45. "Cruce de tiempos"

237 27 0
                                    

—Será mejor que vallas a ver a Lyra —me apuró Rachel.
—¿Por qué? —pregunté contrariada.
—Primera —dijo alzando un dedo— porque sigues en shock y así no puedes hablar, y segunda —dijo levantando otro dedo— porque es tu hermana, y si yo fuera tú, estaría al menos un poco preocupada por lo que le pasó.

Eso me hizo reaccionar, hasta ahora solo había pensado en lo que se podría significar todo aquello, en cómo todo conectaba a Lyra y Rachel, o en cómo le podría afectar a Percy o la cabaña de Atenea. Rachel me apuró por la misma puerta por la que hace algunos minutos había salido Percy con Lyra en brazos.

De camino a la cabaña de Poseidón me di cuenta de algo, había estado tan concentrada en mi estrategia para atrapar a Lyra infraganti, que había olvidado por completo que acababa de sufrir una crisis, que estaba debastada y que debía sentirse horriblemente.

Sin embargo no había reparado en algo, hasta que Rachel no me lo hizo ver, ella tenía toda la razón. Había olvidado un dato importante en todo esto, a pesar de todo, me gustara o no, Lyra era mi hermana. Incluso pensando en ella como hermana, me sentía extraña, la había estado tomando como una huesped en la cabaña, y me había concentrado en ella como alguien más, no como una hermana.

Ahora me sentía como la peor persona del mundo, me había preocupado más por mi estrategia, que por mi hermana. Cuando llegué a la cabaña de Poseidón, entré sin tocar, y la escena que me encontré me partió el corazón y me hizo sentir aún peor de lo que ya me sentía.

Percy la abrazaba y ella estaba intentando tranquilizarse, Percy le limpiaba las lágrimas de los ojos y a tiempos, cuando ella colapsaba de nuevo, la recostaba en su pecho y acariciaba su cabello, fue en esta última posición, como Lyra se quedó dormida. Me acerqué mientras Percy la recostaba en la cama y la arropaba.

—¿Cómo está? —le pregunté, me sentía horrible porque mejor Percy que no era nada de ella, la había ayudado. En cambio yo, que era su hermana, la había dejado sola.

—Podriamos decir que estable, pero no creo que lo que sea que le pasara valla a pasar pronto. Está demaciado alterada y nerviosa —dijo mientras la miraba preocupado.
—Había estado soñando cosas ultimamente, no hablaba en sueños, pero se movía demaciado, se despertaba agitada y sudando —le expliqué a Percy— ¿Crees que tenga algo que ver?
—No lo se Ann, pero si se que no quiero volverla a ver así como hoy.

Nos quedamos en silencio un momento y después me dijo que había aprendio más palabras en latín, así que comenzamos a repasar. No pasó mucho tiempo cuando Lyra se incorporó igual que últimamente, asustada, exaltada y sudando. Percy corrió a su lado y la abrazó.

—¿Hay algo que pueda hacer para que no te despiertes así? —preguntó mirandola con devoción.
—Solo mantente a salvo Novato, con eso vas a ayudarme enormemente —dijo ella al final— solo necesito saber que vas a estar bien.
—Te prometo que no dejaré que me hagan puré de semidios Pecas —ambos se abrazaron un momento, luego Lyra alzó la mirada y me vió.

—Debo ir a ver a Rachel —dijo cuando se separó de Percy, al tiempo que se secaba las lágrimas— hay algunas cosas que debemos aclarar —luego me miró— deberías quedarte un rato Annabeth, te hará bien. A toda hija de Atenea le hace bien el mar, si sabes qué enfoque darle.

Dicho esto salió de la cabaña con paso seguro, Percy y yo nos miramos y supe, aún sin la necesidad de palabras que pensabamos lo mismo. No ibamos a dejar sola a Lyra. Me había propuesto olvidarme de quién era Lyra, y solo enfocarme en que era mi hermana, y necesitaba mi ayuda. Entonces Percy y yo salimos con cuidado de la cabaña, seguiamos a Lyra a una distancia prudente, Rachel estaba sentada en las escaleras de fuera de la casa, y al ver a Lyra se levantó como bólido y corrió a darle un gran abrazo.

—¿Estás bien?
—Lo mejor que puedo estar, si. Gracias Rach.
—¿Qué viste Lyra? —preguntó, esta vez con cuidado.
—El cruce de tiempos... Rachel —dijo mirándola a los ojos— los encontré.
—Lyra, vamos por partes, hablame de lo del pasado primero.
—Lo de siempre Rach, ella diciéndome que soy lo peor del mundo, que nunca debí... bueno, me entiendes. También la discusión antes de lo del collar.

—En presente... —sugirió Rachel.
—Ellos, los ví. Sé donde están, y no pienso seguir aquí sin hacer nada. Y... —suspiró— debemos hablar con Hyla. La está buscando.
—Eso no puede ser bueno.
—Intenta contactar con Anny... el hotel fue atacado mientras todos estábamos en crisis, no sé cómo está, pero casi puedo apostar que a ella le pasó lo mismo. Debo hablar con una hija de Apolo y uno de Hipnos.
—No me digas ahora lo del futuro, necesito que veas una pintura que no alcancé a sacar... estoy segura que querrás quemarla, yo tendré pesadillas por varios días.

Ambas tomaron caminos opuestos, Rachel se alejó hacia su cueva, y Annabeth entró en la casa Grande, a mi y a Percy nos tomó un tiempo decidir primero, si las seguiríamos a las dos o solo a una, ambos concordamos que no podíamos dejar a Lyra sola, Percy me dijo que usara la gorra de invisibilidad para infiltrarme y buscarla por dentro. Lo hice.

Aún siendo invisible, me costó trabajo encontrarla, primero ubiqué al hijo de Hipnos que había sufrido la crisis, estaba durmiendo, pero hacía gestos de dolor, no ví a Lyra así que supuse que estaría con la hija de Apolo, entre abrí la puerta y entré, Lyra y la chica pusieron cara dde confusión, pero Lyra se acercó a cerrar con pestilo la puerta.

—Okey, me has dado la advertencia... ¿Cuál es la petición?
—Danos la mejor estrategia que tengas bajo la manga, que eso hará la gran diferencia entre que vivamos o no. Porque oh hija de Atenea, ¿Quién mejor que tú para esto?
—¡¿Enserio?! —se quejó viendo hacia el cielo— Y luego te quejas del bullying...
—Me dijo mi padre que dos gotas de Lete bastarán. Conmigo y con el chico de la cabaña de Hipnos, solo que a él debes dárselas mientras duerme.

—Gracias —dijo Lyra, entonces sacó un pequeño frasco y le dió a tomar dos gotas, enseguida la chica se desmayó, pero recuperó la conciencia en el acto.
—¿Qué sucedio? —preguntó una confundida chica de Apolo.
—Tuviste una pesadilla y te golpeaste la cabeza —dijo Lyra— descansa.

La acostó en la cama y cruzó el pasillo, conmigo detrás, para ir con el hijo de Hipnos que seguía durmiendo. Le puso las manos en su cabeza y ceró los ojos, solo fueron unos segundos, cuando los abrió de nuevo, entonces no dudó y vertió en la boca del chico dos gotas de lo que, supuse, era agua de río Lete.

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Where stories live. Discover now