Tres equipos, una misión

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—La única forma de desestabilizar al Imperio Diamante, es desmantelando sus cadenas de mando de manera simultánea; es decir, debemos lanzar un ataque coordinado a las tres zonas —explica Perla.

—Lo que nos obligará a dividir nuestros recursos, humanos y materiales —murmura Peridot, analizando cautelosamente el panorama.

—Exacto... Necesitaremos de tres equipos independientes para esta operación, cada uno elegido meticulosamente para explotar los puntos débiles de cada zona.

Entonces, una lista de nombres aparece en el holograma, distribuidos entre las tres zonas imperiales, y cada fila está liderada por una capitana. Compartiendo un repentino sentimiento de ansiedad, Peridot y Lapis se percatan de que están situadas en equipos diferentes.

—Lo siento... Pero, dadas las circunstancias, sus habilidades serán mejor aprovechadas por separado —añade, al notar sus expresiones de preocupación.

—Me rehúso —responde Lapis, a secas.

El silencio se apodera momentáneamente de la escena, pues Perla sabe lo difícil que puede ser dejar a la persona que amas atrás. Permanecen de ese modo, hasta que Peridot se anima a indagar.

—¿Por qué nos han separado? Quiero pensar que Rose no tomaría esa decisión de manera arbitraria... —pregunta, acariciando la mano de su musa, que se encuentra realmente tensa.

—¡No! Ella sabe que... Bueno, que cada una ha crecido en el corazón de la otra, pero no podemos dejarnos guiar por sentimientos.

Lapis se mantiene seria y silente, apretando la mano de su amada en un intento por liberar su frustración. Es consciente de que no les habrán separado solo para fastidiarles; pero, tratándose de una operación en la que fácilmente podrían morir, quisiera al menos tener la oportunidad de proteger a Peridot, si no con agua, entonces con su propia vida, lo que haga falta.

—Respondiendo a tu pregunta —añade Perla —. Aunque la Zona Amarilla es vulnerable sin su generador, sigue siendo el área más militarizada, por lo que el equipo que destinemos aquí deberá estar en capacidad de sortear cualquier tipo de ofensiva imperial. En ese sentido, no hay nadie en la Zona Rosa que pueda dirigir mejor a este equipo que tú, Peridot.

Con una mirada inquisitiva, la rubia da un vistazo al equipo que piensan poner bajo su mando. Se trata de Lars y su tripulación, una decisión tácticamente acertada, considerando el historial del capitán.

—Ya veo... Debido a nuestra experiencia, tendremos mayores probabilidades de éxito; pero, ¿qué relevancia tiene enviar a Lapis a la Zona Azul? —pregunta Peridot.

—En primer lugar, la señorita Lázuli es la única que proviene de esta zona, y como noble que es, conoce muy bien el esquema organizativo de Azul.

Aunque sigue sin ceder ante la idea, Lapis siente algo de tranquilidad al notar que su equipo es liderado por Garnet, una mujer confiable y sobradamente capacitada.

—En segundo lugar, la base de operaciones de Azul se encuentra rodeada por un lago artificial, por lo que este equipo tendrá una gran ventaja para aprovechar la hidrokinesis, sobre todo ahora que su uso es seguro —agrega Perla, dirigiendo entonces la mirada hacia Lapis —. Durante el ataque de Esmeralda, estuviste cerca de hundir su nave por tu cuenta, no puedo ni imaginar lo que podrás hacer ahora.

Ante ese comentario, Lapis esboza una sonrisa amarga. Ahora lo entiende, no se trata de arriesgar juntas la vida, para sacrificarse una por la otra cuando llegue el momento, sino de regresar juntas al granero, sanas y salvas; y de eso se trata el plan de Rose, de que todos tengan una oportunidad de volver a casa.

—Espera... —responde finalmente, subiendo la mirada hacia la tercera lista, en donde únicamente aparece el nombre de Rose —. ¿Qué hay de la Zona Blanca?

—Pensé que Rose era incapaz de utilizar su poder fuera de la Zona Rosa —agrega Peridot, compartiendo su confusión.

—Así es, intenté convencerle de quedarse aquí... —reconoce Perla, suspirando con pesadez —. Pero la misma terquedad que le motivó a rebelarse en contra de sus propias hermanas, es la que le impide enviarnos a una misión como esta y quedarse de brazos cruzados. Mientras lanzamos nuestro ataque a las primeras dos zonas, estaremos creando también una distracción que mantendrá a Blanco ocupada, Rose aprovechará este descuido para escabullirse a la Zona Blanca, y si todo sale bien, se encargará ella misma de Blanco.

—Tiene sentido; pero, ¿es prudente que vaya completamente sola? —pregunta Peridot.

—No irá realmente sola, Rose tiene... Una mascota, por decirlo de algún modo, que le será de ayuda en esta operación. También espero convencerle de llevar a Bismuto consigo, junto a un pelotón de soldados.

Habiendo zanjado cualquier desacuerdo, Peridot y Lapis acceden a trabajar con los equipos que les han sido asignados. Sonriendo aliviada, Perla apaga el holograma y guarda el disco en su bolsillo.

—Eso sería todo por ahora —resuelve, poniéndose de pie —. Peridot, Lars te estará esperando en el Templo de Cristal para pulir los detalles de su excursión en la Zona Amarilla; y señorita Lázuli, Garnet vendrá al granero para explicar su estrategia de ataque, así que le pediré que esté pendiente a su llegada.

Peridot y Lapis se miran la una a la otra, temiendo por el futuro que se avecina.

—Tendrás que traer tú el alimento de Pumpkin... —dice esta última, con una sonrisa llena de ternura.

Correspondiendo su sonrisa, Peridot asiente.

Amantes en Guerra [Lapidot]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin