[O4] Momentos rancios.

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Capítulo O4. Momentos rancios.

Dallas

-Dios, ¿qué demonios te ha pasado? -logré pronunciar, y la agarré por la cintura para que no se cayese. Ella dejó de apoyar su mano en la pared, y la pegó en mi pecho.

-No lo sé. Estaba en el coche y empecé a marearme -balbuceó-. Joder Dallas -añadió, y una sonrisa de asco apareció en las comisuras de sus labios, y estaba casi seguro de que ni siquiera se había dado cuenta de que la había esbozado- la muerte ya está a mi lado.

-No digas eso -susurré con los ojos nublados, pero a pesar de esas nubes negras que intentaban tapármelos, pude ver cómo los de Anna se ponían en blanco, y ahora sí, su peso caía de lleno sobre mis brazos.

Cerré la puerta con una fuerte patada, y el fuerte estruendo que se produjo seguramente lo había oído Connor en su habitación. Pero me daba básicamente igual.

Escuché los pasos de alguien detrás de mí mientras no dejaba de darle pequeñas bofetadas a Anna, intentando que despertase, pero aparté la mirada de ella cuando noté que me estaban hablando.

-¿Qué pasa? -preguntó Connor, y vi que a medida que se acercaba más a mí, su rostro se tornaba más pálido.

Sin poder aguantar con el peso que tenía encima, y no era el de Anna, las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.

Él no dudó en agarrarla al ver que no sería capaz de seguir sujetándola.

Seguramente estaba más pálido que yo, pero no pude ver si también estaba llorando porque me dio la espalda para caminar hacia la sala y dejar a Anna en el sofá.

-¡Llama a una ambulancia! -gritó con la voz rota.

Hice caso omiso a sus órdenes y, abriendo la puerta, fui a buscar mi coche.

-¡Tráela! -grité de vuelta-. Llegaremos antes al hospital.

Connor

-¿No puedes acelerar más?

-¿No crees que si pudiera, lo haría? -respondió Dallas sin quitar los ojos de la carretera.

Inspiré profundamente, porque ya ambos habíamos vuelto un poco a la normalidad, y miré a Anna, cuya cabeza descansaba en mi regazo.

De repente, como si se diera cuenta de que la estaba observando, abrió los ojos y miró fijamente al techo. Al instante, intentó incorporarse, pero yo la paré.

-Eh, eh, tranquila -susurré.

-¿Qu-qué me ha pasado? -tartamudeó ella, y el pánico que vi en sus ojos hizo que el efímero momento de felicidad que había experimentado se desvaneciese.

Miré a Dallas con miedo y él no dudo en devolverme la misma mirada.

-¿Quién eres? -preguntó frotándose fuertemente los ojos, como si no viese bien, y yo agarré sus manos para que dejara de hacerlo.

-Tranquila, tranquila -mascullé, pero ni yo era capaz de relajarme-. Soy Connor.

Ella inspiró fuertemente y la sonrisa agria que esbozó hizo que un escalofrío recorriese mi espalda.

Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora