67. "...Tu cumpleaños"

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No se de donde rayos sacó Lyra el valor de levantarse una vez más y pararse totalmente erguida frente a Atenea, pero lo hizo, sin embargo su mirada estaba fría como el hielo. No quedaba resto de ternura alguna, igualaba bastante la frialdad de la mirada de Atenea.

—Siempre he estado conciente de que soy tu hija más deseada y menos esperada, además de que siempre has tenido otros consentidos antes que yo, no importa en el lugar en el que esté, siempre encuentras a alguien con quien compararme.

Entonces saca algo de su bolsa de sus jeans y se lo lanza a Atenea a los pies, la diosa lo observa por una milésima de segundo y regresa su mirada a Lyra.

—Esta no es mi lucha, ni tu quieres que sea yo, ni yo quiero hacerlo —sonrió amargamente y siguió— mejor que valla alguien que de verdad esté orgulloso y sea un digno hijo de Atenea, ambas sabemos que yo no soy ni lo uno, ni lo otro.

—Si ese es tu veredicto —dijo fría mi madre— una vez que acabe mi visita no quiero volver a verte en mi cabaña.

—Bien —dijo Lyra con sonrisa de autosuficiencia— no es como si no tuviera con quien irme.
—¿Te arrizgarás? —dijo buelona Atenea.
—Claro que no, no soy idiota. Mi madrina jamás me dejaría desamparada, soy su protegida además, no creo que Apolo se niegue a cobijarme en su cabaña.

—Entonces hubieras ido a la 11 desde que llegaste —dijo burlona mi madre. yo cada vez entendía menos de la plática.
—No fui yo la que se peleó a muerte por poner su símbolo en mi cabeza — dijo sonriendo Lyra, logrando que mi madre borrara la sonrisa de su cara.
—¡¡Cálate Lyra!!.
—Me hubieras dejado con mi familia, era la consentida de papá y de Fiti auque ella no lo dijera, con ellos tenía una familia, sentía que pertenecía a algun lugar, cosa que jamás me ha hecho sentir nada que venga de tí, en cambio, papá siempre buscó que me sintiera cómoda, y bien en donde estábamos, papá sabía cuidarme al igual que Fiti, tu no tienes ni idea de lo que significa tener hijos.

La temperatura desendió de nuevo... tal vez incluso creo que estábamos bajo 0... entonces mi madre le dió otro bofetón pero aún más fuerte que la mandó volando casi hasta donde yo estaba, y al mismo tiempo que se escuchaba la palma de mi madre golpeando la mejilla de Lyra, la puerta de la cabaña de abrió, dando paso a un Percy con mirada asustada que corrió enseguida al lado de Lyra, me doy cuenta de que inconsientemente también caminé hasta ella.

Cuando ya estaba por llegar con ellos, ví claramente cómo Lyra le susurraba algo a Percy y rechazaba la mano que él le ofrecía, levantándose sola. Si las dos veces anteriores habían sido malas, esta vez había sido mucho peor... ya no solo le sangraba la boca, sino también la nariz, su mejilla derecha estaba demasiado inchada y por lo blanca que era, podías ver la mano roja de mi madre remarcandola.

—De verdad espero —dijo Lyra con odio puro, que nisiquiera cuando le hablaba a Luke había notado— que tosa tu vida, recuerdes lo que hiciste, lo que estuviste a punto de hacer y recuerdes a mi padre, pero sobre todo, que recuerdes que hasta gran Diosa Atenea ha redoblado su orgullo. Espero que a quien elijas, esté a la altura, y que sobre todo, estés conciente de que no me estás corriendo de tu cabaña, me estás corriendo del campamento... y de todo lo que tenga que ver contigo.

<<Juro, por el río Estigio —en ese momento se escuchó un trueno que hizo retumbar toda la tierra— que jamás volverán a reconocerme como hija tuya. Porque como bien me has repetido, no soy digna de tenerte como madre. Así como tú vas a pedirme perdón y lamentarte por no ser digna de ser mi madre. Y por el bien de todos tu demás hijos, espero realmente que tu orgullo y tu egoizmo no sean de la misma talla Atenea.

—A mí no me hables así...
—Te hablo como quiera, porque solo eres una dioda más entre todos —dijo y sin dar tiempo a que mi madre se repusiera de sus palabras agregó de forma rápida— Percy, ¿A qué has venido?
—A felicitarte por tu cumpleaños Pecas.

En ese momento la cabaña de Artemisa perdió su aura de poder, y todo volvía a sentirse como un ambiente normal de una cabaña normal.

—Fue un placer diosa Atenea —se giró y dio tres pasos, luego se detuvo y se volvió hacia mi madre— ¿Es que acaso no va a desearme un feliz cumpleaños? Oh cierto, no le importo...

Comenzó a dirigirse hacia la salida con Percy tras ella muy preocupado, ya cuando estaba prácticamente en la puerta, Atenea la detuvo.

—Vas a arrepentirte de tus palabras.
—No lo creo, la que se va a arrepentir va a ser otra —dijo girando su cabeza y agregó— además... no creo que quiera las consecuencias de maldecirme... ¿O me equivoco?

Se hizo otro silencio durante el cuál el labio de Lyra siguio chorreando... y le comenzó a mojar la playera del campamento que traia puesta.

—Mucha suerte consentida —dijo con voz condesendiente, como si le estuviera hablando a una niña pequeña— porque la diosa no acepta fallas como te has podido dar cuenta —dijo con una sonrisa de lástima— y llevas una muy grande en tu contra... llegará el momento en que debas escojer tus lealtades... así como yo tuve que hacerlo.

Le dedicó una última mirada a la Diosa y se volvió a Percy.

—Quédate con ella, mientras tú estés aquí, no va a decirle nada. Yo tengo que empacar algunas cosas —y con una leve sonrisa hacia ambos, nos abrazó y susurró con voz quebrada— gracias.

Después de eso salió de la cabaña cojeando, provablemente cuando chocó contra la columna se lastimó o tal vez la forma en que calló.

—Ya hablaremos después Annabeth —dijo mi made antes de desaparecer en una luz brillarte y cegadora.
—¿Qué fue eso? —dijo Percy viendo fijamente a frente. No le respondí porque tampoco tenía idea. Sin embargo insistió— Annabeth ¿Qué fue eso? ¿Por qué Atenea la golpeó?

Muy tarde, me di cuenta de que Percy tenía sus puños apretados y miraba enojado el lugar donde mi madre acababa de desaparecer.

—No lo sé, pero no pude hacer nada —por alguna estúpida razón estaba llorando, sin embargo eso suavizó la mirada de Percy.
—Ya lo se Ann —okey, me había dicho Ann, no estaba enojado conmigo— yo tampoco pude. Pero eso no le da derecho a hacerle daño.
—Es su madre...
—No, ¿No la escuchaste? "Jamás volverán a reconocerme como hija tuya" —repitio las palabras de Lyra.

Comencé a caminar hacia mi cabaña, no quería creer en Lyra, sin embargo... ver cómo mi madre la golpeaba sin ningún escrúpulo me hizo dudar sobre todo lo malo de Lyra, me hizo dudar sobre mi madre... que según yo, hasta ahora era lo único seguro que tenía, y lo de hoy, me estaba haciendo dudar de ella... si podía golpear a Lyra así como así... ¿Qué le impedía golpearnos a cualquiera de mis hermanos?

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Hola de nuevo Semidioses!!! Lo sé, lo sé.... la imagen estpa tétrica para el título... peor ni que hacerle... así son las cosas. Este cap se los dejo hoy como disculpa, por no haber publicado en tiempo y forma.

Abrazos y Saludos

Azeneth


El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Where stories live. Discover now