¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]

Capítulo 29: ¿Quién demonios es?

-¿Y quién es Octavia?-.

Dulce había esperado todo el día para hacer esa pregunta pero se había aguantado en la mañana y también los pasados cinco minutos, desde que había llegado nuevamente a la cafetería. Pero ya era tarde. Por lo que Christopher había terminado su turno.

-Es una amiga-.

¿Amiga? ¿Qué clase de amiga?

-Ya esta bien, pero sigo sin entender a que viene ella a todo lo que sucedió en la mañana-.

-Es periodista-.

Periodista... sintió como le vibraba el celular en su bolsillo.

Un mensaje de Rául

No te vi hoy ¿Dónde estabas?

Dulce le respondió rápidamente

Salí apenas me dijeron que cerraron la universidad.

Raúl

¡Saluda para la próxima!

Dulce dejó el celular en la mesa y miró a Christopher. El apartó la mirada y miró hacia el cielo ¿Estaba mirando sus mensajes?

-¿Y por qué la quieres ver?- preguntó un poco fastidiada por tanto suspenso en torno a esa chica, Octavia.

Christopher abrió la boca para responder pero Dulce lo interrumpió.

-Te juro que si dices porque quiero te pego-.

El lanzó una carcajada -¿Me pegas?-.

-No me subestimes -le advirtió- Tomé karate desde los 10 a los 14-.

-Uuu- Christopher se burlo poniendo de asustado.

-¡Ya es en serio!- lo empujó suavemente mientras sonreía.

-Es por la foto que sacaste- explicó.

-¿La foto?-.

-Si, ella es la que investiga sobre todo esto y me pasa la información cuando la noticia no llega a conocerse. Es independiente pero a veces le vende las exclusivas a los diarios o a la televisión-.

-¿Y por qué me dices todo esto ahora?- preguntó recordando cuando hace solo unos pocos días había sido totalmente reacio a hablar de ese tema con ella.

-Porque me lo preguntaste- se encogió de hombros como si no fuera gran cosa.

-Pero antes no lo habías hecho, días antes- recalcó.

-No me acuerdo-.

-¡Claro que sí! Estabas en mi casa, en mi pieza-.

-No- siguió negando.

-Si-.

-No-.

-Christopher-.

-Ya ya ya, que demandante- se rindió rodando los ojos.

-Dime- sonrió expectante.

-Porque si- dijo finalmente.

¿Porque si?

Porque si. ¡Pero esa respuesta para Dulce era la victoria! Era un indicio de que le daba su confianza. Algo que era impensado cuando lo conoció.

-¿Y cuándo llega tu amiguita periodista?- preguntó sacando un pedazo del pastel que había comprado queriendo tranquilizar su felicidad-

-No debe de tardar en llegar- dijo mirando el reloj.