Capítulo 55: ¡Adiós preocupaciones! (O no)

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-Oh... em, espere un segundo- dijo Dulce al ver como su celular sonaba.

Era Christopher y no podía no contestarle. Se paró de la sillita de plástico negra y camino unos pocos metros.

-Hola- se mordió el labio.

-Hola princesa- habló Chris del otro lado de la línea.

-¿Ya saliste?-.

-Si, acabó de dejarle el delantal a Daniela así que voy a tu casa y de ahí nos vamos ¿Te late?-.

Christopher había pedido medio turno libre para poder irse temprano.

-Ehh... -Dulce miró la hora- no creo que este en mi casa si llegas ahora-.

-¿Por qué? ¿Dónde estás?-.

-Comprando- respondió rápidamente. Técnicamente no era una mentira.

-¿A esta hora? ¿Qué cosa?-.

-Pues... ropa interior- se ruborizó levemente. Técnicamente tampoco esa era una mentira. Lo había hecho hace media hora. Antes de ir a la agencia.

-¿Ah si? -se notaba que la idea le había gustado- ¿La vas a llevar?-.

-Por supuesto que sí bobo ¿Para qué crees si no?-.

-Pues, me encanta esa idea... te espero-.

-¡Si! ¿Ansioso?-.

¿Por irse a la playa con las amigas de Dulce?No, definitivamente no, para nada. Había tenido que pedir permiso en el Rexx y aunque si, quizás era hora de pegarse unas cortas pero merecidas vacaciones estaba seguro que "disfrutar" no sería la palabra que entraría en los próximos días.

Pero Dulce le había pedido que fuera y que era importante para ella porque así podría conocer a sus mejores amigas y bla, bla, bla. Todo sea por la bendita Dulce.

Aunque por lo menos no iba el idiota de su amigo que le tenía ganas.

-Demasiado, no espero la hora para estar allá- dijo de manera irónica.

-Ignoraré tu tono sarcástico de la oración y solo tomare las palabras-.

-Ver el mundo a tu manera no te ayudará lamentablemente princesa... bueno, te tengo que cortar, ya sabes que la combinación de celular y conducir no les encanta a los policías ¡Te veo en un rato!-.

-Nos vemos-.

-Ah y hazme el favor de comprarte una negra... ya sabes que me encantan-.

Dulce se felicitó mentalmente, gracias a Dios su instinto le había hecho comprar una de ese color en la mañana.

-Veremos si te lo mereces bobo...- y le cortó.

Una sensación le estrujo el corazón. No estaba haciendo nada malo, se recordó. Solo quería darle una sorpresa, una sorpresa que esperaba que le gustara.

-Bueno... disculpe- sonrió volviendo a la sillita de plástico.

-No se preocupe- sonrió la señorita que decía por todas partes ¡Compren! ¡Compren! Oportunidades únicas.

-¿En qué estabamos?-.

-Bueno... ¿Dos pasajes a Nueva York no?-.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now