[14] Hay algo más.

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Capítulo 14. Hay algo más.

-No fue solo una conversación. Fue algo más -repliqué echándome el pelo fuera del rostro.

-Sí, fue una estupidez -contestó ella, y por el modo en el que me miraba, supe que estaba furiosa.

-Mamá, yo solo quiero seguir con mis planes.

-Anna, sabes que estoy de acuerdo con eso, pero no puedes hablar con gente peligrosa solo por cumplir con lo que crees que debes. Es innecesario.

-Hablar con Morales sobre Simon no fue innecesario. Él puede ayudar...

-Anna, encarcelé a su familia. ¿Crees que el va a querer ayudar a la mía? -respondió desesperada por hacerme entrar en razón.

-No -farfullé.

-Hablar con él no tiene sentido. No te sirve de nada y lo sabes.

-Tienes razón -accedí sentándome en el sofá de nuevo-. No haré nada.

Flashback

-Vete a la mierda, Morales -dijo mi madre rodando los ojos y girándose para marcharse.

Yo esperé a que pasara delante de mí y la seguí. Justo cuando estaba por salir del edificio, la ronca voz de Hugo me sorprendió desde el despacho abierto en el que estaba.

-Y tú, preciosa, ¿no estás buscando a alguien?

-Aquí, desde luego, no -contesté y volví a girarme para irme de allí de una maldita vez.

-Pero yo sé dónde está. Quizás... ¿Al otro lado del Atlántico? Concretamente... ¿En Reino Unido? -respondió, y un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

Me volteé y lo miré como si acabase de tocarme el culo con sus asquerosas manos.

-Vete a la mierda, Morales.

Me giré otra vez para irme, pero él volvió a pararme.

-Yo te puedo ayudar, y mucho más rápido que la mierda de ordenador que tienes.

-¿Me has estado espiando? -pregunté, si podía ser, más iracunda.

-No me cambies de tema, Annita -replicó-. ¿Quieres mi rápida y efectiva ayuda o prefieres soñar con que ese ordenador algún día funcione?

Agarré la navaja que tenía escondida en la manga izquierda y cerré la puerta de metal. Con pasos firmes me acerqué a él y pude notar que todos sus guardaespaldas me observaban fijamente.

-¿Qué pides a cambio? -pregunté situándome a los pies de su escritorio.

Él dejó de estar recostado en la silla y se inclinó hacia delante, apoyando los codos en la mesa. Me miró con una sonrisa blanca, tan blanca que me recordó a la sonrisa de Simon.

Qué asco.

-Aún no lo tengo pensado -susurró-. Es mejor que vengas mañana y ya te lo digo.

-¡Anna! -gritó mi madre abriendo el puerta con fiereza. Se acercó corriendo hacia mí y mirando que "todo estuviese bien", dirigió la mirada hacia Hugo-. ¿Qué haces, pervertido de mierda? -me soltó y estaba a punto de saltar sobre él cuando yo la paré.

-Nos vamos -dije echándole una mirada de soslayo al cubano, que no dejaba de sonreír mientras mi madre forcejeaba conmigo.

-El alumno supera al maestro -dijo Morales levantándose de su silla.

-¡No soy ninguna aprendiz de nada! -gruñí metiendo la navaja en el bolsillo y cogiéndole la pistola a mi madre.

Fin de flashback

Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora