Prólogo

5.3K 219 26
                                    

-Necesito que vengas conmigo- rogó Luciano.

-No quiero, ya te dije- respondió Dulce con un bufido sacando su vista del libro que estaba leyendo. Estaba en la mejor parte de la novela y odiaba ser interrumpida, siempre.

-¡Pero si es por el trabajo de fotografía!-.

-No es mi culpa que hayas sido un relajo todo el año y ahora te vengas a preocupar- rodó los ojos.

-Dulce...-.

-No-.

-¿Por qué te haces la dificil si sabes que vas a aceptar?-.

Ella lo miró con ojos flameantes, aunque su hermano tuviera razón, con el siempre cedía a todo. En realidad ella cedía a todos, con todo.

-No te diré que eres estirada por un mes- le guiñó el ojo.

-¿Quieres que te acompañe o no? Por mi hubieras hecho una foto de perros y gatos callejeros como te ofrecí el otro día. Pero tú has tenido esta loca idea y te empeñas en seguirla-.

Luciano rió -¡Porque me dará la mejor nota del semestre! A nadie le interesaría fotos de perros y gatos callejeros, es aburrido y ridículo-.

Ok. Su hermano había perdido su toque de simpatía y convencimiento.

-¿Quieres que te ayude? Porque no estás mejorando la situación-.

-¡Si! ¡Si! Si quiero- pidió arrodillándose en el suelo.

-¡Párate!- le pidió.

Luciano no le hizo caso.

-Acompáñame por favor-.

Dulce suspiró -¿Por qué tengo que ir? No creo que sea muy productiva-.

¿Qué haría ella en un contexto como ese? Probablemente llamar a a policía.

-Porque tienes que ayudarme. Tú sabes de fotografía, hiciste el mismo curso que estoy haciendo yo-.

Pero ella lo había hecho en los primeros dos años de universidad y aunque era de profesional, no había querido dedicarse a eso a diferencia de su hermano.

-¿Quieres que te haga el trabajo?-.

-¡No Dulce! Quiero que me ayudes por favor, que me digas si esta bien posicionada la cámara, cual es la luz adecuada y ya sabes... cosas técnicas- le rogó en sus rodillas.

Dulce lo miró un rato mientras daba vuelta su aro de perlas de la oreja derecha.

-Está bien iré- dijo de mala gana.

Su hermano se paró y levantó los brazos para celebrar su convencimiento.

-Te amo hermana, ya veras como no te arrepentirás- le dio un beso en la coronilla.

Y si que no se arrepentiría.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now