Capítulo 42: Los locos son los cuerdos frustados

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Había sido una semana larga y gris para Christopher.

Le había mandando varios mensajes a Dulce luego de que no le respondiera el primero del lunes y no había recibido respuesta exceptuando el día miércoles.

Iré a tu casa después del trabajo.

Le había dicho con seguridad.

Y ella le había respondido con un simple:

No puedo, estoy estudiando, ni siquiera estaré en mi casa.

No entendía que era lo que estaba pasando, pero no le estaba gustando para nada ¿De dónde había salido tal despotismo hacía el?

Oscar le había pedido nuevos diseños para sus monos y el había accedido para distraerse un poco ¡Pero no se le ocurría ninguna idea nueva! Se sentía inútil e inservible.

Lo único que podía hacer era dibujos de esos ojos, esa nariz, esa boca y esa sonrisa... ¡Por todos los cielos! ¿Qué era lo que le pasaba?

Se sentía inútil y distraído.

-¡Ah! ¡Maldita sea!- gritó enojado tirando los papeles al piso.

Para peor, Pablo lo había contactado ¿Qué creía que con una carta iba a solucionar todo? Ya no le escribía hace bastante ¡Y lo había vuelto a hacer de nuevo!

Lo siento... tú siempre serás mi hermano, bla bla bla, te mando esta información para que me contactes y bla bla bla... ¿Cómo están todos por allá? Bla, bla, bla, hace poco me contacté con... bla, bla, bla. Espero que... bla bla bla.

Maldito idiota.

Enojado, frustrado y con falta de inspiración. Maldita sea que no había sido una buena semana.

Necesitaba verla. Necesitaba una explicación. Se había agotado de ser paciente y esperar por algo que sabía que no iba a resultar si el no era más insistente. Estaba harto de sus excusas pobres ¡Si el viernes la habían pasado de maravilla! Además... tenía una necesidad de no solo tener un contacto sexual, si no de verla reír, verla hablar e insistirle que le contara cosas...

Haría las cosas más directas. Iría a verla y le pediría una explicación. Esto no se iba a quedar así.


Dulce empujó con delicadeza bruta a la gente que se había aglomerado.

¡Era el último día de clases! Y toda la universidad se había concentrado en un mismo punto. Donde se mostraban las calificaciones.

-¡Permiso!- pedía entre sollozos, gritos y celebraciones de la gente.

-¡Dulce! -le gritó una voz conocida que se pudo diferenciar entre la multitud- ¡Tómame la mano!-.

Sin dudarlo se agarró con todas sus fuerzas de la mano de su amiga, que la tiro hacia adelante en donde el tumulto de gente era mayor y los apretones aún más fuerte.

-¡Córrete fea!- le dijo a la última chica que le impedía el paso para ver lo que tanto ansiaba y empujándola hacía el lado logró su cometido.

Rápidamente con su dedo buscó su nombre en la lista de la carrera de economía.

Una sonrisa se formó en su boca y salió del tumulto de gente antes de que se la comieran viva.

-¿Y?- preguntó Irina al verla con la ropa corrida y el pelo desordenado por el revuelo.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon