93. Raavella

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-Vamos -dijo Lyra más fuerte de lo necesario- solo no lo escuchen.

Ella comenzó a caminar dentro del círculo buscando una parte fragil, o al menos eso suponía ya que yo hacía exactamente lo mismo. Traía un pañuelo con agua en la boca. Percy comenzó a tocer demaciado. Lyra fue hasta él y le dio el pañuelo, pero Percy lo rechazaba.

-Tú lo necesitas -le decía Percy.
-Lo necesitas más tú, tómalo -dijo Lyra con voz firme, entonces ambos entraron a un duelo de miradas, era dificil decir quien ganaría, hasta que Lyra agregó- tú puedes sacrnos de aquí, yo no.
-Eso me dejará agotado Pecas -dijo Percy perdiendo de repente el color- apenas si percibo algo.
-Y es por eso que lo necesitas -le dijo Lyra con calma, para dejar el pañuelo en manos de Percy y seguir inspeccionando el fuego.

-No hay salida, he reisado todo, no tiene punto debil.
-No, pero yo si... -dijo con voz sombría mirando de reojo alrededor, solo por la tenctación hice lo mismo.

Entonces un ruido sordo me hizo sobresaltar y voltear, se había caido un cuadro en la chimenea y ahora comenzaba a arder en fuego, era un monumental retrato de dos niños abrazados, una niña y su hermanito, tal vez la niña era la misma de la habitación, y el pequeño era su hermanito.

-YA -gritó Lyra de repente y eso me devolvió a la realidad, me volví a mirarla, estaba en el mismo lugar que antes, la diferencia es que ahora estaba sentada con las piernas pegadas al cuerpo y las manos en sus oidos, no veía su rostro, ya que lo tenía pegado a sus rodillas- ¡Déjame! ¡No es cierto! ¡No es cierto! ¡Yo no quería! ¡Tú me obligaste! ¡Va a odiarme por tu culpa, yo se lo prmetí!

Lyra gritaba como si se estuviera peleando con alguien, como si estuviera poseida, Percy corrió hasta ella y la abrazó, pero Lyra seguía gritando como si no notara a Percy.

-¡Cállate y dejame en paz! ¡No lo arruinarás esta vez! ¡No, va a estar bien, no importa que haga, va a estar bien! ¡Era solo una niña! ¡No lo hice! ¡Tenía miedo!

Percy mientras la abrazaba, susurraba palabras en su oido, podía ver cómo su rostro reflejaba dolor cada vez que Lyra gritaba o sollozaba, y ver a Percy destrozado, me partía el alma a mí. entonces Percy gritó.

-Sufiente ya déjala -y de repente de no se donde salió mucha agua que logró abrirnos paso, Percy sacó a Lyra cargando al estilo nupcial, ella seguía con sus manos en los oidos y llorando, yo me limité a seguirlos, realmente preocupada de la situación. Cuando salimos de la casa, me di cuenta que habíamos salido por uno de los laterales, el frente de la casa estaba cubierto ya por los cuerpos de bomberos. Mientras corríamos lejos de ahí solo podía pensar en la conversación de Lyra y Luke.

¿Es que acaso era posible dormir a una Diosa? ¿Por qué Lyra le pedía a Luke que no hiciera lo correcto? ¿Cómo era malo el que Luke quisiera hacer sentir orgulloso a Hermes? ¿Desde cuándo Lyra hablaba mal de los dioses? ¿Ella diciendole a Luke que era una marioneta de los dioses? ¿Cuántas veces Lyra había sido juzgada por los Dioses como para que Luke y ella hablaras de "todas esas veces"? Había algo que me estbaa perdiendo, que yo supiera ninguna Diosa estaba durmiendo, al menos Quirón no nos había dicho nada de ello. Lyra se jactaba de adorar a los dioses, pero ahora estaba diciendo que usaban a Luke... ¿Es que acaso quería ponerlo contra los dioses, contra su propio padre? Percy había sido llamado a la corte de los dioses 3 veces, y yo ya las consideraba sufientes por una vida, ¿Cuan problematica era Lyra más que Percy?

-Yo tuve la culpa, es mi culpa, debí darle más tiempo -sollozaba Lyra en el hombro de Percy.
-No Pecas, no es tu culpa, lo que sea que te dijeran no es tu culpa -decía Percy seguro.
-No Novato -dijo ella separándose de Percy sonriendole debilmente- es mi culpa, pero gracias por sacarme de ahí, me quedé en shock.
-Es lo que hacen los... -se detuvo, la miró a los ojos y ambos se transmitieron una calidez notable- amigos. Es lo que harpe siempre que te quedes en Shock.

-No será necesario de nuevo, lo prometo.
-Una vez alguien me dijo que no hiciera promesas que no pudiera cumplir, te pido lo mismo.
-Esta puedo cumplirla -dijo ya más tranquila- ahora llama a Blackjack, tú y Annabeth necesitan transporte para llegar a donde Nico y los demás.
-¿Y tú?
-Vella no dudará en llevarme.

Como si la hubierna invocado, la perrita llegó corriendo junto a su dueña, casi al mismo tiempo que Blackjack aparecía por el cielo. Lyra se agachó a recibir a su cachorro y le quitó el collar, entonces Vella comenzó a sacudirse como si acabara de tomar un baño y estuviera empapada. Me esperaba cualquier cosa, menos que Vella fuera un perro infernal... más por el hecho de que son todos negros. Miré con curiosidad a la perra y Lyra al notar mi mirada se explicó.

-Regalo de Hades y Perséfone, resulta que hasta los perros del infierno tiene problemas genéticos y llegan a ser mmm... creo que esto es lo que podríamos llamar albino. El collar fue de parte de Hefesto.

Dijo esto último mientras aterrizába Blackjack a mi lado algo incómodo al notar al perro de Lyra.

-Raavella y yo debemos adelantarnos -entonces miró. a Blackjack- solo síguela -dijo señalando a Vella.

Subió lomo de su perra infernal y ésta comenzó a correr a toda velocidad hacia el occidente en medio de la noche.

-Vamos Ann, hay que alcanzarla -dijo Percy ofreciendome su mano. Yo la tomé sin pensarlo dos veces. No me di cuenta qué tan asustada estaba sino hasta que la mano de Percy rodeó la mía y sentí cómo intentaba transmitirme tranquilidad. Me ayudó a subir a Blackjack y luego subió él detrás de mí- confío en que así no corres peligro de carte -dijo con esa problemática sonrisa marca Percy, yo le sonreí de vuelta, aún con el corazón en a garganta y no precisamente por el vuelo.

Cada ves estabamos más cerca de Luke, cada vez estaba más confundida, por un pequeño momento de verdad creí que el lado de Lyra era el correcto, pero fue solo hasta que no negó que habia hecho dormir a una diosa, o que había tenido algo que ver con la muerte de alguien... o eso me daban a entender las palabras de Luke... o que incitaba a Luke a pensar mal de Hermes. Entonces retomé el sentido, pero temía que Percy no lo hubiera hecho y siguiera creyendo que Lyra era quien estaba bien.

-Creí que era el único con un perro del Infierno hasta que Pecas y Vella llegaron al campamento.
-¿Lo sabías? -le pregunté.
-Si, ella me lo dijo... aunque no es algo que le guste compartir amenudo, entiendo la razón, haría lo mismo si se tratara de la Señora O'Leary.

En ese punto... tenía razón, no puedes andar diciendo que tu cachorro es realmente un perro gigante cuyon principal fin es custodiar a los muertos del inframundo, hasta yo me diría loca.

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Solo me queda por decir     3/10     Se acerca el final....

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora