[18] Dejando las cosas demasiado claras...

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Capítulo 18. Dejando las cosas demasiado claras...

" La vida es un teatro lleno de malos actores ".

Barbara

-Arianna tiene un tumor cerebral.

Los ojos se me nublaron y lo único que pude ver entre esas nubes negras que se estaban formando exclusivamente para incordiarme fue el rostro blanco de Steven.

-¿Qué? -dijo una voz, pero la boca de Steven no se había movido, y la mía aún menos.

Las nubes negras empezaron a disiparse y fui capaz de mirar hacia arriba sin tener un segundo mareo. Arianna miró al médico y ni siquiera se inmutó por haber interrumpido nuestro shock.

-Tu agresor te salvó, paradójicamente, la vida. Gracias a él tuviste que venir al hospital y así pudimos descubrir el tumor. Aún se está desarrollando y no es demasiado tarde. Si no hubieras sido atacada, habrías muerto en unos cuatro meses sin saber lo que te pasaba.

Anna miró al médico como si él le estuviese hablando en chino. Pero no era porque ella no le entendiese, porque evidentemente lo hacía, sino por la manera de hablar del doctor.

-Mira, no sé qué mierda de título compraste en el mercado negro, pero si piensas que es una paradoja que un gilipollas casi me mate y al mismo tiempo me salve, me encargaré de que los que te vendieron ese título te quemen vivo.

Por el rabillo del ojo vi que Steven (si era posible) se aturdía y meneaba la cabeza otra vez.

-La tosquedad es un síntoma muy común en este tipo de tumor.

Anna abrió levemente la boca pero decidió callarse y no escupir lo que seguramente se le estaba pasando por la cabeza.

-Seguro que también tienes alucinaciones, ¿no?

Ella le miró y tragó saliva.

-¿Por qué no nos contaste que te pasaba eso? -pregunté enfadada.

-Porque es mi problema -respondió ella resoplando-. Tú no tienes una bola de células alimentándose de tu cerebro así que, por favor, no me provoques.

En la escena apareció Angie, a la que se le cayó al suelo el café que traía tan felizmente por ver a Anna en pie.

-¿Qué? -dijo ella anonadada.

-¡No le importo a nadie! -gritó Anna levantando los brazos y volteándose para irse-. ¡A ver cuando dejáis de haceros los tristes si en realidad os alegráis!

-No quiso decir eso -le dije a Angie pasando el brazo por sus hombros para intentar calmarla.

Ella me miró durante unos segundos y los ojos se le llenaron de lágrimas.

-¿La vamos a perder?

Escapé su mirada para no llorar, pero me fue imposible.

-No lo sé -sollocé con la voz rota.

Arianna

-No quiero que lo sepa nadie -susurré al teléfono tan pronto como descolgué.

-Anna, tenemos que hablar de esto -contestó mi madre y aunque no la veía, sabía que se estaba mordiendo el labio.

-Mamá, no quiero. ¿Es que no lo entiendes?
-Hay tratamientos que pueden hacer que el tumor remita. El doctor dijo que podríamos empezar mañana mismo.

-¡No quiero! No quiero estar podrida y permitir que aún me pudran más.

Sin dejar que me contestase, colgué y seguí conduciendo hacia la casa de Nelson.

Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]Where stories live. Discover now