[13] Dos pájaros de un tiro.

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Capítulo 13. Dos pájaros de un tiro.

La vida hay que saberla disfrutar. Cada cosa llega a su tiempo y hay que ir sin prisa para ver bien donde se pisa.

Arianna

Angie me mira entrecerrando los ojos cuando entro en su habitación. Mi ceja se eleva y dejo que me chille por todo lo que acabo de hacer.

La llamé para contarle que tenía cosas jugositas en mis manos; y cómo no, mencioné que destruirían a Connor. Digamos que ella se hizo una fiera y me colgó.

Así que ahora estoy escuchando su sermón.

Si que Connor no me ha hecho nada... Si es que el pobre es muy inocente... Si que el culpable es Dallas... Si que yo estoy pagándola con quién no es...

Decidí sentarme y mirar para ella con interés. Entre sus balbuceos, mis ojos deseaban cerrarse. Al darse cuenta de mi aburrimiento, calló repentinamente.

— Tienes razón –mentí, decidiendo volver a guardar la tarjeta donde estaba el vídeo en el que grabé a Connor.

Enseñárselo ahora sería peor... Así que es mejor que me lo guarde para otra ocasión.

Y de repente, algo salió de su boca que me hizo preguntarme mil y una cosas.

— La venganza no te devolverá a tu madre.

Mi cerebro experimentó una especie de déjà vú, y al instante me di cuenta de que ya me lo había dicho hace poco.

— ¿Qué tiene que ver mi madre con esto? –pregunté entrecerrando los ojos.

— Arianna... –alertó mirándome con los ojos vidriosos.

— ¡¿Cómo sabes que lo hago por mi madre?! –grité furiosa.

— Sé lo que pasó hace años –confesó callando mis gritos–. Sé lo que hay entre Connor y tú.

— ¿Desde cuándo lo sabes? –pregunté tragándome el nudo que se me había hecho en la garganta.

— Deberías haberlo entendido antes. ¿No te acuerdas que Connor estuvo hablando conmigo aquella noche? ¿No te acuerdas que estuve hasta las seis de la mañana con él? Porque Arianna, yo no vivo entre mentiras, y sé perfectamente que te quedaste fuera esperándome. Te vi cuando me subí al coche.

Mi cara asombrosamente no demostraba sorpresa. Es evidente que si yo sé tanto de ella, ella sabe tanto de mí.

— Estás intentando confundirme. Ahora no estamos hablando de dónde estaba yo aquella noche. Dime qué te dijo Connor –ordené fulminándola.

— No me lo dijo él. Como sabes, él habla en sueños –contestó hostilmente, insinuando que yo le había mentido todo este tiempo.

— Angie, no vas a lograr que me sienta culpable por ocultártelo –dije serenamente–. Fue la mejor decisión que tomé en mi vida.

— ¿Por qué? –recriminó.

— ¡Tendría que ser yo la que estuviera enfadada contigo! –grité–. ¡No entiendes que eres mi punto débil! –mi mano se estrelló en una silla tirándola al suelo.

Mi rostro ardía de la rabia. No podía creer que intentando protegerla, ella me lo recriminase de esa manera.

— ¿De qué querías protegerme? –preguntó confundida.

— Angie, estás perdidamente enamorada de Connor. Si te lo dijera, te alejarías de él sólo para no molestarme. Y a mí no me molesta que estés con él. Sólo quería evitar que te separases de él y sufrieras sin tener por qué.

Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]Where stories live. Discover now