6. La playa y las cosquillas

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Algo me hizo levantarme e ir a la playa, tal vez Percy tenía razón, y era el mejor lugar para pensar al estar completamente solo. Cuando llegué el mar bailaba, si lo sé, suena extraño, pero el mar bailaba.

Rachel le había dicho a Lyra que lo que quería hacer era peligroso, y que no podía controlarlo todo, además de que habían hablado acerca de un plan... sin embargo al final Rachel había cedido a todo... Rachel nunca me dio buena espina, y ahora Lyra tampoco lo hacía, además de que estaba demasiado cerca de Percy. Nunca nadie había estado tan cerca de él además de mí y Luke, bueno, tal vez Rachel y Grover, pero Grover generalmente no estaba en el campamento y Rachel desde que era Oráculo había marcado ciertas distancias con Percy. Me preocupaba Percy, porque era mi mejor amigo, no quería que sufriera de ninguna forma. Y presentía que ella lo haría sufrir.

—¿Por qué tan pensativa Listilla?
—Percy —dije levantándome de la arena y sacudiéndola.
—Te veo preocupada Listilla, ¿Pasa algo?
—Bueno, no en realidad, pero, ¿No se te hace raro todos los símbolos que aparecieron encima de su cabeza?
—¿De Lyra?
—Si Sesos de Alga, de ella —dije rodando los ojos.
—En realidad se me hizo más curioso el hecho de que no trajera zapatos a decir verdad, y el que viniera acompañada de un perro del infierno.
—¿De qué hablas Percy? —pregunté confundida.
—¿Recuerdas el perro gigante que venía con ella? Bueno, la estaba escoltando. Ella no me dejó atacarlo porque no le iba a hacer daño. Al parecer a todos se les olvidó el hecho del perro, y como tú, se centraron en los símbolos de su cabeza.
—Y ¿Qué pasó con el perro entonces? —pregunté, ¿Cómo pude pasar eso por alto?
—Yo... —ví que Percy dudó— no lo sé, un segundo estaba y al siguiente no.
—¿Estás seguro? —¿Me estaba mintiendo?

—Si Ann, estoy seguro. Es todo lo que pude ver. Además de que, como ya te dije, llegó descalza.
—Eso no lo noté —dije bajando la cabeza. Él me había dicho Ann, y solo me decía así cuando estaba seguro de algo e intentaba calmarme— ¿Supiste por qué venía descalza?
—No, no me lo dijo. Solo me comentó que le gustaba sentir el césped en sus pies.
—¿Y de qué hablaron entonces? —pregunté airada.
—Pues, de los gustos Annabeth, qué le gustaba hacer, que me gusta hacer, en qué es buena, y en que soy bueno. Me dijo que a pesar de ser hija de Atenea, le gustaba arreglarse y verse decentemente. Que le encantaba sentir la adrenalina de una misión, y otras cosas.
—¿Cómo qué? —pregunté como quien no quiere la cosa.

—El que desde el bosque me dice Novato y yo no había podido responder el apodo, así que terminé por decirle Pecas... ¿Sabes? tiene más pecas que Rachel, solo que las suyas son pequeñas y las de Rachel son grandes. Me habló de que cuando vivió en Las Vegas, tenía una amiga a la que quería mucho, pero que no la había visto desde hace un tiempo. Y que ella y Rachel eran amigas desde hace algunos años. Lo cual explica los emotivos saludos que se dan.
—Y no se te hace raro... —no me dejó terminar, porque me interrumpió.
—Shhhhtt —me dijo poniendo un dedo en mis labios— deja en paz a Lyra, que le han de estar zumbando los oídos. ¿Por qué no mejor aprovechamos el tiempo para que me des un repaso de latín?
—De acuerdo Sesos de Alga —dije rendida con una sonrisa. Tal vez si le daba demaciada importancia a la tal Lyra.

Estábamos repasando latín, Percy no era malo, pero tampoco era muy bueno que digamos, así que tenía que corregirle sobre todo pronunciación. Siempre me ha gustado enseñarle cosas a Percy, (yo por ser hija de Atenea aprendo más rápido) me hace reír con cada ocurrencia que le viene a la cabeza, esta vez estaba confundiendo Latín con Italiano, y, aunque se parecen mucho, no son lo mismo. Percy hacía caras raras cuando intentaba una pronunciación, como esas cuando les estás dando de comer a los bebés, yo ya no aguantaba la risa, estaba literalmente recostada en la arena cuando Percy me salpicó de agua, en ese momento paré de reír y le di un zape en la cabeza a Percy, él se levantó y comenzó a hacerme cosquillas.

—Percy no... —decía yo entre risas, sé que seguramente parecía cucaracha fumigada porque si hay algo que es mi debilidad son las cosquillas— ya.. Per... Percy.... para... —pero él no tenía intensión de detenerse, no quería hacerlo y no lo haría, en un momento en que sentí las cosquillas más débiles aproveché y lo hice quedar ahora debajo de mí, nuestros rostros estaban a escasos centímetros, yo tenía mi mano apoyada en una roca, y fue hasta ese momento cuando noté una gran sonrisa en su rostro.
—Te gané —dijo susurrando.
—Sueña Sesos de Alga, eres tú quien está debajo, así que yo gané — en ese momento, la roca en la que estaba apoyada se movió (resultó que no era una roca, era un cangrejito y se cansó de cargarme) haciéndome rebotar en el pecho de Percy, levanté mi mirada y Percy bajó la suya, entonces comencé a sentir mi cara extremadamente caliente, Percy me sonreía, son esa sonrisa que dice "Te gané Listilla" (Si, no leyeron mal, él tiene una sonrisa solo dedicada a sus victorias contra mí)... ¡Esperen! regresemos a lo importante, me estaba sonrojando ¿Por Hades, qué rayos conmigo? me levanté, pero caí de nuevo, me di un sentón porque pisé mi chamarra, la cual hace unos minutos traía atada a mi cintura, Percy se levantó y comenzó a reírse.

—¿Qué es tan gracioso? —pregunté molesta.
—Te caíste Listilla...
—Si bueno —dije y me fijé en que él también estaba pisando parte de mi chamarra, así que la jalé y él también cayó— ahora tú también te caíste

Nos miramos a los ojos y con ese lenguaje que compartíamos desde niños, nos dijimos que todo estaba bien, no era necesario hablar. Solo comenzamos a reírnos de los dos. Así eran las cosas con Percy, él siempre lograba que olvidara todo, así fuera el peor día, mi mejor amigo siempre lograba sacarme una sonrisa. Además de que estar con él siempre era relajado, tal vez es por eso que inicialmente me hice su amiga, yo tiendo a estresarme por todo y él siempre está tranquilo, despreocupado. Era mi equilibrio cuando me sentía al borde de caer al Tártaro. Siempre lograba que riera como una niña pequeña, y le agradecía por eso.

—Qué lindo —escuché una voz detrás de mí. Me tensé al instante, yo sabía lo que esa voz particularmente significaba.

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Hola!! Perdón ya no pude subirlo ayer, pero aquí lo tienen queridos lectores. XD

Abrazos y saludos

Azeneth

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Where stories live. Discover now