Playboy, Devuélveme La Ropa © [#1, #2 y #3]

[19] Negar lo inevitable. (Sorpresa 1)

Capítulo dedicado a mí misma, para felicitarme el cumpleaños LOL

CAPÍTULO 19 ~ Negar lo inevitable.

❝ En el día a día puedes mentir a la vida,
pero al corazón no se engaña. ❞

[ A R I A N N A ' S P O V ]

No puedo controlar el ataque de risa que me va a dar. Ahí estoy yo, durmiendo como un tronco y con una baba interminable cayéndome por la barbilla.

Empiezo a examinar el fondo en el que me encuentro, y veo que es en casa de Angie. Frunzo el ceño al pensar que quizás me estuvieran acosando por la ventana, pero lo descarto al notar que la perspectiva del dibujo es desde el escritorio.

La dueña de este cuaderno es Angie.

Se me remueven las tripas al pensarlo. ¿Cuándo habrá hecho ese dibujo?

Empiezo a balancearme por la ira que está amenazando con asaltarme y arranco la página con mucha furia. Hago una bola con ella y me la meto en el bolso.

Tiro la libreta a la escalera y ahora sí que no me acuerdo hacia dónde iba.

«Al campo de fútbol, idiota. Simon tiene gimnasia y quieres ir junto a él» -recordó amablemente mi subconsciente.

Jadeé y me pasé la mano por la frente. Es mejor que no le diga nada a Simon: ni que los White se rajaron ni que Angie me anda dibujando como si fuera su musa.

Me hace sentir incómoda el pensar que ella me observaba por las noches. No me incomodaría si fuera mi amiga, pero me traicionó y sí que lo hace.

«No paras de repetir "pero me traicionó" y blah blah blah... ¿Es que no sabes pensar en otra cosa? Esa cerda no merece tu atención».

Mi subconsciente tiene razón. Tendré que pensar en otra cosa.

¿En los White? No, ellos están relacionados con Angie.

¿En Alisson? Tampoco.

Oh, en lo buenorro que está Simon.

Sigo pensando en por qué él no quiere tener algo conmigo. Quizás le parezca una chica muy directa e impaciente, así que me ve como un amigo.

«Te estás llamando marimacha. Él no quiere echar un polvo contigo por la simple razón de que no llamas la atención. No eres ardiente y mucho menos con cara de tener ganas de echar un polvo. Así que él es comprensivo y te entiende, te ve como un amigo».

¿Y si mi subconsciente tiene razón? No me importa tener o no sexo. Lo que me importa es llamar la atención. Si quiero ayudar a Simon, ésa es la única vía.

Vuelvo a jadear. Llevo cinco minutos estancada en medio del patio como si fuera un árbol, pensando.

Cada vez mis planes se ven más borrosos. Siento que no tienen ni pies ni cabeza.

- ¡Arianna! -una voz masculina se escucha a mis espaldas. Es Simon.

La camiseta blanca que lleva deja ver los tatuajes de todo su tronco.

- Pensé que estabas medio muerta -dijo tirando del pañuelo que tenía sobre la cabeza.

- ¿Por qué lo dices? -pregunté dándole un suave golpe a su mano para que dejara el pañuelo en su sitio.

- ¿Qué carajos es eso? -contestó señalando el pañuelo.

- No me cambies de tema -gruñí entrecerrando los ojos-. ¿Por qué pensabas que estaba medio muerta?