Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]

[21] Atar cabos.

Capítulo 21. Atar cabos.

-Anna, las Navidades se están acercando. ¿No es mejor que esperes a las vacaciones?

-Papá, hay algo en mi cabeza que se está comiendo mi vida. ¿Y si se la acaba antes de que tenga otra oportunidad de ver a Simon? Me da igual lo que él esté haciendo. Me da igual que sea un prostituto, esté casado o que tenga un hijo y esté esperando otro. Necesito verlo. Solo quiero verlo.

-¿Tienes dinero? -preguntó mi madre acercando su mano derecha a su cuello, y vi que tenía una llave pequeña en un colgante plateado.

Yo me quedé callada no queriendo decirles que solo tenía para comer dos días... Tomando solo el desayuno.

-Papá aún no ha recibido su primer sueldo y tú estás de baja... En esta familia no entra dinero. No quiero que me déis nada.

Mi padre miró de reojo a mi madre y ella apoyó los codos en la isla, bajó la mirada y suspiró.

-Hace poco conseguí un trabajo... Un trabajo que no me gusta pero que tengo que hacer para poder vivir. Estoy ahorrando para pagarte la mejor universidad, el apartamento que vas a alquilar y las fiestas locas que vas a organizar. No puedo darte mucho.

-¿Qué? No, no y no. Me niego rotundamente. No quiero que inviertas ni un solo centavo más en mí. Me las arreglaré yo sola.

Agarré mi maleta -ya de mal humor- y me fui caminando de forma desafiante hasta la puerta.

-Ahorrad para vuestra jubilación.

Barbara

Steven apretó los labios y yo resoplé.

-Anna es Anna, una cabezota -dije intentando explicar lo que acababa de pasar. Cuando terminé de hablar abrí la mano en señal de que no se me ocurría nada más que lo explicase.

-Me recuerda a alguien... -susurró él observándome inquisitivamente.

-Buen golpe.

Simon

Me acerqué a su habitación y me paré para apoyarme en el marco de la vieja puerta y ver qué hacía.

-¿Por qué estás recogiendo todas tus cosas?

-Bueno, las próximas dos semanas van a ser moviditas porque tendremos esos exámenes que nos van a permitir entrar en la mejor universidad del planeta... Y no quiero perder el tiempo recogiendo todo. Quiero celebrarlo, tener una resaca tremenda el día del vuelo y llegar a mi país como si fuese nuevo. Y recoger el día antes del vuelo va a impedir que todo eso ocurra.

Cuando Jesse terminó de hablar, noté que ya había desaparecido la mitad de la ropa que antes estaba sobre su cama.

-Me parece una idea genial.

Arianna

Observé de nuevo la maldita pantalla esperando que ocurriese un milagro, pero en ella seguía apareciendo que mi vuelo saldría una hora más tarde de lo previsto.

Teniendo tan mala suerte no sé cómo es que sigo viva.

Me volteé y arrastré mi maleta dispuesta a intentar pasar el tiempo para no quedarme dormida. Levanté el maldito macuto y lo apoyé sobre una mesa que había libre, lo abrí y empecé a comprobar que llevaba la ropa necesaria para unos cuantos días.

Pasó un cuarto de hora y ya no tenía nada más para revisar. Aún así volví a abrir la maleta para decidir qué ropa me iba a poner mañana. Me aburría mucho. Y creo que los demás lo notaban.