Un merecido descanso

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Estando ambas necesitadas de un poco de aire, separan sus labios húmedos por un instante, pero sus frentes se juntan, mientras sienten sus respiraciones cruzándose. Entonces, como si recién volviese a la realidad, Lapis se abraza a sí misma y da un paso atrás, con el rostro terriblemente sonrojado, tanto por el beso como por la sorpresa.

—Eso... ¿Responde tu pregunta? —dice Peridot, con las manos temblorosas y la mirada hacia el suelo, acaba de invertir todo su valor en darle ese beso, ya no le queda suficiente como para mirarla a los ojos.

Lapis guarda silencio por un momento, regresando a su asiento.

—Responde muchas cosas —reconoce finalmente, rozándose los labios con sus dedos, recordando esa maravillosa sensación —. Es por esto que me has estado llamando "musa".

Tan pronto recibe su respuesta, Peridot se siente un poco aliviada, al menos Lapis no parece molesta. Bajando de la mesa, regresa también a su asiento.

—Sé que no te sientes del mismo modo, ¿cómo podrías? Te he hecho cosas terribles, cosas que no puedo remediar; además, eres una mujer simplemente preciosa, yo solo soy una antisocial que ha pasado toda su vida encerrada en laboratorios, pero...

—Suficiente... —le interrumpe Lapis, dedicándole una mirada de comprensión, Peridot no parece muy experimentada en relaciones sentimentales —. Si te soy honesta, no estoy segura de cómo me siento sobre muchas cosas.

Peridot sube la mirada, y aunque completamente avergonzada, corresponde la sonrisa de su musa. Darle ese beso fue un salto de fe; pero, no siente arrepentimiento alguno, lleva deseando hacerlo desde que le vio flotando en su laboratorio por primera vez.

—Estoy contenta con que seas mi amiga —dice, con una sinceridad que a los ojos de Lapis resulta sencillamente adorable —. Este camino que tomé no ha sido fácil, pero entre más lo recorro, más segura estoy de que es el correcto.

—Nos ha pasado de todo, ¿no es así? —pregunta la chica del vestido, con una risa discreta.

—Creo que este es el primer momento de verdadera calma que tenemos —reconoce, reclinándose un poco en el sillón.

Habiéndose sincerado una con la otra, ambas sienten una enorme paz, allí sentadas, en silencio, y llevándose ocasionalmente una galleta a la boca. Es un descanso que tienen merecido; pero, también uno que saben no durará por mucho tiempo. Lapis le describe a su compañera todo lo que sucedió desde que despertó en la nave de las Gemas de Cristal, incluyendo las intenciones de Rose Cuarzo para hablar con ambas, ante tal revelación, Peridot intenta delimitar la posición que tienen en caso de que se dé una negociación.

—Bueno... Solo pueden querer dos cosas de nosotras. Mi conocimiento sobre el imperio, o tu poder —reflexiona la rubia, pensativa.

—¿Cuáles crees que sean sus planes? —pregunta Lapis, antes de devorar la última galleta.

—Esa es una buena pregunta, mi laboratorio era parte de los dominios de la comandante Amarillo, pero nunca me pareció que ella tuviera claridad sobre las intenciones de los rebeldes. Yo supondría que tras haber sacado a la comandante Rosa de la ecuación, y habiendo asegurado su espacio en la Zona Rosa, lo lógico sería atacar la Zona Azul; sin embargo, aun con sus políticas pacifistas, la comandante Azul no es ninguna novata, sería un ataque muy complicado.

Lapis asiente conforme le escucha, y espera no quedar atrapada en medio de esa guerra, por el bien de ambas.

Amantes en Guerra [Lapidot]Where stories live. Discover now