~94. No hay tiempo~

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Hora antes de llegar al hospital.

[Mangelcito: Vendrías a casa?]
[Mangelcito: Es importante]

[Tú: Enseguida voy!]

Frank se encontraba en casa de Alex. Desde que la madre del menor no estaba en la casa, él se la pasaba más tiempo en aquel lugar. Para distraerlo o simplemente para pasar el rato junto a él. La relación se estaba tornando complicada ya que Alex estaba la mayor parte del tiempo decaído y deprimido, pero eso no quitaba el que Frank lo ame.

Oh sí, ya puede decir que lo ama.

Pasó tanto tiempo ya que simplemente su corazón comenzó a decir a qué dirección tenía que mirar. Hacia donde tenía que ir para encontrar aquella persona a la cual realmente ama. Y aunque él quisiera negar todo, y aunque quisiera mirar para otro -aunque no quiere- Alex siempre estaba en su mira y no había forma de remediar la adicción que tenía por su pequeño. Es que el sólo hecho de verlo ahí, acostado, parado, jugando, riendo, haciendo simplemente nada, lo hacía pensar en la suerte que tenía por tener a alguien así a su lado. Y aunque Alex tenía todos los problemas e imperfecciones como cualquier persona normal, Frank lo amaba tal y como era. Tal y como viene, simplemente amaba su forma de ser y de demostrar su cariño y amor. Lo amaba y no había palabra mejor para expresar la rapidez con la que late su corazón cada vez que están juntos.

Alex estaba acostado en el sofá del salón de su casa. Desde la ida de su madre pareciera que ese era su lugar en el mundo. No salía del sillón mas que para comer, ir al baño o al colegio, donde más o menos podía decir que era su segundo hogar. A Frank lo mataba verlo así y quería hacer lo que fuera porque su pequeño se ponga mejor, pero sabía que lo que había hecho por su madre era lo mejor para ella también entonces no sabía muy bien qué era lo que tenía que hacer. No podía traer de nuevo a su madre, pero trataría de traer de nuevo a aquel Alex, no alegre porque no lo podía describir como alguien así, pero tal vez, aquel que demostraba verdaderas ganas de vivir.

Se acercó al menor, tirándose encima de él ocasionando que Alex se queje por aquello.

-Me tengo que ir, Mangel me pidió que vaya a su casa- Frank apoyó su cabeza en el pecho de Alex, importándole poco el que el menor estuviera viendo agradablemente algún programa cutre de la televisión.

-No te vayas...- Abrazó con todas sus fuerzas a Frank, impidiendo el que se vaya. El mayor sintió que su corazón latía rápido y tal vez, podría acostumbrarse a este Alex, y más y seguía así de tierno como lo estaba siendo ahora mismo.

Tal vez Mangel podía esperar más tiempo.

(...)

-¿Quieres venir conmigo a lo de Mangel? No quiero que estés solo...- Luego de varios y largos minutos acostados cómodamente en el sofá, ambos se dispusieron en que era hora de que el mayor se marchara. Hace 45 minutos que Mangel me había hablado para que vaya a la casa y se le estaba haciendo un poco, demasiado, tarde. Pero tampoco quería separarse de ese pequeño ser que hacía de su vida un total locura.

-¿Me esperas que me visto?- Preguntó Alex, quién estaba en bata y con una frazada envuelta en el cuerpo por el frío que estaba empezando a hacer aquel día. Parecía que en cualquier momento comenzaría a llover y aunque la idea de quedarse en casa y ver series era tentadora, pasar tiempo con su amigo y novio lo era más.

Tal vez no sabían que no había tiempo.

-Pero si estás hermoso así- Frank lo acercó a él y lo besó castamente en sus labios. Alex le sonrió y se dirigió hacia su habitación para cambiarse, no sin antes, recibir una suave nalgada de parte de Frank, que ocasionó risas en ambos.

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Where stories live. Discover now