73. Bailando con el mar

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De algún extraño modo, se comenzó a escuchar una suave melodía, que cada vez se fue haciendo más fuerte.

—Bianca se esmeró en el sonido —le comenté a Percy.
—Todas lo hicieron —dijo sonriendo de lado— todo está maravilloso —tomó una respiración honda— lo siento Listilla.
—¿Por qué? —pregunté algo contrariada.
—No lo sé —dijo restándole importancia— solo lo siento, no es como si nunca metiera la pata ¿No?
—Cierto —cedí.
—¿Quieres bailar? De todos modos te saqué del baile solo para disculparme —dijo ofreciéndome su mano, la tomé.

Era mi primer baile. Lo siento, debía decir eso. Jamás en mi vida había bailado antes. Bueno, si lo había hecho, en el Olimpo, y también había sido Percy mi pareja de baile, pero eso no cuenta, estabamos pequeños y solo nos movíamos como pingüinos robots. A decir verdad, era el único con quien había bailado además de con mi padre en mi graduación del Jardín de Niños.

No estaba segura de que pasaba, pero era como si todo de repente fluyera con la música que sonaba, una suave, pero hermosa voz comenzó a cantar, y Percy comenzó a moverme, a diferencia de la primera vez, ahora si bailabamos, y si debo ser honesta, yo no se bailar, sin embargo Percy si. Comenzó a movernos lento primero como la canción, yo miraba constantemente a nuestros pies, temiendo equivocarme o algo, pero Percy se encargó de tomarme de la barbilla y me hizo mirarlo a los ojos.

Había algo nuevo en ellos, bueno no, ya habia visto en él esa mirada antes, algo me lo decia, solamente que no recordaba cuándo. Eran sin duda hermosos, no me habia fijado antes, de que ese era uno de mis colores favoritos en el mundo, si no es que era mi favorito. Percy sonrió, y en sus ojos brilló el orgullo.

Fue ahí dónde me di cuenta de que estábamos enmedio del agua,  sin embargo no nos mojabamos, el pánico entró a mi cabeza y apreté mi agarre en Percy, quien simplemente acercó su rostro al mio y me susurró tranquilizadoramente.

—Tranquila Listilla, no te dejaré caer.

Entonces en ese momento la canción adquirió un ritmo un poco más rápido, y Percy comenzó a hacerme bailar por todos lados sobre el agua, sus movimientos eran fluidos y elegantes, volví a mirar sus ojos y sonreía, me daba vueltas con una facilidad increible, en un momento determinado, me tomó de la cintura y un brillo travieso atravezó sus ojos, entonces me cargó a la vez que daba una vuelta sobre sí mismo. El agua parecía bailar también, entonces pude entender algo que me había dicho una vez: "El agua está alegre" justo cuando me había cargado, se había levantado una barrera de agua que nos redeaba, que regresó a su estado normal cuando me bajó, entonces también comenzarona a aparecer miles de luciérnagas rodeándonos.

Percy no habló, y yo tampoco, de hecho ni siquiera supe en qué momento estaba girando sola sobre el agua, para instantes después estar de nuevo en brazos de Percy, mirándolo directamente a los ojos y a centímetros de su rostro, mi respiración era agitada por el baile, digamos que no estaba acostumbrada... me dí cuenta de que mis brazos estaban rodeando su cuello y los brazos de él mi cintura.

Quería guardar ese momento para siempre, de hecho, hoy en día, sigue demasiado fresco en mi memoria ese día bailé con el mar, al ritmo del mar, pues este parecía seguir el ritmo de Percy. No hacía calor ni frío, era perfecto el clima, con ese suave, refrescante y hogareño toque de brisa marina. Percy se separó un poco, fue entonces donde me dí cuenta de que la canción había cambiado. Ahora era una más movida que la anterior, sin embargo no la acompañaba la misma voz.

No diré que no me divertí, de hecho fue bastante entretenido aprender a bailar, hacía demasiado tiempo que no me divertia tanto, reí bastante y me pareció que solo eramos Percy y yo contra el mundo, tal como había sido cuando llegué al campamento. En ese momento me sentí como hacía mucho tiempo no me sentía, me sentí en casa. Me olvidé de todo y me centré en el mundo que me rodeaba en ese momento.

—Creo que es hora de volver Listilla —me dijo Percy con su sonrisa ladina.
—No quiero —le respondí sin filtrar lo que decía— Es decir... me gustaría quedarme un poco más y... tal vez terminar esas lecciones sobre las constelaciones que siempre dejamos a la mitad.

Percy me sonrió, y se sentó, yo lo hice a su lado y de nuevo estuvimos comparando constelaciones... era increible cómo Percy podía ver cupcakes en las constelaciones...

Yo, a pesar de estar hablando sobre las constelaciones y estar dandole a Percy datos precisos, solo lo miraba a los ojos, los mismos que habían hecho de iman toda la noche, los mismos que no podía dejar de mirar y que dudaba seriamente que algún día pudiera. Jamás me había dado cuenta de su cabello a la luz de la luna, se veía de un tono algo azul, ni tampoco de que tenía unos labios que me llenaban de mucha curiosidad, quería que Percy me abrazara de nuevo, que me tomara de la cintura y me hiciera alcanzar el cielo al cargarme, que hiciera girar y me atrapara de nuevo, extrañamente, me di cuenta de que mi cntura nec esitaba algo en ese momento, tal vez fuera que nunca había bailado y me había gustado tanto, que ahora parecía que algo faltaba.

Entre mis extraños pensamientos, de repente llegamos a la arena, ya no había muchos campistas en realidad.

—Dime algo —dijo Lyra acercándose a nosotros con una sonrisa en el rostro— ¿Quieres chocolate?

Enseguida el rostro de Percy adquirió un tono carmín, eso me molestó.

—No Pecas, no quiero, gracias.
—Es broma Novato —dijo Lyra riendo— Espero te gustara.
—Fue hermoso Pecas, de verdad que nadie había hecho nada igual por mí.
—Bueno, técnicamente no me costó nada —dijo ella encogiéndose de hombros.

—¿Es broma acaso? —exclamó Bianca— Creí que moriría sin ver eso de nuevo.
—Debo admitir que no esperaba eso, sin embargo... fue un buen toque Lyra —dijo Rachel.
—Dejen de hablar de ello, les dije que solo lo haría por la ocación, y espero que valiera la pena.

—Oh creeme la valió —dijo Thalia— además, Percy... debes cuidarmela mucho, después de hoy, no creo que tenga pocos pretendientes, es tú deber cuidarla.
—Lo haré Thalia.
—Hey!!! —exclamó Lyra— puedo cuidarme sola muy bien.
—Oh claro Lyra..... —dijo Thalia.
—Yo que tú, me callaba Tormentita, que cometiste el mismo error.

La cara de Thalia se volvió seria.

—Lo siento, no debí tocar ese tema.
—Descuida Tormentita, ambas tropezamos con esa piedra —le dijo Lyra.
—¿Alguien me explica? —pidió Bianca.
—Lo siento, tema local —dijo Thalia cerrando la conversación. Sin embargo miró a Percy— Lo digo enserio, cuídala, no debió ponerse ese vestido.

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Les traigo su regalo nocturno jajaja ;)

Abrazos y saludos

Azeneth

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora