»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«

~1. Risas Resonantes~

El silencio predominaba en aquel salón. Las 7 personas sentadas en los bancos se miraban entre si con duda, como queriendo saber el porqué de que aquellas personas se encuentran en ese lugar. Ninguno de ellos acostumbraba a estar con otra gente en el castigo, o si había alguien más, no llamaba la atención. Pero en este caso, todos se llamaban la atención entre si. La mayoría parecían buena gente, pero tenían un aire a mala persona que hacia que el otro quiera saber mas sobre aquel ser.

Samuel era uno de los menos interesados en el resto, su mirada de vez en cuando divagaba entre los demás en el salón, pero su atención se concentraba en el ser a un lado suyo. Guillermo.

Miraba el perfil de aquel chico con tanta atención que ya se había aprendido el perfil completo de él. Sus ojitos achinados combinaban a la perfección con su semblante tranquilo y esas mejillas abultadas y levemente rojizas dejaban que se luzcan sus marrones ojos. Su tez blanca hacia contraste con sus labios rosas que, ahora mismo, estaban en la más recta linea que podían haber tenido.

Guillermo entreabrio los labios para decir algo y Samuel se sintió desfallecer al sentir como la respiración del chico salia por su apetecible boca.

-¿Puedes dejar de mirarme así?- Sorprendentemente, Guillermo habló con la mirada todavía al frente. Su voz había sonado bajita, para que sólo Samuel pueda escucharla y nadie más. El fuerte chico, sorprendido por haber escuchado al de ojos rasgados hablar, abrió los ojos atónito. No esperaba que Guillermo hablara. Se relajó e hizo una pequeña sonrisa ladeada por la grave pero dulce voz que tenia el chico a un lado suyo.

Guillermo giró su rostro al ver que no hubo contestación encontrándose con la sonrisa de Samuel. Sonrisa que desapareció ni bien el chico concentró su mirada en el otro.

-Contesta- Dijo Guillermo borde y molesto por no tener la respuesta a su pregunta.

Samuel frunció el seño, realmente no sabia de que hablaba chico. Él estaba concentrado en el dulce tono de voz que había emitido y no se concentró en lo que había dicho. Además de que sus ojos captaron la atención desde el primer momento y sus labios soltando el aire le pareció el gesto más sexy que pudo haber visto en un hombre.

-Diculpa, ¿Qué?- Dijo Samuel volviendo a Tierra, haciendo que Guillermo se moleste. Pero sin querer reconocerlo, le había causado gracia el hecho de que Samuel se haya perdido tan profundamente en él. Tanta gracia que hasta fue capaz de que una risita salga de sus labios, llamando la atención de todos y haciendo que Samuel se pierda nuevamente en el sonido emitido por Guillermo, dándole replay en su cabeza una y otra y otra vez, hasta que así logre recordarla y no pueda sacarla de su memoria nunca más.

Si había algo que Guillermo odiaba era la atención. Que todos lo miren en silencio como analizándolo, lo ponia sumamente nervioso y hacia que, sin poder controlarlo, se sonroje. Cosa que odiaba más aún. Lo hacia ver débil y Guillermo no era para nada aquello. Además de que su mamá decía que le daba un toque tierno y él no quería ser para nada tierno.

-¿Tiene algo que compartir con él grupo, Guillermo?- Preguntó la profesora presente parándose de donde estaba sentada. Guillermo negó rápidamente y la profesora asintió, pero continuó hablando.-Bueno, ya que todavía nos quedan...- Miró su reloj en la muñeca- hora y media, vamos a hacer algo.- Terminó de hablar y empezó a moverse por todos lados pensando en una idea.

-Bien... Acerquensé y con los bancos formen un semicirculo- Dijo haciendo un gesto con sus manos para explicar como era aquella forma. Cosa que a todos le pareció estúpido, pues ya sabían como era un semicirculo.

Con quejas y bufidos todos empezaron a acercarse. Sabían que si se objetaban no conseguirían nada, pues ya estaban en el salón y lo que seguía sería el director y nadie quería ir allí. Todos ya tuvieron el placer-notemos el sarcasmo pues de placer no tuvo nada-de conocer la oficina del director.