Capítulo 81: Cambios de humor

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-¿Qué? ¿Por qué hizo eso?- preguntó con los ojos abiertos.

¡El abogado era su mejor arma!

-No lo sé Dulce, no sé qué bicho se metió ahora en su cabeza, pero estamos a una semana y seis días del juicio y no sé qué hacer. Estoy desesperada- dijo agarrándole ambas manos.

-Pero... no creo ser la persona adecuada para eso ¿Por qué no le piden a Alexandra que lo haga?-.

-Sabes que a su mamá ni la escucha Dulce...-.

-¿Y a mi si?- preguntó enarcando una ceja.

-¡Si! Debes ayudarme ¡Ayudarlo!-.

-Octavia el ya no me quiere ver- recordó con un nudo en la garganta.

-Si quiere, el te ama-.

-¡No!- gritó huyendo de esas palabras.

-Dulce...-.

-Yo tampoco quiero verlo Octavia... yo, demonios, no quiero involucrarme demasiado en todo esto-.

¿Pero quién era la que veía el caso en las noticias por las noches?

-Solo te estoy pidiendo que por favor hagas esto, necesito que Christopher recapacite de esta estupidez-.

-Y créeme que te entiendo, ósea no sé qué está pensando al hacer esto ¡Pero no se porque crees que yo haré que Christopher cambie de opinión!-.

-¿Si no eres tú quien más?-.

Dulce bajo la vista al suelo y trató de imaginarse tratando de convencer a Christopher de que aceptara nuevamente a su abogado...

-Mira... se que es difícil ¿Pero piénsalo si? Piénsalo bien. Mañana hay visita y saldré de mi casa a eso de las siete de la mañana para tener todo el día-.

-Esta bien... me lo pensaré-.

-¡Eres grandiosa! -dijo abrazándole los hombros y estrechándola contra su cuerpo- Me tengo que ir... me queda mucho que hacer, me he retrasado mucho con mi trabajo por todo esto de Christopher, como sea, tengo que escribir un artículo para mañana ¡Nos vemos!- le dio un beso en la mejilla.

-¡Dije que me lo iba a pensar!- gritó Dulce al escuchar la afirmación.

Pero Octavia ya había desaparecido de su vista.

Dulce se agarró de las sienes y volvió a su mesa.

-¡Ahí estabas! -sonrió Alfredo- ¿Tenías algún problema? Te vi un poco acalorada con esa chica, siempre he querido ver una pelea donde se agarran los pelos y se tiran al suelo...-.

Dulce entrecerró los ojos e hizo una mueca de desentendimiento.

-Ok... me voy a casa-.









Dulce le pagó al taxista y se bajo del taxi. En su casa las luces ya estaban apagadas así que seguramente sus padres debían estar durmiendo.

Llegó a su pieza sin interrupciones por parte de nadie y se quitó su abrigo. Se quedó viendo su reflejo en el espejo por un minuto.

¿Iría mañana? ¿A quién engañaba? Sabía que la respuesta era si desde el principio, solo que le costaba decirlo en voz alta, porque esto no trataba sobre ella, sino sobre el futuro de Christopher. Si Octavia decía que su ayuda podía servir de algo pues la daría, aunque no creía que podría hacer mucho.

Se mordió el labio.

Christopher... wow, lo vería luego de casi tres semanas. Largas tres semanas luego de que él rompiera con ella. Admitía que le daba un poco de miedo... pero tenía que ir, tenía que ir, se recordó.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now