Cambio de planes

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—Si Rosa sigue con vida, ¿puedo preguntar en dónde se encuentra? —consulta Azul, dándole la espalda al holograma y encarando a las rebeldes.

Perla abre la boca para responder con un rotundo "no"; sin embargo, es Garnet quien da un paso al frente y toma la palabra.

—Eso depende, ¿qué papel estás dispuesta a desempeñar en esta guerra?

Azul suspira al escuchar esa pregunta, pues no es sencilla de responder. Pensativa, camina lentamente hacia uno de los ventanales, observando su reflejo en el cristal, por encima de la densa niebla que todavía invade su ciudad.

—No es posible para las fuerzas de Rosa sobrepasar al imperio, así que ha optado por transformarlo, y con ese fin, han dividido sus fuerzas para atacarnos a nosotras las comandantes, utilizando la invasión en la Zona Amarilla como distracción, ¿me equivoco?

Sintiendo un pequeño escalofrío, Perla se sorprende por la forma en que Azul ha descifrado la estrategia de Rose con la poca información de la que dispone, no cabe duda de que es una comandante en toda regla.

Interpretando el silencio como una afirmación, Azul regresa la mirada hacia el grupo, y aunque parece dudar por algunos instantes, toma finalmente una decisión.

—Esta guerra ha llegado a su clímax, ya no hay vuelta atrás... —resuelve —. Solo queda tomar un bando, y no pienso perder a Rosa de nuevo.

—Entonces... ¿Te unirás a la rebelión? —pregunta Lapis, ilusionada con la idea.

Antes de poder responder, la atención de Azul es desviada por una llamada entrante desde su trono. Al verla acercarse a los controles, Perla siente la necesidad de detenerla en el acto; no obstante, es Garnet quien nuevamente le detiene.

—Confiemos en ella, por ahora —ordena la capitana, lista para abatir a la comandante en el momento que haga un movimiento sospechoso.

Al regresar a su asiento y responder la llamada, una nueva pantalla holográfica aparece, mostrando a la asistente de la comandante Amarillo, con una evidente expresión de alivio.

—¡Comandante Azul! Finalmente consigo contactar con usted, los rebeldes han saboteado nuestros canales de comunicación, así que solo he podido rescatar algunos canales privados. ¿Se encuentra bien? Recibí algunos reportes de una misteriosa niebla esparciéndose por toda la Zona Azul.

—Todo está bajo control —afirma la comandante, con total naturalidad —. ¿Cuál es la situación en la Zona Amarilla?

—El conflicto está lejos de terminarse, pero contamos con un mayor número de operativos, por lo que muy pronto habremos acabado con esta invasión. También hemos capturado a un grupo de rebeldes que han conseguido colarse dentro de nuestra base de operaciones.

Con los latidos de su corazón acelerándose, Lapis siente una enorme angustia ante tales noticias, cosa que Azul sabe reconocer de inmediato.

—¿Cuál es el estado de esos rebeldes? —consulta.

—¿Su estado? Por supuesto, permítame revisar el informe... —responde la asistente, desapareciendo de la pantalla por algunos segundos. Al volver, se encuentra revisando una tableta electrónica —. Capturamos a seis intrusos, mi comandante desea interrogarlos antes de que sean ejecutados; sin embargo, cinco de ellos se encuentran en un estado de parálisis temporal, por lo que ha ordenado que se lleve a la sexta a una sala de interrogatorio.

—Ya veo, asegúrate de que permanezcan con vida, podrían darnos información clave para... Derrotar a Rose Cuarzo.

—Entendido, comandante.

Al cortarse la llamada, el silencio se apodera de la habitación. Aunque era una obvia posibilidad, realmente no contaban con que el primer equipo fracasara en su misión, menos aún, con que sobrevivieran a dicho fracaso.

—Tenemos que ir a salvarlos... —declara Lapis, pensando en aplastar con un témpano de hielo a cualquiera que le haya tocado un solo cabello a su amada.

—¡No podemos! —objeta Perla, igualmente alterada —. Entiendo cómo te sientes, pero tenemos un plan, y debemos seguirlo.

—¡El plan me importa una mierda! —exclama en respuesta, cerrando los puños con fuerza. Algunas lágrimas bajan por sus mejillas sonrojadas, tratándose esta vez de su propia tristeza —. No la dejaré allí... Iré por mi cuenta, si es necesario.

—Lapis —intercede Garnet, con un tono de voz bastante más calmado —. Peridot no querría que actuaras impulsivamente a mitad de la misión.

Con un creciente ataque de ansiedad, la noble se abalanza sobre Garnet y le abraza con firmeza, escondiendo su rostro húmedo en el pecho de su capitana.

—No lo entiendes... Ella es mi faro de luz, no puedo perderla... —solloza desconsolada —. No puedo volver a la oscuridad...

Sintiendo un nudo en la garganta, Garnet intenta encontrar alguna solución, mas no cuentan con muchas opciones. Es entonces que Azul, quien se había mantenido al margen de la discusión, aclara su voz para intervenir.

—Si han llegado hasta aquí, y el curso de su operación no les permite desviarse hacia la Zona Amarilla, su próximo objetivo debe de ser la Zona Blanca.

Lapis se separa de su capitana al escuchar esas palabras, volteando el rostro con una mirada de súplica. Decidida, Azul corresponde el gesto levantándose de su trono.

—Sigan su camino... —sugiere, avanzando con donaire hasta alcanzar a Lapis, y secándole suavemente las lágrimas con sus manos —. Yo viajaré con mi problemática artista insurgente —agrega, complacida de recuperar el vínculo con una de sus nobles favoritas. 

Amantes en Guerra [Lapidot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora