99. Charlas de Año Viejo

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Percy seguía sin querer hablarme y cada vez me ponía más de nervios que Luke no hubiera vuelto de la misión de entregar el collar. Había hablado con él por mensaje-iris, pero aparentemente todo estaba bien, me enseñó una medalla que había obtenido al entregar el collar, y esperaba que regresara pronto de verdad.

Técnicamente él era ahora lo único que me quedaba, Percy se había dedicado a Lyra en cuerpo y alma, y nada parecía hacerlo cambiar de opinión con respecto a mí. Se había alejado definitivamente y no parecía querer volver. Decidí caminar un poco, solo para despejarme.

Hoy era fin de año, otro mal día para mí. Mis pies me llevaron a la Casa Grande por alguna extraña razón. Ya ahí, decidí ponerme mi gorra e ir a ver a Percy... esa era la única forma en que podía verlo, sin que él me viera. Caminé por los pasillos hasta la enfermería, entonce fue cuando escuché risas.

-Ese viejo Centauro estará por un rato más en el Olimpo, mi padre quiere saber cómo rayos es que no cuidó de tí y no te retuvo de hacer tu voluntad.
-Bueno, no es que alguien pueda detenerla -dijo la voz divertida de Thalia.
-Thalia tiene razón, iba a hacer lo que tenía que hacer, quisiera Quirón o no. No pensaba pedirle permiso -dijo la voz de Lyra.

-Deberíamos irnos y dejarla descansar -dijo la voz de Artemisa y fue cuando finalmente decidí asomarme. Lo que ví fue un lindo cuadro... enternecedor, Lyra estaba sentada sobre la cama y los demás hacían un curioso círculo con ella en el piso, estaba Percy, Thalia, Rachel, Artemisa y alguien a quien no reconocí.

-No creo que debamos irnos y dejarla a merced de estos semidioses inútiles.
-Oye -dijeron las voces enojadas de Rachel, Thalia y Percy.
-No somos inútiles -dijeron Thaliay Percy, a tiempo en que Rachel decía.
-Yo no soy semidiosa.
-Vamos, debemos irnos, ya podemos darle el reporte que tanto ansía a Hera.

-Salúdenla de mi parte, y díganle que gracias -dijo Lyra con una sonrisa sincera.
-No me cae muy bien mi madrastra -dijo Artemisa- pero debo admitir que eres su debilidad, ni siquiera tu hermano lo es -agregó mirando a Thalia.

-Bueno, no todos somos Lyra -dijo ésta encogiéndose de hombros.

Artemisa se levantó con elegancia y se acercó a la cama, entonces besó a Lyra en su frente.

-Nos vemos pronto mi niña.
-Claro Missy, y gracias por todo, por venir y por estar conmigo.
-Es mi obligación, es una promesa y eres mi semidiosa consentida entre todos, además eres como la hija que jamás tuve.
-Y tu una parte de mamá -dijo Lyra abrazándola y cerrando los ojos.
-¿A sí? -preguntó exceptica Artemisa- ¿Y quien es la otra?
-Principalmente Fita -dijo alzando la cabeza un poco- pero todas lo son, de distintas formas.

Artemisa le dedicó una dulce sonrisa, la abrazó fuerte de vuelta y se levantó.

-Thalia, no demores, debemos regresar a la Caza, que las estrellas las acompañen -dicho esto, se desvaneció en un haz de luz.
-Parece que alguien te supera en salidas dramáticas -le dijo burlona Lyra al otro chico brillante.
-Eso nunca, Nadie supera al inigualable...
-Pol basta -rió Lyra- mejor empieza a practicar.
-¿Sabes qué? es una exelete idea Estrellita -se levantó, besó la mejilla de Lyra y desapareció en un haz de luz.

-¿No hace calor aquí? -preguntó Lyra viendo significativamente a Thalia.

Entonces Rachel, Thalia y ella estallaron en risas.

-Creo que me perdí el chiste -dijo Percy.
-Aún debes crecer un poco para entender Percy -dijo Thalia.
-¿Thals, no crees que ya es momento de explicarle? Considero que ya entenderá -dijo Lyra riendo.
-Si tu quieres hacerte cargo de "La Charla" adelante, yo no.
-¿Por qué no lo hacemos las tres? -preguntó Rachel- así aprovechamos para aclarar un poco el tema de los bombones con chocolate -dijo sugerente.

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Where stories live. Discover now