[15] Los hombres muertos no cuentan cuentos. Y nosotros tampoco.

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Capítulo 15. Los hombres muertos no cuentan cuentos. Y nosotros tampoco.

(Título en honor a las ganas que tengo de ver Piratas del Caribe 5 xD... ¿Alguien más es fan de la pentalogía? -Que espero que como mínimo llegue a ser decalogía-...)

Arianna

Me desperté a las seis de la mañana y no fui capaz de volver a dormirme. Y no es que esté preocupada por algo -ojalá fuese eso- sino que alguien se preocupa demasiado por mí.

-¿Y tenías que venir a darme la noticia tan temprano? ¿No podías esperar a... las ocho de la mañana, por ejemplo? -protesté tapándome los ojos con una mano y resoplando.

-Anna, si él está muerto es por algo. ¿De qué hablaste con él antes de que tu madre fuese a buscarte? -preguntó mi padre dejando un par de tazas de café en la mesa.

-De nada -respondí alargando las palabras. Él me miró inquisitivamente y yo resoplé-. Me dijo que me ayudaría a encontrar a Simon.

-Anna, tú... -se paró, y yo entrecerré los ojos-. ¿Tú sabes qué es lo que pasa con Simon? ¿Sabes por qué se fue y qué está haciendo?

-¡No! -dije como si fuera obvio-. Pues claro que no... -añadí y tan pronto como lo dije deseé haberme callado. El tono a mentira se notaba demasiado.

-Anna... -advirtió mi padre sentándose a mi lado.

-Papá, si supiera algo de Simon, ¿no crees que ya estaría pegada a él como una lapa? -pregunté, y él sonrió.

-Tienes razón -contestó-. Solo te preguntaba por si él está metido en algún problema gordo. Eso sería la respuesta a todas las preguntas: Simon está ilocalizable para protegerse y Morales muerto porque los que tienen problemas con Simon no quieren que alguien se los solucione.

-Papá, yo no sabría solucionar ese tipo de problemas.

-Pero tu madre y yo sí -alegó.

Estaba a punto de responderle cuando mi móvil empezó a sonar. Miré en la pantalla quién llamaba y sin querer rodé los ojos.

-Voy a comprobar que la alarma funciona -susurró mi padre cuando me llevé el móvil a la oreja, y yo asentí con la cabeza.

-Hey, ¿qué pasa? -pregunté fingiendo que tenía ganas de charlar.

-Estoy aquí -contestó él, y yo arrugué el rostro-. Te has olvidado, ¿verdad? -añadió, y yo resoplé.

-En 5 minutos bajo -respondí, y tan pronto como colgué, me pasé una mano por la frente, agobiada. Sentía que algo colgaba de mi cuello y que pesaba, que pesaba mucho.

* * *

-¿Por qué tu idea de dar una vuelta antes de ir al instituto me parece tan mala? -pregunté bostezando.

Él me miró de soslayo y sonrió. Una sonrisa que me hizo odiarme al momento. ¿Por qué le estaba haciendo esto?

-No es mala -dijo él interrumpiendo mis pensamientos-. Tengo que contarte una cosa y soy más sincero a primera hora de la mañana.

Agarró mi mano y yo entrecerré los ojos.

-Vas demasiado rápido -dije apartándome un poco de él.

-Volviste a salir con Connor después de un beso, sin más, ¿y cogerte de la mano es ir demasiado rápido?

Mis ojos se volvieron a abrir por completo. Vaya, pues sí que es directo.

-Connor es diferente. Tuve algo muy fuerte con él hace tiempo. Entre nosotros también hubo algo fuerte, pero no fue amor, fue odio.

Dallas cerró los ojos y los volvió a abrir de sopetón.

Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora