Capítulo 25. Encandilados.
Arianna
Su presencia no dejaba de atormentarme.
Tan pronto como salimos del avión, Connor se ofreció a llevar mi maleta, pero yo me negué.
-A un par de kilómetros hay un taller donde alquilan coches -dije mirando al frente, y, aunque no tenía ojos en las mejillas, supe que él no paraba de observarme.
-¿Y tienes dinero para alquilar uno? -preguntó, y al instante apreté los labios y me pasé un incordiante mechón de pelo por detrás de la oreja.
Me paré en medio del aparcamiento, con la maleta al lado de mi pierna, y lo miré con recelo.
-Pensaba hacerme la turista despistada y entrar en el cuarto donde guardan las llaves para pillar una y marcharme como si nada -respondí elevando una ceja.
Connor rodó los ojos y sacó una cartera del bolsillo de su pantalón. Me ofreció unos cuantos billetes de los grandes, y yo abrí la mano en señal de que no los quería.
-Anna, te van a coger, te van a encarcelar y no vas a ver nunca a Simon -afirmó como si acabase de tener una visión del futuro.
Chasqueé la lengua y pasé mi peso a la pierna izquierda, mientras resoplaba.
-Te lo devolveré todo y nunca más vas a prestarme más. Ni para que me compre unas bragas -dije, y él bajó la mirada a mis manos.
-Hablando de bragas... -masculló cuando estabamos saliendo del aeropuerto-. Dallas aún no te ha devuelto tu ropa.
-Puede hacer con ella lo que quiera. Como si hace vudú -respondí mordiéndome el interior de las mejillas-. Voy a morirme de todos modos...
Noté que la mano de Connor temblaba bruscamente al acabar de hablar.
No se atrevió a mirarme, pero yo sí que lo hice y añadí:
-Es la verdad, ¿no?
-Las verdades no necesitan ser recordadas -contestó agarrando mi maleta sin apenas rozarme, y me adelantó un par de pasos.
Me paré y elevé las cejas, pero no quería discutir con él, así que volví a caminar.
Barbara
-Ya le dije que no quiero usar armas -repliqué, y ella levantó la mirada y me miró por el retrovisor.
-Me da exactamente igual lo que le dijeras. Coge la puta pistola y pégale dos tiros en la hueca cabeza de ese gilipollas. ¿Lo has entendido?
Giró su rostro hacia mí y yo la escrudiñé con la mirada.
-Algún día voy a estar encima de ti y voy a apretarte lentamente el cuello hasta que tus ojos queden tiesos -escupí, y ella sonrió con malicia.
-Si haces eso, nunca volverás a ganarte tan cómodamente el sueldazo que te pagan.
Arianna
El coche había sido barato. Sí, teniendo en cuenta que ni siquiera lo pagamos.
-¡¿Es que te has vuelto loca?! -exclamó Connor abriendo bruscamente la puerta para entrar en el coche.
-Connor, ¿acaso viste el dineral que nos querían cobrar? Ni que esta mierda fuese un Ferrari.
Connor apretó los labios y se sentó torcido en el asiento, mirándome con rabia.
-Agradece que el viejo no sepa ni siquiera cuántos dedos tiene en cada mano, porque sino fuera así, estaríamos ahora en la cárcel.
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Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]
Teen Fiction[Antes de que pienses que es un cliché, lee la sinopsis entera...] "-¡Playboy, devuélveme la ropa! -grité al borde de un colapso mental, y él rio entre dientes, al igual que los demás chicos. -Dame un beso -contestó poniendo morritos y acercándose p...