Listilla...

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Hola, si te soy honesto, no se cómo comenzar esta carta realmente... Creo que a esta altura, debería aclararte una cosa. Yo no quería escribirte esto. Lyra me dijo que lo hiciera.

Y no Annabeth, ella no me obligó. Me dijo que te lo debía, que te lo debía por todos estos años de amistad. Al final terminé aceptando. Tienes que entender que esta es una despedida, y es solo por eso, que me atrevo a poner lo que leerás.

Sin embargo quiero aclararte una cosa. Lyra no es mala, no importa lo que pienses de ella, ni lo que todos tus hermanos piensen de ella. Ella es buena, no es la mejor persona, también se equivoca, como todos... solo que tú te concentraste demaciado en sus errores, es por eso que los ves grandes y monumentales. Es tu hermana, y solo te voy a pedir que no sea a ella a quien juzgues, ella no toma mis desiciones. Soy yo quien decide esto, ella inclusive intentó persuadirme... Hay algo un poco irónico en esto... Ella se empeñaba en mantenernos como amigos, y tú parecías hacer todo lo contrario.

Se que odias que esta carta empiece conmigo hablando de ella, de Pecas, pero ten en cuenta que necesito darme valor, tal vez tu lo entiendas. Lyra es mi familia, mi mamá me lo dijo, me dijo que ella valía la pena, que debía cuidarla y estar con ella, porque ahora que ella no tenía a nadie, nosotros podíamos darle una familia... ella murió, pero honraré hasta le final el juramento que le hice de cuidar a Pecas. Le prometí que nunca lo diría, pero creo que necesitas entender un poco a tu hermana, solo para que pienses cuando la juzgas tan duramente. Ella es uno de los secretos que el Olimpo más ha protegido. Hay más de uno... y Lyra es uno de ellos. Yo solo conozco tres, pero dice Lyra que cuendo llegue el momento, deberé conocerlos todos. Porque son importantes, pero igualmente peligrosos, es por eso que no pueden andar por ahí como si nada dieciendo que son un secreto. Pecas no hace caso a ningún Dios... y eso tiene una razón. La última vez que Lyra le hizo caso a uno, perdió lo que más amaba. No la tomes por rebelde, simplemente aprendio a protegerse. Ella te dio la bienvenida y tu la rechazaste, no creo que estuviera acostumbrada a hacerlo... y tengo miedo de que se arrepienta. Tú lo has visto, ella es un dulce por las buenas, pero el mismo demonio por las malas. En fin, creo que tendré que confiar en ella.

Yo confiaba en tí. La clave es el pasado de la palabra Annabeth... De verdad lo siento, pero a estas alturas, ya me cuesta confiar en tí. Me imagino que ya viste las páginas entre las que está la carta, si no te has tomado la molestia de verlas antes, hazlo ahora. Sé que lo olvidaste, pero quiero que sepas que yo nunca lo hice. Solías decirme que era una muestra de que me querías... y yo te creía... siempre estabas para mí en todo momento. Inclusive cuando supiste de quién eras hija, inclusive cuando sabías de la enemistad de nuestros padres, inclusive sabiendo que tus hermanos me odiaban, nunca te importó, siempre estuviste ahí, cuando me cortaba en las prácticas, cuando ganamos la carrera de cayak en la que terminaste toda mojada y enojada. Inclusive esa primera vez que monté en bicicleta, me dijiste que era fácil, que no me caería, y que si me caía, tu irias a ayudarme.

Me caí, y tú fuste a ayudarme a levantarme, y me alentaste a continuar, a levantarme y a intentar de nuevo, y me dijiste que me darías un beso de motivación. Esperé el beso en mi mejilla, como todos, pero tus pequeños y suaves labios fueron a chocar literalmente con los míos, recuerdo que si subi a la bicicleta y pedaleé, fue para alejarme lo más que podía de tí y pensar en porqué habías hecho eso. Se suponía que a esa edad yo debía detestarte, eras una niña... podías tener enfermedades raras. Pero no, descubrí que no me importaba, tú no eras como todas las niñas, tú eras diferente, y a la fecha, lo pienso Listilla. Decidí que no le daría importancia, que tal vez te habías confundido de lugar... pero luego volviste a hacerlo, y no entendía por que... es algo que de hecho, aún no entiendo. ¿Tú lo haces? ¿Lo recuerdas? ¿Podrías explicarmelo alguna vez si es que volvemos a encontrarnos por casualidad?

El Secreto del Olimpo |CRUDET 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora