~34. ¿Jugamos?~

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ESPECIAL 100 SEGUIDORES: PARTE DOS.

La tarde para ambos estaba siendo muy divertida. Sus charlas sin sentido alguno eran de su completo agrado y ambos sabían que con el poco tiempo de conocerse, habían formado una gran amistad.

Rubius sentía que Mangel era aquella persona perfecta para su vida. El amigo incondicional que hace lo que sea porque estés bien. Y sabe que es así. No importa que es lo que esté haciendo el otro, si Rubén habla Mangel le presta toda la atención que Rubius necesita. Y le encanta, le encanta el hecho de que se preocupe tanto por no querer hacer que explote de furia por falta de atención. Y es que aunque lo odiara, no podría evitarlo.

Y Mangel... Mangel sabía que Rubius era especial. Porque lo hacía sentir especial a él. Nunca lo había criticado ni por como es, ni por su físico y eso era algo que le encantaba. Mangel siempre tuvo problemas con su cuerpo. De pequeño no conseguía muchos amigos por ese tema, siempre era una de las burlas de los salones y así fue como su odio fue creciendo. Las personas siempre lo habían excluido por como es, pero al encontrarse con Rubius, desde el primer momento, él lo acepto como era. También Frank, él había hecho lo mismo hace un tiempo atrás, pero el Rubio tenía algo que Frank no, y no sabía que era, sólo quería que siga fluyendo.

Sus charlas no estaban muy allá. Eran varios temas conectados por palabras o por frases como "Ah! Hablando de eso...". Y en realidad era gracioso, esa facilidad para unir los temas, lograba que la conversación dure mucho y así la tarde la puedan seguir pasando juntos.

Ninguno sabía que era lo que exactamente tenía la otra persona, pero si sabían que en ese puto de su vida, se necesitaban y era lo mejor que podía pasarles. Se miraban como con miedo de lo que pueda hacer la otra persona, pero a ponerse a pensar que en realidad estaban con el otro, los hacia relajarse y hacer que todo sea mas leve.

Sus sonrisas no se borraban y las risas resonaban en la casa de Mangel. Estaban ahí desde la salida del colegio y casi eran las 8 de la noche, por lo cual estaban seguros de que cenarán juntos, como estos últimos días.

Y es que, realmente, hace tiempo que no la pasaban tan bien con una persona. Es como que sentían que si estaba juntos, nada podía salir mal. Si estaban juntos, podrían venir una horda de zombies y estaban seguros que juntos, acabaría con ellos. Aunque bueno, exageraban. Nadie podría acabar con una horda de zombies con el poder de la amistad, pero que el significado era lo que importaba y hasta que se demuestre lo contrario, ellos estaban seguros que podían ganarles.

Sólo bastaba con mirarlos. Se complementaban tan bien, que daba hasta miedo. Muchas veces dicen las mismas palabras al mismo tiempo y les hes inevitable no pensar, en lo bien que podían llegar a conocerse. Y aunque no se dieron la oportunidad de hacer a profundidad, sabían que no era tan necesario, pues eran iguales y eso también lo hacía mejor.

Aunque también tenían sus diferencias. Hay cosas de Rubius que Mangel no soporta. Como que tenga que mover el pie todo el tiempo. Si es que lo pone de los nervios a Mangel, pero se estaba acostumbrando y tampoco es como que importara mucho lo que Rubius hacía con su pie, sólo que el insistente ruido del golpe contra el suelo, lo ponía muy nervioso. 

Y bueno, Rubén está tan acostumbrado a que Mangel le preste demasiada atención, que con sólo no mirarlo, hace que Rubius tenga que contenerse de no gritarle en toda la cara que le preste atención. Porque realmente lo hacía, pero sólo que no lo miraba mientras le hablaba, y eso le molestaba. Muy mal hizo Mangel en más acostumbrarlo.

Habían pedido pizza para cenar y era increíble como hasta en eso compartían gustos. Un par de cervezas también y es que nuca venían mal. Al no haber de lata, pidieron en botella grande, por lo que fueron a buscar vasos para que cuando llegue, esté todo preparado para comer y seguir con la vida.

(...)

-Tu, la mejor pizza que probé en años- le dijo Rubius con toda la comida en la boca, haciendo reír a Mangel. Rubén ya iba por su tercera porción del día y todavía quedaba otra para comer. Mangel se divertía pues la cara de disfrute que pone Rubius al comer algo que le gusta, era muy graciosa.

-Si, las hace mi padrastro.- Le respondió Mangel.

Sus mamá no tenían un trabajo muy allá. De hecho se podía notar, pues el ambiente donde vivía Mangel no era muy sobresaliente. Obvio, vivía perfectamente bien. Su departamento era chiquito, pero tenía lo justo y necesario para subsistir. Su padrastro, trabaja en una pizzería propia, la cual al no ser tan conocida, no lo hacía ganar mucho, pero tenía que decir, que aunque el hombre no sea el mejor hacia una pizzas que te quedas loco.

-¿No es muy bueno el hombre, no?- Preguntó Rubius, agarrando otra de las porciones de pizza que había. Mangel recién iba por la segunda, ya que no tenía muchas ganas de comer. Extrañamente.

Y es que el nudo que siente en la panza al hablar de su familia, hacia que se le quiten todas las ganas de comer. Amaba a su familia, que no se mal intérprete, pero habían tenido tantos problemas, que el recordarlo lo hacía sentirse mal. Muy mal.

-No, la verdad no me cae muy bien. Pero mi mamá es feliz, y con eso es suficiente para mi- Comentó sonriendo, al recordar lo contenta que se ve su madre al pasar tiempo con ese hombre.

Mangel no sabía porque no le cae bien. El tipo parecía buena gente y todo, pero tenía algo que no le terminaba de convencer. Su mirada no le inspiraba confianza de ningún tipo, y era extraño, porque siempre parecía que estaba feliz, pero se la veía falsa esa felicidad. Tal vez, son alucinaciones suyas.

Rubius había notado que a Mangel no le gustaba hablar de eso. Su semblante se había vuelto serio de repente, y la pizza que tenía en la mano la había vuelto a dejar arriba de la mesa. Se sintió mal al segundo, porque no tenía idea de que hablar de la familia de Mangel le podía caer tan mal.

-¿Jugamos?- Le preguntó al pelinegro, mientras sostenía un mando de la consola en su mano.

Mangel asintió sonriendo porque sabía que se había dado cuenta de que no le gustaba hablar de eso, y en vez de atormentarlo con millones de preguntas más, cambió el tema y siguió con la vida. 

No sabía porqué, pero Rubius se sentía con la obligación de desaparecer todos los fantasmas del pasado de Mangel.

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Aloh! Se sorprendieron con el capítulo? Es por el especial... no es que me haya equivocado ayer y quería hacer como que fue todo a posta.. no.. no.. QUIEN DIJO ESO? PERO QUE MENTIROSO, CHE.. ESTABA TODO PLANEADO :V

Bueno en serio, ayer me equivoque y no debí publicarlo... Creo... No sé... En realidad.. No, no tendría que haberlo hecho.. pero bueno, lo hice y fue. Pero de todas formas, acá tienen otro :D para que vean que aUNQUE ME EQUIVOQUE, LOS DÍAS QUE DEBO PUBLICAR, PUBLICARÉ... AÚN SI ESTOY MURIENDO.

Gracias por todo Bellas personas y... DIOS! ESTAMOS A NADA DE LOS 1K DE ⭐... Creo que voy a morir..  COMO SE RESPIRABA? Ahre.

Espero les haya gustado y de nuevo gracias<3

Luna❤

PD: Si me quedó muy pocho perdón, pero se supone que no debería hacerlo :'v pero como soy tonta lo tengo que hacer igual. Ya el próximo lo preparo con más tiempo y quedará mejor (espero, porque si no yo voy a quedar mal :v)

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora