Dudas

7.5K 894 95
                                    

Desgraciadamente, el hecho de que Christian se quedara no resultó como había imaginado. Los siguientes días apenas lo vi y podía considerarme afortunada si alcanzaba a desearle unos «Buenos días» o decirle un simple «Hola», ya que no estábamos cerca nunca el uno del otro, y era frustrante. Lisange jamás nos dejaba solos en la misma habitación, ni siquiera en la misma planta; en la mesa, se sentaba entre los dos, y en la sala también; si teníamos que salir, yo siempre iba en su coche y Christian en el otro. Así que tuve que contentarme con mirarle y hacer uso de mi imaginación, porque, aunque procuraba pasar fuera el menor tiempo posible para forzar nuestros encuentros, era imposible aproximarse a él. La obsesión de Lisange había llegado a tal punto que incluso interceptaba nuestros inocentes contactos visuales. Él se lo tomaba con humor, algo que me desesperaba, pero al menos sabía que le tenía ahí. Sin embargo, lo que llevaba cada vez peor era contener mis impulsos de abrazarme a él cuando lo veía o esconder la sonrisa boba que aparecía en mi rostro cuando nos cruzábamos.

Conforme fueron pasando los días, la situación cambió y, poco a poco, el descontrol fue apoderándose de la mansión de los De Cote. Apenas había comunicación entre nosotros: Liam se aislaba y de vez en cuando las notas de su violín llegaban hasta mi cuarto; por otro lado, Lisange estaba confusa porque no entendía la frialdad de Liam y eso hizo que comenzara a olvidarse de mantenerme alejada del recién llegado, de modo que en realidad, la única persona que de verdad se fijaba en mí era Christian. Pero él siempre se mostraba demasiado preocupado por mí, hasta un punto quizás obsesivo. Cualquiera que fuera mi más mínima queja, se desvivía por solucionarla para hacerme sentir mejor. Pero, en realidad, la única que tenía era no poder estar con él como una pareja normal. Le tenía más cerca que nunca y, en cambio, le notaba tan lejano como aquellos primeros días en la biblioteca.

Aunque eso no era lo peor. Para colmo, empezaba a sentirme muy cansada, no el tipo de cansancio que te va con- sumiendo cuando no has dormido, no; era algo más mental que físico. Habían comenzado a salirme unas extrañas manchas grises en la piel que se extendían por todo el cuerpo cada vez más rápido. No estaba segura, pero sospechaba que tenían algún tipo de relación con el hecho de que llevaba sin alimentarme desde que visité a Claire en aquel hospital. A pesar de lo que me había dicho Lisange, yo continuaba sintiéndome culpable por lo que le había ocurrido y me negaba en rotundo a la posibilidad de dañar a alguien más.

Demasiado agotada incluso para estar de pie junto a la ventana mirando al exterior, ya habían pasado tres días desde la última vez que salí de casa y cada vez me encontraba peor. Tomé aire con dificultad. Todos habían dado por sentado que mi creciente aspecto desnutrido se debía a la muerte de Flavio, y en parte era verdad. Se trataba de él y de todo lo demás, pero, por alguna razón, no me sentía capaz de compartir con nadie qué era lo que sentía; ni siquiera con Christian.

Aparte de todo eso, tenía muy claro que había algo más que yo desconocía, algo muy serio que se negaban a contarme. A lo mejor me estaba volviendo paranoica o había comenzado a perder el juicio. Todo había cambiado tanto desde que Flavio se había ido... Le echaba mucho de menos.

Unos brazos me rodearon por la espalda tomándome por sorpresa. Ni siquiera le había oído acercarse, probable- mente porque mis sentidos tenían la misma agudeza que cuando llegué allí, es decir, casi ninguna.

—¿Cómo has entrado aquí? —pregunté sobresaltada.

—He burlado la seguridad de tu puerta, Liam parece más animado y Lisange está con él.

—Es una gran noticia —dije con menos entusiasmo del que pretendía.

—¿Cómo estás hoy?

Me apartó el pelo y me besó el hombro. La piel no me ardió; apenas sentía nada a mi alrededor.

—Cansada —contesté con voz desganada—. Pero no tengo fuerzas ni para llegar hasta la cama —confesé.

Trilogía Éxodo (Éxodo, Revelación y Jueces)Where stories live. Discover now