~41. Reconciliación Pasional ~

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Frank se encontraba solo en su casa. Esta era una de las pocas veces que odiaba estar en completa soledad. El silencio hacía que su mente cree pensamientos que destrozan al pelinegro. No podía hacer nada para distraerse, porque el recuerdo del beso de Alex y Camilo, llegaba a su cabeza para evitar que pueda hacer cualquier cosa con concentración.

Se repetía la escena una y otra vez, y sólo le generaban ganas de golpear a Camilo tantas veces, hasta dejarlo inconsciente.

Y todavía no perdonaba al menor. Todavía tenía ese dolor en su pecho, que lo hacía sentirse muy mal con tan sólo verlo. Verlo y al instante recordar, que esos suaves labios, habían besado a otra persona. Con el simple hecho de recordarlo, su corazón volvía a partirse en otro pedacito. Pero era inevitable. La tristeza que sentía en su ser, opaca todo sentimiento. Y la lluvia fuera de su ventana, por alguna razón, incrementaba esa tristeza. Como que si él está mal, el mundo le dará más razones para estarlo. Odia la lluvia.

El timbre lo sacó de sus pensamientos.

Desanimado, y arrastrando los pies sobre el piso, abrió la puerta. Encontrándose con la persona que en este momento, menos quería ver.

El cuerpo de Alex estaba parado frente a él. El cuerpo de Alex... estaba parado frente a él... y mojado.

Se quedó quieto en su lugar, sin poder creer que el menor haya ido hasta su casa sólo para hablar con él, y con la tormenta que había, había venido caminando. Si es que está loco.

Frank inconscientemente sonrió, amaba que hagan esas cosas por él.

-¿Puedo pasar?- Dijo Alex, como un cachorrito mojado, mientras levantaba la vista que anteriormente, estaba sobre el suelo. Frank no podía negar que se veía sumamente tierno así... pequeño y mojado. Además de bueno, sumamente sexy.

-Claro, lo siento- Le respondió Frank, haciéndose a un lado para que el menor pase, cerrando la puerta tras él.

Alex miró la casa con detenimiento. Ya la conocía, pero hace varios días que no iba a ella. En cierto modo la extrañaba. Miraba el sofá y recordaba las veces que tuvieron sexo ahí. Miraba la cocina y pasaba lo mismo, hasta la mesa que tenía en el centro del salón, era testigo de su amor. Y sonrió. Sonrió porque cada recuerdo con Frank era el mejor, y necesitaba volver a tenerlos junto a él.

-¿Podemos hablar?- Dijo Alex, al ver que Frank estaba dispuesto a decir otra cosa. Él había venido sólo para hablar, no quería hacer ninguna otra cosa.

-¿No quieres darte un baño antes? Te presto un poco de ropa. Así no me ensucias toda la casa.- Dijo Frank, haciendo que toda idea de hablar de Alex se vaya. Tal vez un baño no vendría mal, y menos si después se ponía la ropa de Frank. Si, definitivamente no era un mal plan. Ya después hablarían. -Ve yendo, ya sabes donde es...- Alex sonrió, y se dirigió al baño que, si mal no recordaba, nunca había sido testigo de su amor.

Llegó a la habitación, se sacó toda la ropa y entro en la ducha. Le costó un poco abrirla, porque estaba cerrada con demasiada fuerza. Notó que no tenía una toalla, y sonrió... tal vez el tomar un baño era mejor idea de la que pensaba.

-Te traje esto espero no te...- Frank se quedó en silencio, al ver al menor dado vuelta y desnudo. Estaba mirando hacia la ducha, como tapándose sus partes, un poco inhibido.- queden demasiado grandes toma- Terminó de hablar, más nervioso y rápido que anteriormente. Con él trajo una toalla, se la tendió al menor y se dirigió a la salida.

-No puedo abrir la ducha- Dijo Alex en un tono bajo y como con vergüenza. Frank no sabía si aquello lo estaba actuando, o de verdad tenia vergüenza de mostrarse. Lo que sería estúpido, lo vio desnudo millones de veces. Hasta él mismo lo desnudó.

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Where stories live. Discover now