Capítulo O3. La Elegida.
–El que va a salir arañado, aquí, eres tú -contesté mirándolo, y él elevó ambas cejas, desafiándome.
–Eres como una niña pequeña -se burló apretando mis mofletes.
La verdad, no sabía porqué decía eso si yo era igual de alta que él. ¿Acaso se estaba llamando niño a sí mismo? Más tonto no podría haber nacido.
–He dicho que corran, no que liguen -dijo enfadado el entrenador, que tenía un cronómetro en sus manos.
–No estábamos ligando -contestamos Dallas y yo al unísono, elevando un poco la voz.
Apreté los dientes intentando no estrellar mi rodilla en sus partes "nobles". Odiaba que dijesen las mismas cosas que yo al mismo tiempo o las repitiesen. Era una manía que me acompañaba desde que era pequeña.
Supongo que él no conocía esa información, ya que seguía tan relajado y confiado como siempre, sin pensar que abriendo otro poco más el pico, su pene quedaría viúdo.
Hice de mis labios una fina línea para ocultar esa sonrisa que se me iba a formar sólo de pensar en torturarlo, y pasando del entrenador, seguí corriendo con Connor pisándome los talones.
Pensar en tener a Connor cerca me hizo respirar profundamente. No me incomodaba su presencia, simplemente sentía una extraña culpabilidad por lo que ocurrió entre él y Angie en Moscú. No es que ellos fuesen novios, pero sino hubiese tenido aquel ataque de rabia, probablemente lo serían ahora.
Angie era la que tenía que estar en el sitio de Stacy, definitivamente.
El último mes de vacaciones en Rusia me lo pasé intentando acercarlos, pero no había manera. Angie estaba distanciada de él y cuando Connor se le acercaba ella huía.
Me estaba yendo del tema. De nuevo.
Cuando pasaron los diez minutos tenía la sensación de que me quedaba sin aire, aunque quizás fuera la pura realidad.
El entrenador me miró con una ceja elevada y me hizo seña de que podía ir a cambiarme de una maldita vez.
Lo bueno de que la secretaría la llevase una panda de monos era que acortaban las clases y apenas teníamos tiempo para hacer nada en ellas.
Cuando entré en el vestuario, pensé que mis orejas decidirían separarse de mi cabeza y salir corriendo para no seguir soportando los gritillos que pegaban el trío de subnormales que tenía delante.
–¡Quítate eso! ¡Pareces una vieja! -chilló Stacy a una de sus amigas.
Resoplé resignada y con paso aburrido caminé hacia mi taquilla, cogiendo la toalla y el champú, y sin mirarlas, entré en la ducha.
El agua limpiaba todo mi estrés, mis pensamientos y los malos recuerdos, me depuraba tanto por fuera como por dentro. Temporalmente, como todo.
Las voces cesaron, y supuse que esas locas ya se habían marchado. Miré el reloj de mi muñeca y me di cuenta de que llevaba media hora bajo el agua.
Agarré la toalla y volví a caminar hacia mi taquilla.
Lo que no me esperaba era que mi ropa no estuviese allí.
Un escalofrío recorrió mi espalda y mis ojos se abrieron enormemente. Podría jurar que se me salían de las órbitas.
Mi ropa no estaba allí.
No podía ser.
Yo no era la Elegida. ¿O sí?
En ese momento me daba igual, necesitaba mi ropa o ya pisaría dirección el primer día, y, sinceramente, no tenía ganas.
Miré hacia el techo y rogué que todo fuese una alucinación, que mi ropa siguiera ahí.
Pero evidentemente la ropa no apareció por arte de magia.
Y sabía perfectamente quién la tenía.
¿Me atrevería a entrar en el vestuario de los chicos? No lo sabía.
¿Lo intentaría? Por supuesto.
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Las cosas se ponen calientes... ¿Qué os pareció el capítulo?
Pues tengo buenas noticias... creo que podré subir la segunda parte en ¡una semana! :D
Lo más increíble es que en la nota anterior dijese "espero que seamos 2000 lectores cuando suba el tercer cap." ¡y somos más de 3000! Dios mío, aún sigo sin creelo :')
Os quiero.
Muchos besotes calentitos, que ahora en España estamos en otoño.♥
Pregunta para el próximo cap.: - ¿En qué estación del año está tu país?
Más besotes, Diosa_Azul
¡HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO!
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Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]
Teen Fiction[Antes de que pienses que es un cliché, lee la sinopsis entera...] "-¡Playboy, devuélveme la ropa! -grité al borde de un colapso mental, y él rio entre dientes, al igual que los demás chicos. -Dame un beso -contestó poniendo morritos y acercándose p...