Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]

[16] Ahora lo entiendo todo.

CAPÍTULO 16 ~ Ahora lo entiendo todo.

❝ Fácil es cometer errores. Difícil es aprender de ellos. ❞

[ A R I A N N A ' S  P O V ]

— Sé que no hice bien en decir eso. Soy persona y como el resto, cometo errores –dije arrepentida.

— No pensé que fueras capaz de hacer eso. Y mucho menos de que tu objetivo fuese Connor.

— No me mientas, Simon –amenacé fulminándolo con la mirada–. Si tu objetivo fuera Dallas, no te serviría de nada. ¡Él no es el capitán! Dijiste que no me tomabas por tonta, pero parece que sí.

— Vale, me rindo –suspiró cansado–. Mi objetivo siempre fue Connor. No sabía que el tuyo también lo era hasta que te pusiste a escupirle en la fiesta.

— Eres gilipollas –lo insulté pasándome los dedos por el puente de la nariz.

— ¿Por creer que eras tonta?

— Por eso y por intentar engañarme.

— He aprendido la lección. Sé que no eres fácil de engañar.

— ¿Y por qué intentaste hacerlo? –pregunté confusa.

— Porque así te daría vía libre y harías lo que te complaciera. Y lo has hecho. Tú eres la mejor arma que tengo. Y yo soy la tuya.

— Me tienes harta con tus frases bonitas –mascullé poniendo los brazos en jarras–. Aprende que al decirlas, tienes que hacerlas realidad.

— Me encantas –contestó divertido.

— Tú a mí no –contesté.

— Eres borde.

— ¡Vaya, no me había dado cuenta! –ironicé sonriendo falsamente.

* * *

— Oí lo que hiciste en la fiesta –dijo Angie secamente. Sus ojos estaban sin vida, era como si escuchase una mala noticia y estuviera en shock.

— ¿Por qué te afecta tanto? –pregunté indignada.

— ¿Que por qué me afecta tanto? –su voz mostraba la furia que tenía contenida–. Porque tú eres mi mejor amiga y Connor mi amor platónico. Me es difícil creer que tú, una chica que sólo se mete con los gilipollas, estés intentando aplastar a Connor, un chico bueno y tímido.

La miré enarcando una ceja. Me dolía que pensara que yo era una loca insensible.

— Me da igual lo que pienses –escupí.

«Estás aumentando tu racha de insensateces» -regañó mi subconsciente.

— Pues si te da igual, te agradecería que cogieses tus cosas y te fueras de aquí –escupió ella con la misma voz y sin mirarme.

Me limité a asentir y la miré por una última vez desde el umbral en el que había estado todo este tiempo.

Su cabello rubio estaba recogido en un moño mal hecho, y unas manchas oscuras bajo sus ojos afeaban su rostro.

¿Significa esto el final de nuestra amistad?

Ahora no me preocupaba especialmente si lo nuestro acabaría así, me preocupaba el no tener a dónde ir.

Ella conoce mi situación, y espero que la entienda.

— Lo siento –dije cerrando la puerta y pegándome a ella como una ventosa.