77. Cara... "Carie"

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—¿Entiendes algo? —le pregunté a Percy, tal vez yo fuera diestra en el Griego, sin embargo el latín no era mi fuerte.
—Cara dijo algo sobre intervenir al interversor... —me sorprendí realmente de que Percy lo entendiera— o algo así, no entiendo muy bien, también hablan de coordenadas, latitud y longitud. Mencionaron... amm... o bien se refieren a un almacén... o bien pueden estar hablando de un calcetín, no sabría decirte.
—¿Un calcetín? —pregunté sin creermelo.

—Espera... ahora si hablan de algo importante.

Jamás me había tocado ver de cerca la exoresión de concentración de Percy, era extrañamente atrayente, como un imán extraño, esa forma tan tierna en que entrecerraba los ojos y fruncía los labios de forma que se hacía un hoyuelo casi imperceptible en su mejilla izquierda.

—Hablan de un collar, un arma poderosa que deben proteger, o tal vez sea vender... —dudó— no, definitivamente es proteger. Lyra habla de interceptarlo camino a Forban o algo así.
—Debe ser un lugar —concluí y el asintió.
—Habla sobre alguien dormido, y que no se hará nada hasta que despierte —entonces mencionó las palabras "Nico Di Angelo" y eso hasta yo lo entendí— quiere buscar a Nico, rescatarlo, traerlo de vuelta... dice que a Bianca no le importa cual sea el costo, lo quiere a salvo. Y Cara... Cara le dijo que si ese costo incluía... —de repente Percy palideció.
—¿Incluía que Percy? —lo apremié.
—La muerte —dijo mirándome fijamente. Entonces le pregunté sobre la posible respuesta que no quería escuchar.

—¿Que... qué le contestó ella?
—Que espera poder evitarlo —dijo con voz cansada.

—Bien, revisemos esas piezas mexicanas —dijo Cara en voz alta.

Lyra sacó las piezas de su maleta y las puso sobre la mesa de Cara, la cuál empezó a analizarlos profundamente. Como toda hija de Atenea, estuve demasiado tentada a acercarme y hechar un ojo, cosa que terminé haciendo.

—Hay cielo, no es por ofender ni nada... —me dijo Cara con tono dulce— pero hueles demasiado a hija de Atenea.
—¿Y Lyra no? —pregunté indignada.
—Tiene varias bendiciones, las  suficientes para disipar el olor un poco.

Mientras ellas hablaban acerca de las piedras, que me enteré se llaman códices.... yo me quedé pensando en cómo era posible que ella "oliera" el olor de mi madre... No sería posible a menos que fuera un... No, me negaba a creerlo. Lyra podía estar loca, podía ser rebelde, podía ser impertinente, pero ella no sería capaz de hacer tratos con monstruos, ningún semidios se arriezgaría tanto.

Cara se levantó y cargó los códices, abrió el librero a lo que parecía una caja fuerte y comenzó a acomodar las piedras... mientras tanto, Lyra estaba vagando por la habitación, al parecer se sintió atraida por una mesa con matraces, tubos de ensaye, mecheros, morteros, cápsulas, condensadores y pipetas... algo burbujeaba, pero parecía no preocuparla.

—¿En qué trabajan ahora Cara?... —preguntó al aire.

Tomó una cápsula y olió el contenido, después de unos segundos, tomó una pizca entre sus dedos y los observó, al parecer Cara no la había escuchado, porque seguía acomodando todo, entonces Lyra se puso un poco en la mano izquierda, justo la que le había mostrado antes.

—¡Por Hécate! Cara ¿Qué es esto? —dijo ya en voz lo bastante alta para que Cara escuchara, la mencionada giró la cabeza a la velocidad de un rayo y su rostro mostró pánico, dejó todo como estraba y corrió a quitarle la cápsula a Lyra.

—No es nada —dijo alarmada.
—Claro que es algo, ¿En qué estabas pensando? —la regañó Lyra.
—No debías verlo —dijo en un susurro.
—Eso es lo que traes puesto ¿Cierto? —le preguntó aún con reproche.
—Lyra tu no entiendes... yo... —dijo Cara con voz crispada.

—Claro que entiendo, entiendo que dejas que todo el maldito universo influya en tí. Eso es lo que entiendo Cara.
—No es cierto, sabes que no es cierto —dijo ahora llorando por las palabras de Lyra, sus mejillas estaban muy mojadas.
—Creí que habías superado eso Cara... creí que... —entonces dejó de gritar, miró a Cara a los ojos y dijo en un tono ya más dulce— ¿En esto has estado trabjando desde la última vez que bajaste?
—Si, te juro que no quería pero...

Lyra no dejó que terminara de hablar, en vez de eso, la abrazó, y sorprendentemente, lloró con ella.

—¡Hay Carie!, no debiste escuchar, sabes que te lo dice solo por fastidiar, no eres un monstruo, no importa lo que la gente diga, ni cuánto hablen. Lo que hace a las personas son sus acciones, no el cómo se vean. Y Carie, yo sé que tú eres buena, lo has demostrado, siempre lo has hecho. No importa si ellos no reconocen eso, yo lo hago. También soy esa parte olvidada en todo esto. No debes escuchar lo que te diga, solo espera lastimarte, no lo hagas, no escuches lo que sabes que te lastimará, no dejes que gane. Creeme, la vida es más llevadera de esa forma... —agregó esto último con una pequeña sonrisa— al menos no vives dependiendo de su maldita opinión.

El estudio quedó momentaneamente en silencio, y así estuvo por varios minutos, un silencio que nadie nos atrevimos a romper, salvo Lyra.

—Y bien... este seguramente es el invento del Eón... así que... dime Cara ¿Cómo lograste hacer esto? —Cara respondió la sonrisa de Lyra.
—Bueno, con muchos experimentos, no es solo niebla... es glamour también, tú me diste la idea, solo fue procesarlo.
—Necesito algo de eso —dijo Lyra.
—¿Para qué? —preguntó una Cara tan confundida como yo.
—Los mortales tienen labiales para dar sueño... ¿Por qué no podría yo tener un supermaquillaje? —dijo con humor Lyra.

—Para supermaquillaje le falta mucho Lyra —su rostro se iluminó con una idea— pero no es mala idea —dijo entre emocionada y pensativa— un maquillaje que pueda crear ilusiones a voluntad de la gente, que vean a quien ellos quieren ver y no solo oculte cosas... —le dió un abrazo a Lyra mientras gritaba emocionada— Estrellita eres brillante. Debo ponerme a trabajar enseguida.

Cara comenzó a caminar por toda la habitación apurada trayendo material a su mesa de juegos de química. Lyra sonrió satisfecha.

—Bueno Carie, nosotros nos vamos, tenemos mucho trabajo que hacer aún.
—Claro Estrellita, cuidate y yo te viso cuando todo esté hecho, devo cambiar mi locación, probablemente la próxima tengas que visitarme en Nevada —dijo algo distraida.
—Adoro Las Vegas, así que sin problemas iré a verte, no dejes de avisarme cuando esté listo el supermaquillaje Cara.
—Claro Amiga, claro.

Lyra nos hizo señas de que debíamos irnos nosotros la seguimos, pude darme cuenta de que el verdadero problema aquí era entrar, salir era más facil de lo que me había parecido en un principio. Sin embargo, esta vez salimos por la puerta principal.

—¿No van a reconocerte? —le preguntó Percy a Lyra preocupado.
—No Novato, nosotros entramos a un Bar, y estamos saliendo de un Hotel donde acaba de haber un evento de beneficiencia.
—¿Cómo es que... —comencá a preguntar.
—Con los medios adecuados Annabeth.

Una lujosa camioneta color azul nos esperaba, estaba el mismo conductor que nos había llevado aquella vez desde "La selva Beach" hasta Manhattan. Todos subimos, ya una vez dentro Percy preguntó.

—¿Qué pasa con Cara?
—Les contaría la historia larga, pero por ahora es suficiente con que sepan que en este momento ya no debe haber estudio en el Bar... Cara está a salvo, y... o está camino a México, o estableciéndose en algún casino de Las Vegas. No debes preocuparte por Cara, ella sabe cuidarse en general. Ella estará bien mientras no tenga que bajar más de la cuenta.

Y eso fue todo lo que le pudimos sacar a Lyra. No dijo nada más de Cara ni de Nico, ni de nada, cuando llegamos a su casa nos hizo pasar y comenzó a encender un tablero. En la mesa de la sala.

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Creo que les debía el cap desde el viernes, pero lo compensaré lo prometo. Espero dejarlos con la gran intriga, esto se pone bueno y como dijo Lyra una vez, "Los tiempos se Cruzan, debes tener en claro tus lealtades" ¿Quien creen que si las tiene claras, Annabeth, Percy o Lyra? ¿En donde están las lealtades de Lyra y en dónde las de Percy?

Abrazos y Saludos

Azeneth

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora