[26] Capaz de matar a un Edwards.

89K 5.5K 1K
                                    

CAPÍTULO 26 ~ Capaz de matar a un Edwards.

[ A R I A N N A ' S P O V ]

Volví a reír y a entrecerrar los ojos, mientras levantaba la cabeza y hacía gorgoritos con el whisky.

- Lo estás escupiendo todo -dijo Simon limpiándome con su mano-. No sabes hacerlo.

- Sí que sé -contesté tenazmente y volviendo a reír.

- No. No sabes.

- Pues enséñame -respondí.

El fingir que estaba borracha era algo en lo que me consideraba experta. Haciendo eso, podía conseguir cosas que sobria nadie me cedería. Es un privilegio el saber jugar bien las cartas.

Simon no estaba borracho. Ni siquiera tenía una copa por donde beber el whisky, y no porque no hubiera, sino por que no quería. Miraba cómo yo me emborrachaba y le contaba estupideces.

Si es que por mucho que beba whisky nunca me voy a emborrachar. Mi cuerpo ya está acostumbrado y no le afecta.

- Cuéntame algo -pedí exprimiendo otro limón en mi copa.

- No hay nada que contarte -contestó Simon observando todos mis movimientos.

- A ver, cuando me conociste, ¿qué pensaste?

¿Lo ves? Él pensará que estoy borracha y me soltará cualquier salvajada creyendo que no me acordaré.

Seguro que tirándole de la lengua me entero de que tiene novia.

«Qué masoquista soy» -pienso negando con la cabeza ligeramente.

- Cuando te conocí -empezó a decir, y yo bebí otro trago- supe que eras un misterio sin resolver -la copa se quiso escurrir de mis manos resbaladizas, pero no cayó y Simon continuó-. Creí que serías fácil de descifrar, pero me equivoqué. Me asombra tu profunda fortaleza y al mismo tiempo tu debilidad. Tú eres un misterio en que todas las pistas son contradictorias.

Me quedé embelesada al escuchar sus palabras, y bajé la mirada algo nerviosa.

- Creo que debería irme a dormir. Es tarde -respondí fingiendo voz borracha y sonriendo levemente, al mismo tiempo que me levantaba.

- Buenas noches -su voz sonaba apagada, y algo que me alertó: insatisfecha.

Hice un gesto con mi mano a modo de despedirme de él, ahora era yo la que estaba insatisfecha.

Me pegué a la puerta tan pronto como la cerré.

¿Por qué carajos me había sentido tan intimidada?

¿Por qué no respondí de igual manera, declarándole lo que sentía por él?

Aún estoy con Connor.

Puse los ojos en blanco ante mi actitud, y pasando la mano por la manilla, abrí la puerta con la esperanza de encontrármelo allí y besarlo como tanto tiempo llevaba deseando.

Pero el crujido de su puerta cerrarse hizo toda mi ilusión desvanecerse.

Siempre llego tarde.

* * *

Después de cerrar suavemente la puerta, agarro mi chaqueta y me voy del apartamento, bajando las escaleras a trompicones.

El viaje en coche se me hace muy corto. Extremadamente corto. Creo que los nervios me desconcentran y hacen que el tiempo me pase volando.

Apago el motor y con un resoplido, me golpeo contra el reposacabezas. Giro un poco mi cabeza para observar la pequeña casa blanca rodeada por césped.

Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora