Epílogo

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Las calles de Los Ángeles era el lugar perfecto para él. Su paseo tranquilo y distraído lo sacaba de nerviosismo y cualquier estrés que podría llevar ese día. El tema del trabajo no era nada fácil, y es que ser administrador de empresas a tan temprana edad, no era algo que se mantenía con facilidad.
Hace un año que estaba ahí y ya se moría de ganas de volver. Lo extrañaba, aunque le cueste mucho admitirlo, y quería volverlo a ver pero sabía que todavía no era tiempo para aquello. Se habían separado por necesidad, y ahora lo extrañaba más que nunca. Estar con un océano en medio les impedía mucho el contacto, por más de qué Samuel siempre decía que no tenía tiempo. Y no es que no le creyera, sólo que quería hablar con él pero parecía que el mayor tenía otros planes.

El trabajo que tenía lo estaba dejando exausto. Se sentía muy cansado y tenía ganas de volver a su hermoso hogar allá en Madrid. Luego de su graduación, se había mudado y completado su casa. Bueno, la de su madre, la cual ya estaba completita y lista para que Guillermo vuelva a vivir allí. Extrañaba todo ese lugar, el Hogar de niños que cada vez tenían más y más pequeños. Triste en cierta parte, pero el menor estaba bastante feliz de que los chicos puedan ir a ese hogar en vez de a otro. Aunque sabía que muchos niños se quedaban sin el placer de conocer ese hermoso lugar donde se había criado. Extrañaba a sus amigos, que se habían convertido en una clase de hermanos. Ya tenía como 15 hermanos y ninguno de sangre. Estaba bastante feliz. Carol por fin pudo salir del encierro que era vivir con su tía y tener que ver a su padre cada tanto, ahora tenía un mini departamento en el centro de la ciudad y cada tanto se veía con Guillermo. Ahora que estaban separados hablaban mucho por WhatsApp y la pequeña, ya no tan pequeña, aprovechaba para pedirle cosas para llevarle. No iba a desaprovechar la idea de que su hermano está en un viaje de trabajo en Los Ángeles, tenía que sacar algo de eso. Además de vivir casi un año entero sin la presencia de su hermano. Ya tenía que admitir que lo extrañaba, y lo hacía, pero jamás se lo diría a él en frente.

En la vuelta en taxi de su trabajo a su apartamento a un lado de la playa -el cual le brindaba la empresa- se estaba cuestionando el hecho de que ya tenía demasiado tiempo lejos de todo y de su familia. Necesitaba volver, quería volver. Un mundo solo y constantemente trabajado no era algo que quería para su vida. Necesitaba el cariño y amor de su familia y amigos, que hacían parecer al trabajo como algo totalmente secundario. Y de verdad lo era, cuando estaba allá sentía como las cosas iban a un ritmo rápido. El ir a la empresa se tornaba divertido, porque además de extrañar a la gente de allá, no tenía a nadie acá que no haga notar esa ausencia. En este año forjó relación con un par de personas, pero no eso no quita que las de allá tengan algo especial. Eran divertidos y ya los conocía bastante como para poder hacer bromas de todo tipo.

Extrañaba y mucho. Tal vez, ya era hora de volver.

(...)

Cuando Guillermo se fue a Estados Unidos, él se había mudado inmediatamente a la casa de su madre. Los primeros días eran un completo desastre ya que Guillermo ayudaba mucho con la casa y el cuidado de ella. No es que Samuel no supiera hacer nada de lo que el menor hacía, es sólo que él lo hacía mejor. Cuando recién se habían mudado juntos -que fue muy poco después de graduarse- Guillermo se quedaba en casa y ayudaba con toda la limpieza. No por nada, sino porque Samuel estaba mucho más avanzado en sus estudios de enfermería que Guillermo en los de administración. Entonces decidieron que el primer años, Samuel se dedicaría a terminar sus estudios y Guillermo a mantener la casa ordenada y limpia para vivir. Ahora que el menor se había ido, Samuel sentía que no era su casa esa, y había decidido irse a la de su madre para que todo sea mucho más fácil. Ya por suerte había logrado terminar sus estudios, a pesar de que eran casi siete años, y no llevaba más de 4, pudo comenzar a trabajar como ayudante de enfermería, para mantener a él y su familia. Ya que su padre había desaparecido totalmente, Samuel decidió ayudar a su madre con toda la casa por un tiempo. Hace un año que llevaba viviendo con ella y tal vez, sólo tal vez, hace un año también estaba extrañando a Guillermo.

Y como si lo hubiera invocado, un mensaje de Guillermo le llegó al celular.

[Guille💚: Mañana estoy allí a la una de la tarde. No me aguantaba un día más solo, ya los extraño!😘😘👧👨‍❤‍💋‍👨🙌]

[Tú: Cómo!? Ay niño me matarás, gracias al cielo, ya te extrañábamos nosotros también, y mucho! A la una estoy en el aeropuerto!]

[Guille:😍😍😍]

Sonrió como bobo enamorado frente al celular y un aire refrescante entró por la ventana de la habitación. Feliz y sonriente, continuó jugando con la muchachita que estaba a un lado suyo.

(...)

Ay... El aire contaminado de Madrid era algo que sin duda no extrañaba. Los aeropuertos no eran su lugar favorito en el mundo, pero sin embargo, amaba estar ahí ahora. Recién había bajado del avión y tan sólo quedaba encontrarse con Samuel y llegar a casa para que todo estuviera tal y como esperaba. Necesitaba un abrazo, beso y su compañía otra vez. Necesitaba todo de él y de ella igual. Es que se moría de ganas de verlos a ambos y darles demasiados besos y abrazos para recordar cómo se sentía estar en familia.

Caminó por toda la planta baja del aeropuerto, buscando desesperado la puerta de salida en la que Samuel le había dicho que estaba. Era cosa de verlos y salir corriendo hacia ellos por la gran desesperación que tenía. Realmente, los había extrañado. Muchísimo.

-¡Papi!- Escuchó un grito de una niña más unos pasos veloces corriendo hacia él y supo, no lo había dudado, eso era lo que más había extrañado en todo este tiempo. Se dio media vuelta para ser abrazado ferozmente por una pequeña niña.

-Ay pequeña, como te extrañé- Habló en su oído, agachándose a su altura para así poder abrazarla y sentirla mucho mejor.

-¿Y para mí no hay abrazo o cómo es esto?- Está vez, se escuchó a un indignado Samuel, quién estaba parado al lado de las personas abeazadas. Guillermo estiró su mano, para agarrar la del mayor y así, unirlo a este hermoso abrazo familiar.

Ya estaba en casa y no había mejor lugar que éste.

~•~•~•~

Es el epílogo más pocho del mundo, i know, pero es que quería PUBLICARLO YA PORQUE LES TENGO UNA SORPRESA.

Pero primero, ¿Quién es la niña esta que aparece de la nada? ¿Cuánto tiempo pasó? Aahhhhh esto y mucho más se responde en el EPÍLOGO DE LA SEGUNDA TEMPORADA DE ESTA HERMOSA HISTORIA.

Sí que sí. Me lo pidieron tanto que me dieron ganas y acá está. Ya tengo más o menos todo planeado, y ni bien termine las dos Historias que tengo en curso, sale.. ATENCIÓN QUE VIENE EL NOMBRE, SOY TODA UNA ORIGINAL PENSANTE DE NOMBRES ASOMBROSA "El Salón de mi Hija" JAJAJAJ cero original, acepto ideas.
Bueno, sale esa y una más.

Espero que le den tanto apoyo y amor cómo lo hicieron con esta que terminamos. Muchísimas gracias por todo, me tienen de pies a cabeza con todo el amor.

En unos días publico la información de todo y ahí pueden ir tirando ideas para nombres.

Muchas gracias nuevamente y

Nos leemos otro día<3

Luna❤

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Where stories live. Discover now