[14] Señora Jones.

129K 8K 1K
                                    

Capítulo 14. Señora Jones.

Los dos peores errores estratégicos son actuar prematuramente y dejar pasar una oportunidad.

Arianna

No puedo creer que haya hecho eso. No. Tiene que haber sido una alucinación.

Me pellizqué de nuevo. Nada, no despertaba.

Parece ser que es la jodida realidad.

Arianna... tranquila. Piensa en Calvin Harris. Oh sí... Sin camiseta.

Me pasé la lengua por los labios inconscientemente.

— Sé que lo estás deseando, pero no te pases –dijo Jones sacándome de mi ensoñación mientras acariciaba mi barbilla.

Le di un zape que hizo que se apartara y gruñó en respuesta.

— ¿Por qué todos tenéis el ego tan alto? –pregunté mosqueada.

— Cariño, yo tengo otra cosa alta sólo de pensar en verte esta noche en bikini –contestó divertido.

— Me niego. Retiro lo dicho. No pienso hacer eso –dije negando con la cabeza como si me dieran en ella con un martillo de plástico.

— Venga, no te rajes –respondió haciendo un puchero.

— Mira Jones, lo que te voy a rajar va a ser ese culo de chulo que tienes.

Al contrario de lo que pensaba, rió.

— ¿Te vas a hacer poeta? –bromeó.

— No rima cabeza de piña –contesté ahora divertida.

— Ah no, ahora vas a ser rapera, y le vas a hacer trocitos la pera.

Lo miré con una ceja elevada, notando que estaba examinando sus palabras y que no se creía lo que había dicho.

— Simon... Tú tienes un problema con la cosa, ¿verdad?

— Esa cosa se llama pene –contestó divertido ante mi cara.

— Cállate –dije asqueada.

— Y bésame –susurró dramático.

— Cariño, ¿qué te has tomado? –pregunté de la misma forma que él lo habría dicho.

— Cariño, una dosis de Arianna haciendo el twerking –oh no. No ha dicho eso.

En cuestión de segundos, lo tenía tirado debajo de mí y apretándole las muñecas para que no pudiese golpearme.

— Repite lo que has dicho –ordené.

No estaba enfadada. Sólo lo hizo para molestarme, no es como si se metiese con alguien cercano a mí. Aunque ahora que lo pienso, sólo tengo a Angie, a Denise y a mi padre.

Torcí la cabeza y asentí ante mis pensamientos. Quizás no me vendría mal echarme un amigo chico. Porque a decir verdad, yo siempre cruzaba la raya. O enemigo o novio. Y eso sólo fue una vez. Con el señor White más alto. Y no hablo del padre de los gemelos.

— ¿En qué piensas? –preguntó buscándome con la mirada.

— Si vamos a jugar, tendremos que ser buenos jugadores –murmuré sentándome sobre su vientre.

Él hizo una mueca, y yo lo fulminé con la mirada.

— ¿Tan gorda estoy? –me burlé.

— Estás sentada sobre mi cosa –contestó con sorna.

Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora