~49. Problemas en el Paraíso~

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-Guillermo, detente...- Gritó Samuel en el medio del patio, haciendo que el menor detenga sus pasos. Hace un par de minutos Samuel estaba correteando a Guille por todo el sector externo, y si no fuera porque el menor se había cansado, seguiría corriendo sin duda. Tenía que retomar sus clases de natación para volver a poder estar más en forma. 

-¿Qué quieres? No entiendo la verdad, pensé que estábamos bien.- Habló Guillermo ni bien se giró para enfrentar a  Samuel. Sus ojitos estaban llorosos y sus mejillas más rojas de lo normal. Samuel odiaba verlo así, por lo que se acercó un poco al menor para acariciarlo. Guillermo para sorpresa de ambos, no se alejó. 

-¡Estamos bien! Ella se me acercó Guille, yo no la besé, ni siquiera llegué a hablarle porque me besó de la nada. Créeme por favor.- Suplicó Samuel, acariciando suavemente a Guille, haciendo que este se pierda en la cálida sensación que provocaban las manos de Samuel en su rostro. 

Guillermo se lo pensó un poco. Y no es de malo o desconfiado, es porque después de todo lo que pasó, ya no sentía que podía ser querido por alguien. Había entregado todo su amor a un persona que se supone, lo quería como es. Pero a la primera que encontró a alguien mejor, lo traicionó de la peor manera. Y el menor ya no sentía que alguien puediera quererlo de verdad. En estos momentos, su egocentrismo estaba por los suelos.

Pero Samuel era diferente. Se notaba de lejos, de muy lejos, que lo único que quería era verlo feliz a Guillermo. Y él lo sabía, claro que lo sabía. Desde aquel día en el baño, supo que lo único que podía transmitirle el mayor eran cosas buenas, pero el miedo seguía ahí, intacto. Preparado para hacerle cometer tonterías. 

-¿Problemas en el paraíso?- La persona que menos quería en ese momento apareció, para que todos los sentidos de Samuel se alertaran y la felicidad de Guillermo de a poco caiga en pequeños pedacitos. 

Camilo estaba parado detrás de Samuel, con una sonrisa burlona y sus brazos cruzados. Ambos chicos se giraron a él.

-¿Qué haces aquí?- Preguntó Guillermo enfrentándolo. Lo menos que le tenía a una persona como Camilo era miedo, y ya lo había demostrado. No tenía ni un poco de pudor con él, y si era necesario, estamparía miles de puños más en su cara. 

-Em... estudió aquí, Guille.- Dijo Camilo como si fuera algo obvio. El entrecejo de los otros dos chicos se frunció y Guillermo no dudó en acercarse amenazante a Camilo.

-No me digas Guille... no tienes ningún derecho a hacerlo. No después de lo que hiciste- Y sí, se estaba controlando. Porque el sólo hecho de ver el rostro de Camilo, le daban ganas de romperle todos y cada uno de sus huesos.

-Tú tampoco te quedas atrás.. también besaste a Samuel mientras estabas conmigo. Tú mismo lo has dicho. - Camilo señaló a Guillermo y con el dedo índice picó el pecho del menor- ¿Que pensará tu mami de ti, Guille?- Y si Guillermo pudo mantener el control, este se fue de sus manos ni bien Camilo nombró a su madre. Él ya no tenía ningún derecho de reclamarle nada.

-Mira gilipollas, no te metas con mi madre, porque así como yo te amaba ella también lo hizo, así que te tragas tus palabras si no quieres que te rompa la cara de quinientas maneras distintas- Guillermo se acercó a Camilo tomándolo del cuello. Samuel se alertó ante eso y trató de separarlo, pero no pudo. El enojo de Guillermo hacía que este tenga más fuerza de la común, lo que era extraño pero bueno para el menor.

Luego de decir todo lo que tenía para decirle a Camilo, tomó a Samuel de la mano y se dispusieron a seguir su discusión en otro lado.

-No entiendo como Rocío te eligió a ti... y encima no te devolvió. Debe sentirse horrible que tu propio hijo sea el causante de...- Y antes de siquiera poder terminar lo que quería decir, Camilo recibió un golpe en la cara, logrando que su nariz ya comience a sangrar.

-CÁLLATE, INFELIZ- Guillermo tiro al piso a Camilo, proporcionándole más golpes en todo el cuerpo, junto con lágrimas que no podían dejar de salir- Sabes bien lo que pasó, hijo de puta. ¿Cómo puedes decir eso? TE AMABA JODER, IGUAL QUE YO! ERAS COMO SU OTRO HIJO- Samuel un poco confundido por las cosas que decían, sacó a Guillermo de encima de Camilo. El menor se retorció por unos segundos, pero se rindió ante la notoria fuerza de Samuel.

Camilo se fue de ahí rápido, pues no quería que siguieran golpeándolo.

-Tranquilo, chiqui... estoy aquí- Samuel abrazó al menor y este se escondió en su cuello nuevamente, pasando ambos brazos por el torso de Samuel.

El mayor no entendía nada. Las cosas que habían dicho le daban una idea, pero no quería preguntar tampoco. Tenía que enterarse más de la vida de Guillermo y entender todas las cosas malas por las que pasó, que al parecer eran muchas.

Pero antes, tendría que borrar esas lágrimas de sus mejillas. Hacer que toda esa tristeza acumulada, se convierta en un recuerdo.

Separó un poco a Guillermo de su cuerpo y con su dedo gordo limpió el liquido que posaba en el rostro del menor. Este le sonrió forzado, agradeciéndole el gesto.

-Ya no llores, pequeño...- Le susurró el mayor, agarrando el rostro de Guille entre ambas manos. Depositó un pequeño y casto beso en sus labios, logrando que las mejillas del menor se tornen rosadas de la vergüenza.

-Hay tantas cosas que no sabes... que si las supieras, entenderías porque lloro tanto...- Guillermo se limpió a si mismo con las mangas del buzo y volvió a acurrucarse en los brazos de Samuel, quien lo recibió con gusto en su pecho.

-Tengo todo el día para escucharte, chiqui- Le dijo Samuel, haciendo el abrazo más apretado y cálido. El menor se sobo la mejilla con el pecho de Samuel y sonrió por lo bien que se sentía estar así con él.

-Acabo de llorar espera un poco- Y ambos rieron. Samuel porque la ternura que irradiaba Guillermo al simplemente hablar, era increíble. Y el menor, porque sus nervios le causaban eso.

Samuel quería descubrir cada secreto que Guillermo oculte y ayudarlo a superar todos aquellos obstáculos que le pone la vida. Quería que Guillermo recupere todas esas ganas de vivir que su madre un día le había dado. Quizás él no era la mejor persona. Quizás no era un príncipe azul... pero haría que Guillermo se sienta como tal.

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Pequeño y bello capítulo para introducirlos al siguiente. Tal vez Samuel se entere de todo? Ai don nouuuu

Espero que les haya gustado, aunque es medio pocho y lo admito.

Tengo ganas de comer rosca de pascua :v Sabes como entra con la cindor? Buaaaa que hambreeeee

Bueno, muchas gracias por todo bellísimas personitas de mi alma.
Espero que les esté gustando mucho como transcurre la historia y... yo creo que va a ser larga. Si quieren que me apure diganme, eh? Sin miedo :B Es que me esplayo mucho y me voy por las ramas pero voy a tratar de ir al punto más rápido v:

Gracias de corazón y nos leemos otro día<3

Luna❤

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Where stories live. Discover now