~19. Nuestro Secreto~

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No sabían como habían llegado hasta esa situación. El ambiente se había tornado pasional y lujurioso, haciendo que ellos no piensen con claridad. Se estaban jugando la vida, pero realmente no les importaba. No sabían de donde, pero un deseo por el cuerpo del otro les había carcomido la mente. Sus cuerpos se tocaban de manera violenta, y sus labios colisionaban de la forma más pasional posible.

Tenían sus cuerpos sudorosos, pero no les importaba mientras estos de toquen. Sus manos recorrían el torso del contrario, haciendo que corrientes divaguen por todo su ser.

Frank tenía las piernas del menor enredadas en su cintura. Los movimientos de pelvis de Alex eran algo que lo volvían loco, y no se resistió a tenerlo encima suyo. El menor se sujetaba por los brazos alrededor de los hombros de Frank, y este tenía sus manos en las nalgas de Alex para sujetarlo con más fuerza y que no cayera.

Las respiraciones agitadas se escuchaban a la par que los jadeos que producían por la excitación.

Rápidamente la camiseta de Frank fue sacada con mucha fuerza de su cuerpo, haciendo que el torso marcado quede al aire, listo para que Alex pueda tocarlo a su antojo. Subía y bajaba sus manos por toda la extensión de sus abdominales y pectorales, lo cual lograba que Frank delire de placer por los movimientos tan certeros que hacía Alex. Sus jadeos los trataba de ocultar mordiendo su labio inferior, el cual ya estaba hinchado y rojo de la presión que aplicaba. A veces no podía retenerlos y los dejaba salir ocultándose en le cuello del menor, haciendo que este se estremezca.

Frank bajó a Alex de sus caderas, empotrándolo contra la estantería que tenían en frente, haciendo que la espalda del menor quede a su merced. Recorrió con sus manos la cintura de Alex, levantando lentamente su prenda, mientras dejaba castos besos en su cuello.

El menor le dejó espacio para continuar con el choque de sus labios en su cuello, delirando por lo rico que s.e sentía. Era el placer más fuerte que había sentido en su vida. Esos labios suaves y gruesos hacían que la piel se le erizara y los jadeos sean imposibles de evitar.

La camiseta del menor ya había sido retirada y las manos de Frank se centraban en su pantalón, provocando que la erección del menor sea mas notable.

Alex hacia movimientos circulares, logrando que sus nalgas choquen con el miembro de Frank, haciéndolo desfallecer por el placer y la excitación. Quería arrancarle esa prenda de una vez y hacerlo suyo como nadie nunca lo había hecho.

-Hmm... No me provoques, pequeño- Dijo Frank con las voz ronca en el oído del menor, haciendo que este suelte un gemido de provocación, junto con un choque de cuerpos nuevamente. Frank tomó con fuerza la cintura de Alex y lo dio vuelta para que quede mirándolo a él. -Te lo advertí.- Dijo en seco para capturar sus labios nuevamente y comenzar a sacarle los pantalones al menor.

A Alex le encantaba la brusquedad con la cual Frank hacía todo, pues él lograba ponerlo así y era algo que le encantaba. Sus labios chocaban fuerte luego de los parones para respirar, se necesitaban a toda hora, no podían perder ni un segundo.

Alex, ya con sus boxers y pantalones por los tobillos, comenzó a sacar las prendas inferiores de Frank mientras este masturbaba su miembro. Era un placer único e inigualable que Alex sentía, pues las suaves manos del contrario lo hacían estremecerse hasta casi morir.

Ambos desnudos en un pequeño cuarto, ya sin las ganas de resistirse a hacerse suyos. Su gemidos ya no podían ser callados y poco les importaba que los descubrieran.

Frank tomó al menor por sus piernas. Este pegó un saltito y volvió a enredarse en sus caderas. El miembro de Frank ya estaba que palpitaba de la excitación que sentía y necesitaba entrar en el apetitoso Alex.

»El Salón de Detención»Youtubers»Wigetta«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora