Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]

[15] Pa' chulo mi pirulo.

Capítulo 15. Pa' chulo mi pirulo.

❝ Las apariencias engañan, pero también hay algo peor: engañar para aparentar. ❞

[ ARIANNA'S POV ]

— ¿Qué haces vestido de pingüino? –la pregunta de Angie me sacó de mi ensoñación.

— Es un smóking, rubia –contestó Simon claramente desconcertado.

— Me llamo Angie –dijo la aludida con frialdad.

— Callaos –ordené a lo que avisté una posible pelea.

— ¿Y tú de qué te vas a disfrazar? –dijeron los dos al unísono mientras se sentaban en el sofá.

— Ya dije que de señora Jones –respondí aburrida.

— ¿De la esposa de Simon? –preguntó Angie sonriendo.

— Sí.

— ¿Y de qué te va a servir eso?

Hacer rabiar a Connor, que se suba por las paredes y que más de la mitad de la población femenina arme un escándalo. Además, sería el centro de atención y provocaría ser más influyente. Sí, quizás sirva de algo.

— No lo sé –mentí con el mismo tono aburrido.

— ¿No es un despropósito? Ni siquiera nos conocemos de nada –la voz de Simon demostraba que estaba desconcertado–. Es mejor que nos disfracemos de otra cosa.

— Claro, como tenemos una reserva de disfraces –ironicé–. Yo sólo tendré que ponerme uno de los vestidos de Angie y después cogemos unos anillos que tengo. Es simple y fácil.

— Ir de casados no es un disfraz.

— ¿No dijiste que querías verme en bikini? Si estamos casados podemos armar una escena en medio de la fiesta.

Los ojos de Simon me miraron divertidos.

— Sigo preguntándome para qué carajos te sirve –repuso Angie. Se notaba que estaba molesta porque ella no podía ir.

— Son asuntos entre Arianna y yo –contestó Simon mirándola de soslayo, a lo que la rubia gruñó y se fue. Simon me miró y yo me senté junto a él.

— Ahora que lo pienso, tampoco sé de qué nos servirá –dije para provocar la opinión del señor Tatuajes.

— Daremos a conocer una falsa relación. Seremos queridos y tendremos el doble de influencia que si estuviésemos jugando separados. Los White estarán allí, son amigos del que organiza la fiesta. Sé lo que vas a decir –dijo cuando yo abrí la boca para hablar– que tú no crees en el amor y todos lo saben. Pero recuerda que yo soy un dios griego y que se creerán que tú sólo eres una más que cayó en mis encantos.

— Me harás quedar como una puta –protesté.

— Sé actuar. Me aseguraré de que no sea así. Tú serás la envidia de las chicas y yo la de los chicos.

— Me gusta tu forma de pensar.

— A mí me gustas tú –contestó divertido y levantando un brazo a lo que no pude evitar reír.

* * *

Llevábamos quince minutos en la cola de la fiesta. No sé por qué hay cola si supuestamente la fiesta es abierta.

— Supuestamente –repitió Simon, y me di cuenta de que lo había dicho en voz alta.

No controlo mis pensamientos.