53. Bianca Di Angelo

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El funeral de Sally fue una de las cosas más bellas y tristes que había visto en mi vida. Por decisión de Percy fue en el mar, no estoy segura de en qué momento, pero había sido Lyra quien había organizado el funeral, Percy no quería hacerlo, estubo conmigo todo el día mientras Lyra se encargaba de todo, ya en la noche, nos buscó para avisarnos que estaba todo listo.

Percy no se había querído acercar al mar. Cuando llegamos las lagrimas brotaron de los ojos de Percy de forma incontrolable. La ceremonia la dirigió Quirón, Lyra había bordado un hermoso sudario donde veias una imagen de Poseidón, ella y Percy de bebé. Había velas sobre todo el lago y Sally estaba acostrada en una canoa pequeña rodeada de flores. Había sido Percy quien la había desatado el cabo para que Sally flotara.

Me daba la impresión de que Poseidón estaba unido al tributo a Sally, cuando llegó al centro del lago una burbuja rodeó a Sally y la sumergió. En la orilla había una hoguera. Lyra le entregó el sudario a Percy, y él cuando lo abrió y lo vio, abrazó a Lyra, sin embargo el rostro de ella seguía triste. Percy quemó el sudario de Sally y todos le dimos nuestras condolencias. En cuanto el sudario se consumió, Lyra desapareció del funeral.

Después de unos días, la alegría de Percy volvió, no puedo decir lo mismo de Lyra. Thalia se había tenido que ir enseguida después del funeral. Lyra ya no entrenaba, se pasaba todo el día con Bianca, quien desde que llegó al campamento, no había articulado palabra. Bianca tenía una cara triste igual que Lyra.

En el desayuno después del funeral de Sally, habíamos esperado que reconocieran a Bianca, pero no habíamso recibido respuesta de los Dioses, Bianca se había negado a separarse de Lyra, por lo que ahora Bianca dormía en nuestra cabaña también. Sin embargo, en las comidas, se sentaba con Lyra, Rachel y Percy en la mesa de Poseidón. Ambas tenían una afinidad increible, con una mirada se entendían y ponían de acuerdo. Percy había seguido sus entrenamientos más arduamente que nunca, por lo que ahora ya casi no tenía tiempo libre más que para comer y en la cena se iba directamente a su cabaña a dormir.

Hoy había estado bastante ocupada, y aún así, al llegar la noche, no tenía sueño. giraba demaciado en mi cama hast que concluí que no dormiría mientras Morfeo no lo quisiera así. Me levanté con la fieme idea de  seguir con mis diseños arquitectónicos, sin embargo noté  la ausencia de dos personas en mi cabaña, Bianca y Lyra.

Entré en pánico y decidí salir a buscarlas. Nadamás salir de mi cabaña, escuché claramente el ruido provenitne de la arena. Así que me dirigí hacia ahí.

—Lyra, no es tu culpa —decía Bianca a Lyra, quien tenía una voz dulce y un acento raro, supongo que italiano, mientras esta última asecinaba maniquíes.
—Bianch, sabes que lo es, debí haber planeado todo mejor, debí haber previsto a Percy.
—No podías saberlo Lyra...
—Debí haberlo imaginado —dijo dejando todo y mirando a Bianca— es del mar Bianch, nadie controla al mar, si hay alguien imprevisible, es el mar. Percy tiene el poder de elegir su camino. Percy puede cambiarlo todo también.

—Lyra... —dijo Bianca mientras la abrazaba— cargas demasiado sobre tus hombros, no todo es tu responsabilidad, puedes compartirla, no tienes que hacerlo sola.
—Gracias Bianch, pero hay cosas de mi, que nadie sabe, cosas que hice que nadie debe saber, cosas de las que me arrepeinto, y otra que lamento no haber hecho. Me equivoqué en muchas cosas, y ahora estoy pagando por ello. Las Moiras son tan justas como generosas, y ambas cosas igualan bastante al sufrimiento.

—Cómo me gustaría poder ayudarte.
—No puedes Bianch, lo unico que quiero ahorita, es mantener a salvo a todos los que me importan.
—Percy más que a nadie ¿cierto?
—Sería demasiado doloroso para mí perderlo, no lo soportaría.
—Y... ¿Ella que dice? —preguntó Bianca con cautela.
—Nada —dijo Lyra con desprecio— igual que de costumbre. Nunca dice nada, a excepción de la fecha de castigo.

—No debí haber escuchado aquella vez —dijo Bianca con tristeza y arrepentimeinto.
—No es tu culpa, en realidad, no es culpa de nadie. A veces creo que jamás debí haber nacido.

—No digas eso —la regañó Bianca muy enojada— jamás lo digas de nuevo. Tú uniste a tu familia, cambiaste por completo lo que pensaba tu padre, entráste al corazón de tu madrastra, Lyra has hecho mas cosas buenas que malas, jamás pienses que nacer fue un error. Inclusive si lo fueras, serías el mejor error que pudo cometer Atenea. Y yo lo agradezco. Percy tiene suerte de tenerte, al igual que la tuvo Noa. Fuiste lo mejor que le pudo pasar a Noa. Al igual que eres lo mejor que le pudo pasar a Percy.

—En realidad... —dijo con una pequeña sonrisa— creo que soy lo segundo mejor que tiene...
—Bueno, bueno... pero eso ya lo sabías... —dijo Bianca riendo.
—Si, creo que sí, si hay alguien que es completamente predecible, es una hija de Atenea...
—Wow!!! Lyra, no te insultes —dijo Bianca y ambas rieron juntas— ¿Qué harás ahora?

—Seguir con el plan... Proteger todo lo que me importa, cumplir las promesas hechas, cumplir con mi deber y darle una oportunidad...
—Siempre fuiste más generosa de lo que todos creen, solo yo se hacia quién era tu enojo cuando Nico desapareció, solo yo sé que si te quedaste en la hoguera, fue porque necesitabas encontrar tranquilidad porque estabas preocupada por mi hermano, aún lo estás, y ahora voy a entrenar contigo, porque también quiero ayudarte. También cumpliré mi promesa, no vas a cargar sola con todo Lyra, voy a apoyarte, y sobre todo, voy a obligarte a cantar de nuevo.

—¡¿Qué?!
—Extraño tus canciones amiga... además, los peores momentos se sobrellevan con una buena melodía.
—Quién diria que recuperaría nuestra amistad...
—¿Lo dudabas acaso?
—Creí que me odiarías por romper mi promesa y por perder a Nico.
—No podría odiarte, eres lo más parecido que tengo a una familia.

—Gracias Bianch, creeme que merecías una vida mejor.
—Tú tambien.
—Sé que entinedes porqué estoy haciendo esto Bianch.
—Lo entiendo, yo haría lo mismo en tu lugar, creeme. Todo esto de pago... lo entiendo mejor que nadie, y espero tu entiendas mi pago.
—Lo hago, aunque no estoy segura de que él lo entienda —dijo Lyra condesendiente.
—Lo sé, pero debo cumplir con mi deber, como tú con el tuyo.

—No se tú Lyra, pero yo tengo sueño...
—¿Mañana podemos ser amigas normales?
—Eso depende de tí, hay que hablar con la tal Rachel, quiero saber su opinión.
—Vas a caerle de maravilla, Rachel es increible.

—También quiero hablarle más a Percy...
—Bianca Di...
—Tranquila, aún recuerdo esa regla tuya, simplemente quiero conocerlo. Al menos fisicamente, si se parece a Noa.
—No hablemos de cosas tristes, esa otra de las culpas con las que cargo.
—¿Aún sigues escribiendo?
—Claro, siempre es bueno saber lo que hiciste.
—Entonces quiero leer lo que has hecho desde que nos dejamos de ver.
—Hecho. Pero deberás leer el resto de tu vida...
—Tengo tiempo... —dijo Bianca y ambar se echaron a reir.

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Cumplí. Jajaja

Abrazos y Saludos

Azeneth

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Where stories live. Discover now