89. Haciendo lo Correcto

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—Bien Sesos de Alga ¿A dónde vamos? —le pregunté una vez había empacado las cosas.
—No estoy seguro dónde está, debemos ir a un café internet —lo miré mal. Seguía reticente a aceptar eso de la tecnología— Vamos Listilla, es la única forma de saber dónde va.
—Está bien, pero rápido Percy.

Al final cedí, tenía razon, era la única forma de saberlo. Sin embargo había algo que me decía, una voz... la voz de Lyra de hecho, que no fuera, que mantuviera a Percy a salvo.

—No encuentro datos Annabeth —dijo Percy saliendo del internet— pero ahora sé donde queda Penssylvania.
—Oh Percy —no pude evitar estrellarme la mano en la cara— ¿Pero... no entiendo, a qué vamos a Pennsylvania?
—Lyra lo mencionó con Cara, la vez que fuimos al... bueno, al lugar que luego se volvió Hotel.
—No dijiste nada —le reproché.
—No creí que fuera importante. Dijo que Luke lo aprovecharía en su beneficio, que haría algo ahí.
—Percy... —le dije dubitativa— podemos dejar de hablar de Luke como si fuera el peor villano del mundo, nisiquiera de Cronos hablabas así.
—Bien —dijo Percy después de un profundo suspiro— no mencionaré su nombre. Ahora debemos ir a Pennsylvania.

Fuimos a la central de autobuces, y como ya habíamos hecho una vez hacía tanto tiempo... usamos mi gorra de invisibilidad para colarnos en el camión. El viaje a Pennsylvania, en definitiva no fue lo que esperaba. Tal vez me había acostumbrado a llegar ilesa al lugar destino... lo cual, no favorecía mucho.

A la mitad del viaje, Percy estaba recostado en mi hombro, no entendía cómo era posible que pudiera dormir así de fácil. A mi me costaba horrores, además con todo lo que estaba pasando y que yo no tenía ni la más mínima idea, menos podía conciliar el sueño, el viaje estaba resultando algo largo y tedioso, ibamos a tardar aproximadamente 8 horas en llegar hasta Penssylvania, por las paradas que hacía el camión, Lyra se había encargado de dejarnos sin nada de dinero, mas que lo justo para volver al campamento. Dejé de mirar a la ventana, ya estaba nevando, pero por alguna razón, el día parecía triste. Miré a Percy y una sonrisa se instaló en mi rostro de inmediato al ver como un hilito de baba comenzaba a escurrir por la comisura de su boca, con la manga de mi sudadera lo sequé con cuidado de no despertarlo, y recargué mi cabeza en la suya.

Era extraño que Percy y yo estuvieramos solos en una misión, a veces iba Grover con nosotros, pero generalmente era Luke quien nos acompañaba.

Así, completamente sola, fue que me permití pensar por fin en todo lo que hasta el momento había pasado demasiado rápido para mi gusto.

Hasta donde le había entendido a Lyra, Lo de Nico se planearía minuciosamente, y de repente, resulta que necesitabamos actuar rápido sin importar el peligro porque si no todo se venía al Tártaro... Estaba preocupada, nerviosa, y confundida, bastante confundida. Los sueños de regresión todos raros habían desaparecido, pero la sensación de regresión y agotamiento seguía ahí, presente, a cada momento, inclusive había veces que era más arrebatadora que otras.

No me había permitido pensar en lo que había pasado en el "bunquer" de Lyra, en el comportamiento tan extraño que había tenido Percy. ¿Quién podía ser tan despistado como para dejar un tónico de la Diosa del Amor en cualquier lado visible? además, ¿Qué hacía Lyra con eso?. No es que me incumbiera demasiado eso en realidad... digo ella podía hacer y deshacer lo que quisiera de su vida, pero si eso implicaba a Percy si que me incumbía.

<<Y Luke?>> me dijo algo en mi cabeza, como una voz lejana... Yo estaba cuidando a Percy, ayudándolo <<Y eso qué? Primero está Luke, el es quien te gusta, lo olvidas?>> No es que lo olvidara, simplemente que Percy me necesitaba en esos momentos <<Y Luke no lo hace?>> Yo sabía que probablemente Luke también estuviera en problemas... pero no sabía dónde estaba, y a Percy, lo tenía justo a mi lado, literalmente. <<Estás jugando en el lado enemigo, ella quiere destruir a Luke>> Pero Percy quería buscarla, sabía que ella era importante para él. Me dolía de cierta forma la medida en la que su unión era fuerte, pero no quería que Percy sufriera por mi culpa nunca, se supone que soy su mejor amiga, y debo ser la que de consejos y regañe por hacer las cosas mal, no quien le cause más problemas. Solo por eso estaba buscándola ahora y siguiendo a Percy ciegamente hacia lo que yo creía que era una trampa segura. <<Luke se enojará por que no lo apoyas a él>> Debe entenderme, mi mejor amigo estaba en problemas, además, Luke sabía ingeniárselas solo bastante bien, Percy siempre necesitaba un lado racional que le pusiera los pies en la tierra.

—No sé si estoy haciendo lo correcto Sesos de Alga, técnicamente si ayudo a uno, traiciono al otro. Ahorita estoy contigo, y me siento mala persona porque siento que traiciono a Luke, pero también siento que no ayudarte es traicionarte... ¿Cómo es que haces tú para conservar siempre esa lealtad en todos? Que yo no puedo. Tú nunca tienes problemas para saber cuál es el lado correcto, yo no se si estoy haciendo bien —todo esto se lo susurré en voz baja que, de no haber estado dormido, solo él ubiera escuchado— Hay veces que siento que me hace falta una amiga ¿Sabes?, por alguna extraña razón, creo que ella entendería... pero Drew no está en el campamento ahora.

Bajé mi mirada y vi que él tenía apoyada su mano en mi pierna izquierda, entrelacé nuestras manos en un intento de buscar seguridad, confort, y calma, Percy siempre lograba eso en mí, y así fue como poco a poco comencée a quedarme dormida. De todas formas, tendría algunas horas para dormir antes de llegar a Penssylvania.

Me agaché y tomé la daga del mango, entonces sentí un frío penetrante, era como si me congelara inclusive mis recuerdos. Entonces comencé a marearme y a ver borroso, perdí el piso, parecía estar flotando, pero no de una buena forma, era como si todo de repente callera de peso en mi memoria, como si hubiera un candado que acababa de abrirse.

—¡¡Annabeth!! —escuché el grito de Percy.

Tanto él como Lyra corrían hacia mí, cuando llegaron Lyra me dio un manotazo en la mano donde sostenía la daga, la cual no me había dado cuenta que aún sostenía. Percy estaba luchando con uno de los lobos. En cuanto la daga calló de mis manos miré a Lyra a los ojos, pidiendole, rogándole, que ayudara a Percy y no lo dejara solo ahí. Cuando nuestras miradas chocaron, se dilataron sus pupilas.

—Hay no...

Entonces el frío se intensificó y pude sentir una sonrisa nada agradable, podía sentir una risa, era burlona, cruel, y daba mucho miedo, me hizo helarme hasta los huesos, pero no podía despertar, por más que abría los ojos... no despertaba....

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Where stories live. Discover now