Capítulo 08. Dame la lata.
-No me tengas pena. No sirve de nada -me levanté y fui hacia la puerta-. Voy a seguir con lo que estaba -añadí saliendo de allí para volver a entrar en el sótano.
-He encontrado algo -dijo Jordan en cuanto aparecí-. Sé dónde está Simon.
Meneé la cabeza para sacarme esas palabras de la mente. No eran reales. Jordan acababa de decir otra cosa.
-El ordenador está hecho una mierda. Hasta dentro de una hora no podrá recuperar todo para que puedas empezar.
-Bien, id a dormir. Me quedaré esperando -Jordan quiso replicar, pero yo señalé la puerta-. Por favor.
-Yo estaré en mi habitación por si necesitas algo. Mañana tengo que hacer un encargo y ya son las tres de la madrugada -dijo Nelson.
-¿Quieres que me quede? -intervino mi madre, y yo negué con la cabeza.
-Necesito estar sola.
* * *
En la pantalla de la chatarra se veía un circulito azul que no dejaba de dar vueltas, y sinceramente, además de marearme, empezaba a cabrearme.
Cerré los ojos y tomé aire muy detenidamente, reteniendo las ganas de pegarle un puñetazo y hacer que el circulito cesase.
«Mejor que vaya a por un vaso de agua» -pensé levantándome y subiendo las escaleras a paso de tortuga, mirando por encima del hombro a ver si la pantalla se ponía de color negro y empezaba a recuperar todo.
-¿En esta casa no se bebe agua? -mascullé buscando una botella de ésta por todos lados, pero sólo veía botellas de bebidas con alcohol.
-Raramente -escuché que decían a mis espaldas.
Inconscientemente me llevé la mano al pecho, como si me acabaran de meter un susto. Pero no lo habían hecho. ¿Acaso estoy muerta?
-¿Qué haces a estas horas despierto?
-¿No debería preguntarte algo similar a ti? -respondió Dallas cruzándose de brazos.
-Yo soy Arianna, creo que sabes la respuesta.
Pillé una botella de whisky y empecé a tragarlo como si llevase décadas sin beber.
-¿Cuándo pensabas venir a saludarme? Llevas dos días viniendo aquí.
-Me olvidé de ti -dije, y era la verdad. En mi cabeza sólo existen recuerdos de Simon y sueños de nuestro futuro.
-Gracias por ser tan sincera.
Sonreí y me acerqué a él para darle un abrazo, algo que él aceptó más rápido de lo que creía posible. Le estaba cogiendo cariño. Y creo que no es muy bueno para ninguno de los dos. Pero aún así, no deshice nuestra muestra de afecto.
-¿Quieres que te ayude en algo? -preguntó con la boca muy cerca de mi oreja.
-Ven a darme la lata. Me estoy volviendo loca con el silencio.
Me separé de él y empecé a caminar de nuevo hacia el sótano, siendo consciente de que Dallas me seguía.
* * *
-¿No dijiste que le llevaría una hora? Ya son las siete de la mañana -Dallas señaló al ordenador con desprecio.
-Voy a por algo para comer. Me estoy muriendo -mascullé bostezando, y me levanté del sofá.
Subí las escaleras tan rápido como pude para poder meterle algo al cuerpo antes de que me diese algo.
Entré a la cocina y pillé una bolsa de magdalenas, me di la vuelta para apoyarme en la encimera y casi me atraganto con la primera cuando vi a Connor mirándome como si fuese un fantasma.
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Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]
Novela Juvenil[Antes de que pienses que es un cliché, lee la sinopsis entera...] "-¡Playboy, devuélveme la ropa! -grité al borde de un colapso mental, y él rio entre dientes, al igual que los demás chicos. -Dame un beso -contestó poniendo morritos y acercándose p...