Capítulo 36: De vida o muerte

1.6K 161 12
                                    

Dulce abrió los ojos con pereza. Sintió una parte de su cara pegoteada y como sus músculos estaban agarrotados por estar en la misma posición toda la noche.

Se despegó lentamente del cuerpo de Christopher para estirarse y tirarse mirando hacia arriba.

Ahora con la mente mucho más fría y el día como segundo plano Dulce simplemente no tenía ni la más mínima idea de cómo proceder.

¿Qué se supone que debía de hacer? ¿Despertarlo? ¿Hacer el desayuno?

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre de su celular. Se paró rápidamente de la cama para buscarlo. Escuchaba el sonido por toda la pieza pero no sabía la ubicación de su teléfono.

Un gruñido salió de lo más profundo de Christopher.

-¡Lo siento! ¡Lo siento! -se disculpó buscando entre las ropas de ellos que estaban revueltas en el suelo.

Finalmente se decidió a buscar debajo de la cama y ahí lo encontró ¡Cómo habría volado ayer en la noche para quedar ahí! Estiró su mano lo más que pudo hasta que llegó hasta el.

Era Irina.

-¿Aló?- contestó.

-¡Dulce! ¡Amiga! Necesito que vengas a mi casa ahora por favor- suplicó angustiada.

-¿Por qué? ¿Pasó algo?- preguntó preocupada.

-¿Puedes creer que son las doce del mediodía y ya ha sido el peor día de mi existencia?-.

-¿Pero estás bien? ¿Le pasó algo a tu papá?-.

-¡Ese imbécil!- lloriqueó Irina.

Dulce abrió los ojos -¿Pero qué fue lo qué paso?-.

-¡Necesito que vengas ahora mismo! Natalia se fue a Acapulco por este fin de semana y te necesito-.

Dulce asomó un poco su cabeza por los pies de la cama y vio como Christopher se daba vuelta en la cama. Suspiró profundo -Iré cuando pueda-.

-¡Lo más rápido posible por favor!- suplicó.

Apoyó su frente en la cama -Está bien-.

-¡Ay! Gracias amiga, eres la mejor- y le cortó.

Dulce se levantó del suelo y pasó sus manos por la cara.

Sin mucho ánimo y con todavía bastante sueño en su organismo empezó a recoger sus cosas.

Recibió un mensaje de Irina

Por favor apúrate.

Genial, no tenía ni tiempo para echarse una ducha. Así que con movimientos torpes comenzó a ponerse el vestido.

-Buenos días -le saludó Christopher con voz ronca.

-Buenos días- exclamó tímidamente. Por lo menos la llamada de Irina le había otorgado la oportunidad de salir de ahí con una excusa y sin meter la pata.

-¿Ya te vas?- preguntó levantándose de la cama.

-Si, es que tengo que irme, mi amiga... Irina tiene un problema y debo de ir a ayudarla- explicó algo nerviosa.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora