La pequeña capitana

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«Vaya fastidio», piensa la rubia, debatiéndose entre responder o no la llamada. El papel de Aquamarina en su proyecto ha sido invaluable, no puede negarlo, pues fue en parte gracias a ella que la comandante Amarillo decidió aprobar la exploración de la hidrokinesis. Aquamarina es la capitana del "Escuadrón de la Muerte Fría", y cuando Peridot presentó su proyecto a la mesa directiva, ella fue la más interesada en poder aplicar un poder como ese en misiones de combate, claro que no accedería a que experimenten con ella; pero, tan pronto el procedimiento sea seguro, estará encantada de recibirlo.

Con un suspiro de cansancio, decide que no tiene sentido ignorarla, así que responde la llamada.

—Aquí Peridot... —dice, sin mucha motivación, sentándose frente a la pantalla.

—¡Por las estrellas! Te ves fatal —responde la mujer, acercándose más a la cámara —. Cuando perdimos contacto con el laboratorio, realmente los dimos a todos por muertos; pero, parece que lograste salvar tu pellejo.

Aquamarina es una mujer bastante baja de estatura, con su 1.51 se ha ganado el apodo de "la pequeña capitana", aunque nadie osaría decirle eso en la cara. De todas formas, lo que más resalta de ella es el tatuaje de una gota de agua bajo su ojo izquierdo. 

Por la sonrisa cínica con la que habla, Peridot puede intuir que la mujer no estaba preocupada en lo absoluto.

—¿En qué momento perdieron el contacto? —pregunta, acomodando sus lentes —. ¿Tuvieron acceso a las cámaras de seguridad?

—Obviamente, pudimos ver a esos despreciables rebeldes atacar, y... —la expresión de Aquamarina se vuelve más fría, la viva imagen de una depredadora —. También tuvimos el placer de ver a tu pequeña rata de laboratorio, debo decir que fue algo impresionante, aunque no pudiéramos ver todo el espectáculo.

Peridot se molesta al escucharle decir eso; pero, la capitana prosigue antes de que pueda replicarle.

—En todo caso, ahora mismo te estoy enviando las coordenadas de nuestro punto de encuentro. Una vez allí, podrás subir a mi nave y regresaremos al cuartel general, tenemos mucho trabajo que hacer.

—Entendido... —responde Peridot, de mala gana.

Aquamarina siente el repudio de la científica, pero no le da ninguna importancia, simplemente asiente y corta la llamada. Después de todo lo que ha pasado, realmente solo quisiera descansar, dejarse caer sobre una cama y olvidarse de todo.

—¡Oye!

Peridot se sobresalta nuevamente, volteándose, se trata de Lapis, quien finalmente ha despertado, no puede sino agradecer haberle inmovilizado a tiempo. Por su aspecto, se ve un poco demacrada por haber perdido el conocimiento; sin embargo, ya no puede sentir esa ira inconmensurable en sus ojos, lo que no quiere decir que la prisionera esté de buen humor...

—Por fin despiertas... —responde Peridot, aclarando su voz con algo de nerviosismo —. Entenderás que tomé las medidas necesarias para que no me pongas en peligro, luego de casi ahogarme en el laboratorio.

—¿Tenerme desnuda también es una medida necesaria? —pregunta Lapis, frunciendo el ceño.

—¿Qué? ¡No! —responde, apartando la mirada con las mejillas coloradas —. ¡Te conseguiré ropa tan pronto sea posible!

Dicho lo cual, da media vuelta y toma el asiento del piloto, marcando las coordenadas que le fueron dadas. Lapis, por su parte, intenta concentrarse, pero por algún motivo que no puede explicar, el agua ha dejado de obedecer sus caprichos. Frustrada, forcejea para liberarse, a sabiendas de que no es posible.

Amantes en Guerra [Lapidot]Where stories live. Discover now