»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«

~21. Viaje en Auto~

El abrazo había durado más de lo que pensaban. Estar en los brazos del otro se sentía tan bien, como al estar en invierno te tapas con la manta en una noche fría y oscura. Sus cuerpos estaban unidos, sintiendo el latir del corazón del otro.

Se sentían a salvo entre sus brazos y no necesitaban otra cosa para sobrevivir a cualquier ataque. Sólo ellos formaban parte de sus vidas, y era lo que necesitaban en esos momentos.

Mangel miraba na escena enternecido. Nunca había visto al menor así y en realidad era raro. Él de mostraba como una persona súper dura y fría, pero ahora mismo estaba presenciado como Guillermo parecía una persona totalmente diferente. Con un corazón lleno de amor y cariño para dar.

Sonrió, pues le parecía tierno.

Ambos chicos abrazados, luego de unos minutos, se separaron para sonreírse y fundir sus labios en un corto y casto beso. Se necesitaban de esa forma, hace mucho que ninguno tocaba labios ajenos y se extrañaba.

Se separaron totalmente, Guillermo tomó una de las maletas de su novio y miró a Mangel, quien seguía enternecido por la dulce escena. Guillermo se sonrojó con aquella mirada, ganándose una risa de ambos otros presentes.

-Mangel... él es Camilo, mi novio- Dijo Guillermo señalando al muchacho a un lado suyo.-Camilo, Mangel... Un amigo del insituto- Terminó de hablar mientras señalaba respectivamente. Ambos nombrados se saludaron con la mano pronunciando un "mucho gusto" al mismo tiempo.

Comenzaron su caminata hasta él auto, escuchando la agradable historia de Camilo y su viaje de estudios por Itaia. Él había ido de intercambio por unos meses y allá era todo muy diferente. Obvio que cuando había terminado su periodo en el país, no dudo en saltearse unos días y recorrer más del lugar. Había visitado varias ciudades y se notaba el entusiasmo que le había puesto, pues lo contaba feliz y orgulloso.

-Deberíamos ir un día...- Le dijo Camilo a Guillermo, arrepintiéndose al segundo, pues la situación económica del menor no era la mejor y él lo sabia.

Camilo tenia una vida totalmente diferente a la de Guillermo. Se habían criado en el mismo ámbito y desde que se conocieron no se separaron. Cuando eran unos pequeños niños se habían conocido, al principio su amistad era linda y duradera pero en algún momento algo cambio, para bien, lo que hizo que se enamoraran... Hace ya 4 años. Camilo conoció a la bella persona que era la madre de Guillermo y al hijo de puta que era el padre. Podría decirse que él la amaba a la mujer tanto como Guillermo y odiaba al hombre mucho más, estaba seguro.

Luego de la muerte de la madre de Guillermo, ya nada era como antes en su vida. Todo comenzó a decaer y Camilo fue el único que estuvo para él en esos momentos. Conocía por demás las diferentes situaciones por las que pasó el menor y aunque sus vidas sean totalmente diferentes, era muy consciente de que con él, no podía alardear las cosas que tenía. Muchas veces se habrá privado de contarle nuevas posesiones, hasta que Guillermo se daba cuenta de esto y lo reprendía por no contarle.

Guillermo le sonrió, pues la mirada de Camilo transmitía un deje de disculpas por la tontería que dijo.

-Si, deberíamos- Dijo el menor, sintiéndole aún más, pasando su brazo por la cintura de su novio. Este sonrió, y con su manos libre pasó el brazo por los hombros de Guillermo y continuaron caminando.

El auto estaba ubicado cerca de la puerta del aeropuerto, por lo que encontrarlo en el estacionamiento no fue difícil.

Los tres se subieron. Guillermo fue adelante para poder guiar mejor a Mangel hacia el apartamento de Camilo, el cual era sustentado por sus papás. El nombrado iba atrás con un bolso al lado.