~71. Cálida Bienvenida ~

3K 386 165
                                    

Antes que nada...

Un saludito muy peludito para covadonga2015 . Tu nombre me suena a CAGUABONGAAAAAA UUJUUUU *se tira al mar*

Otro muy potro para wigetta--love

Y una palmada en la espalda, con una esmeralda, para TutiLuti

Muchas gracias bellezas!
Ahora si, continúen...

~•~•~•~•~•~

La mañana de marzo comenzaba fría y ventosa. Aunque se sentía el aire fresco a primavera que estaba por empezar. Por la ventana entraba un viento fresco que si bien no te hacía morir de frío, te obligaba a ponerte un jersey para no resfriarte.

Aunque Guillermo tenía más que un resfrío.

Sería demasiado frío aún cuando su cuerpo estaba debajo de una mants gruesa que Samuel había puesto especialmente para él, esperándose que el menor se despierte con esa temperatura. Su cabeza dolía tanto que sentía que iba a explotar y tan sólo recordaba ciertas escenas de la noche anterior.

Podría jurarse una vez más que nunca iba a tomar tanto de nuevo, pero sabía que era completamente mentira.

Su cuerpo estaba helado, o por lo menos él lo sentía así, y sus pues descubiertos provocaban espasmos helados en todo su cuerpo. Sentía el cabello mojado, ya que no se había secado en toda la noche, por la humedad que había en el aire. Un recuerdo de Samuel y él en el baño llegó a su mente, tiñiéndole las mejillas de rojo, más de lo que ya estaban.

Se sentó en la cama que, por cierto, ers súper cómoda comparada con la del Hogar. Bueno, todas las camas eran cómodas comparadas con esas, pero tampoco se iba a quejar del único lugar donde recibía cariño. Sonrió por el simple hecho de acordarse de las buenas personas que lo rodeaban en ese lugar. Y entró en pánico en el mismo segundo, al darse cuenta que no estaba durmiendo en la incómoda cama del hogar, si no que estaba en la cama de Samuel... EN SU CASA.

La vergüenza que sintió por un segundo, logró hacer que su cabeza explote dolor. Comenzó a buscar su ropa por toda la habitación, hasta que se dió cuenta que tenía la ropa de Samuel puesta. Sonrió, e inspiró muy fuerte el aire sintiendo el rico perfume que la ropa embriagaba. Olía tanto a Samuel, que le fue imposible no abrazarse a sí mismo para sentirlo más cerca.

Aquel hombre había dado vuelta su vida completamente. No entendía como ahora mismo, su felicidad dependía de él, todo su ser dependía de él. Y de que lo quiera. Que lo mime, abrace, contenga y seque todas sus lágrimas. Que le provoque sonrisas y ganas de reír hasta ahogarse. Que el nudo en la garganta y las mariposas en la panza, sean algo que quiera sentir todos los días, si es que lo provocaba Samuel.

Se había puto enamorado de un hombre en un mes, y atrevía a decir miles de veces que fue uno de los mejores meses de su vida. Es que... de sólo pensarlo sonreía. De los tontos chistes del mayor, de sus ganas constantes de hacerlo reir y que la pase bien, haciéndole olvidar por un momento, lo mierda que era el mundo.

A su lado, el mundo era un lugar totalmente distinto. Algo así como el paraíso.

Se sentó en el borde de la cama y esperó unos minutos antes de levantarse, para prevenir el mareo que seguramente vendría si se levantará rápido. Se puso de pie y se mareó igualmente, ahora mismo se estaba odiando por haber tomado más de 10 chupitos de vaya a saber qué... más tonto imposible.

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Where stories live. Discover now