacto con un rápido movimiento de muñeca y arrancó pisando a fondo el acelerador.

—¡Los finales felices no existen! ¡Los odio! Malditos sean esos absurdos humanos y su estúpida concepción del amor.

Me aferré a mi mochila; conducía de forma temeraria y ni siquiera parecía prestar atención a la carretera.

—Lisange... —intenté decir, pero ella giró, sin ninguna delicadeza, hacia la izquierda y yo perdí el equilibrio chocando contra el cristal de mi ventanilla.

Frenó ruidosamente y saltó a la acera a toda prisa con un fuerte portazo. La vi alejarse veloz hacia la entrada principal.

Aturdida, me incliné para recoger el libro de debajo de mi asiento. Sus tapas estaban muy desgastadas y había varias páginas marcadas. Le di la vuelta y vi el título Romeo et Juliette escrito en la portada. ¿Por qué habría llamado final feliz a eso? Hasta donde yo recordaba, ambos morían al final de la historia.

Trilogía Éxodo (Éxodo, Revelación y Jueces)On viuen les histories. Descobreix ara